Cuando la exasperación impide caminar por nuevos senderos
Te recuerdo madre
Cuando la muerte acosa en la tierra de tus padres
Te quiero madre
Cuando la nada lo invade todo
Te olvido y me olvido.

Si hablamos de kilómetros, hoy día, la mitad de Europa invade al resto. Este agrede al oeste. Pero ni siquiera en geo ni menos en política todo es vencible. Muchos creyentes descreen, dudan y refutan las consabidas recetas masticadas por años y años. Europa tiene las de sobrevivir y de la mitad invasora irán apareciendo nuevos agnósticos que huirán de iglesias autocráticas, narrativas de grandeza pasada y enemigos “a-Goliat-hados" escapando de la muerte inevitable de padres, hermanos e hijos; a sabiendas que después del verano, el frío acosa doblemente ante la falta de combustible.

El despertar es triste, abandonar el cálido lecho produce escalofríos.

Todo podría ser. El mal contra el mal no siempre se anula y el menor mal puede llegar a ser peor. Al paso de los días la claridad se nebuliza pues madres, hermanas e hijas se arman. La neutralidad frente a la guerra no puede existir y al alba añoro un café tranquilo y caliente parecido a la paz que nadie escucha ante el ruido incesante de testigos que periodizan hechos y desechos de lo que fueron bellas ciudades dónde se amasaba pan día a día con trigo cosechado localmente.

La neutralidad frente a la guerra no existe. Tampoco ante las operaciones militares.

Este mi occidente que me permite ser frente al otro. Creer lo que entiendo. Amar lo que amo y vivir nuevamente no puede ser enemigo de nadie. Hay un algo en la ecuación cuadrática que la hace impura. El enemigo no es un cero ni mucho menos exterminable por arte bélico.

En este mi occidente no todo es luz. Las sombras, aunque no lo cubren totalmente, permiten un dejo de claridad que aún deslumbra los sueños. A pesar de polarizaciones producidas por el desprecio a leer y pensar. Lecturas que si alimentan espaciosas avenidas antidiscriminatorias, igualdades impostergables, generosidad y benevolencia ante la naturaleza enferma de tanto maltrato.

La poesía hoy es sólo néctar de minorías.

Los libros, uno de los pocos lujos no contagiables por virus ni falsedades propagadas por el aire y por aquellos que solo respetan lo que crece y desborda el insaciable deseo de arrebatar más y más, creyendo que la realidad es también una mercadería cambiable y modelable como los agitadores que movilizan con sus consignas trampistas cuando el poder civil les ha sido amenazado o perdido y las calles han sido abandonadas por nietos que se han olvidado de inspirarse y llevar la imaginación al poder, ser realistas y exigir lo imposible y saber que la cultura es la inversión de la vida como les enseñó un mayo de ya cumplidos los 54 años.

Europa, mayo 2022 entre lamentos un abril, 24 llama a la alegría. A la hora de cerradas las urnas la victoria era evidente. Europa, hoy al parecer no todo es imposible. En los libros se esconde la cordura, en las canciones el amor y en la poesía las letras que impedirán que los millones que han perdido su terruño puedan regresar o sucumbir junto a los nuevos vecinos.