¡Ay Latinoamérica! Que no hace mucho desde la Europa occidental se te llamaba «tercer mundo». De México a Chile: todos países subdesarrollados.

Y hoy lo piensan, pero no lo dicen, porque en estos tiempos, los acuerdos climáticos deben llevar también tus firmas. Aunque el fantasma gordo que atasca los rayos solares sea el de esa vieja Europa.

¡Ay Latinoamérica! Que no tenían en cuenta tu espíritu comunitario, tus saberes en lo que hoy renombraron como economía circular, permacultura o protección de recursos forestales. ¿Cuál es el resultado de la operación cóndor?

¿Y Chile? ¿Dónde quedó Judas con los treinta pesos?

El 21 de noviembre de 2021 se sufragó y se entreabrió la puerta a la que nadie quiso mirar mientras estuvo cerrada. Aquella tras la cual se escondían, silentes, los que empujaron a este pueblo a manifestarse. Hilando en las tinieblas sus planes de gobierno radical, no se dejaban oír afuera de sus búnkeres y ahora se les escucha inquiriendo paz y libertad. Ellos, que nunca sobraron de este país.

El más votado en las elecciones: un partido que veta programáticamente a la mujer, a los pueblos originarios, a las diferentes identidades sexuales y a los inmigrantes. Heredero del nazismo, obvia el cambio climático y niega hasta a la ONU como el ateo que decía no creer en las monjas.

Una escuela rural del sur, de cuarenta asistentes, pero sin mujeres, mapuches e inmigrantes cuenta cuatro niños. El Estado, esa república a la que fervorosamente avienen, sin mujeres, pueblos originarios, inmigrantes e identidades sexuales no binarias son cuatro gatos.

Ni siquiera llueve lo suficiente pero no somos capaces de ver que son dos gotas lo que nos arrojan por encima. Los porcentajes de superficie protegida de bosques y áreas marítimas que proponen son insuficientes y menores a los existentes. El resto del territorio se convertirá en lo que cualquier abuelo nostálgico diría: en mis tiempos esto todo era campo.

Ay de la pyme que se haya establecido pensando en ofrecer un servicio social o medioambiental a la comunidad porque bajo un mandato de Kast, mejor que se dediquen a vender arena en el norte o a juntar agua en el sur.

Si para salir de la pobreza hay que invertir en ciencia, cultura y educación, la inversión es, con esta extrema derecha, gasto y la pobreza ganancia.

Si el sistema de pensiones actual es administrado por empresas que invierten en fondos fraudulentos y el agua es privada, no habrá nueva Constitución que lo cambie.

¡No habrá nueva Constitución bajo su manifiesto republicano!

Votantes asegurados de este partido del mal deben ser los de las fuerzas armadas, carabineros y policías ya que sus actuales privilegios mejorarán con Kast. Es decir, los 225.000 militares, los 50.000 funcionarios de carabineros y 13.000 de PDI. Además, habrá otro borrón en lo que se refiere a los crímenes de derechos humanos durante el período del año 73 al 90. De hecho, se eliminaría hasta el propio Instituto Nacional de Derechos Humanos.

Su otra fuente de votos vendría como resultado de su estrategia de tierra quemada. Tanto en la Araucanía como con la inmigración ilegal. Apoyados por la prensa en este sentido, como por cierto también ocurre en Europa, los atentados de reivindicación mapuche, así como los ingresos irregulares de personas son de un porcentaje tan ínfimo que sólo se encuentran en las páginas de los diarios más reputados. Este es el voto del miedo. A ellos va dirigido su eslogan «Atrévete».

El voto del odio y el del egoísmo van de la mano de los intereses que buscan complacer y de Pinochet con su altar.

A las y los que tengan derecho a voto recuerden que muchos pueblos originarios no votan, por decisión propia, en elecciones criollas. Al igual que la inmigración, que por veto del sistema, tampoco lo hace. He aquí dos ejemplos de naciones en movimiento a los que esta situación puede angustiar sin poder replicarla.

Todas las mujeres, cuyos derechos parecen el Aquiles que corre tras la tortuga de la célebre paradoja de Zenón, deberían votar no a Kast. Lo mismo que aquellos hombres que anhelen la igualdad de sexos. A menos que prefieran dedicar su vida al antropocentrismo1 en lo que sería otra nueva regresión temporal.

¡Ay Chile! ¿Qué será del viejo desarrollo económico en un país en vías de empobrecer por la senda nazi? ¿Qué será del nuevo desarrollo social y medioambiental que buscan de forma conjunta las naciones del planeta?

Si la evolución cultural es meta constante, si el progreso es el camino, entonces, readaptando el clásico de un Vallejo abrumado por el golpe militar de la España del 36: Chile, aparta de mí ese cáliz.

Notas

1 Según la RAE: teoría que afirma que el hombre es el centro del universo.