También la pareja más feliz del mundo discute.

El conflicto está en el ADN de las parejas; es que es inevitable, pero las redes sociales como Instagram solo nos enseñan parejas felices desayunando o yendo de viaje cogiéndose la mano. Pero les aseguro que ellos también discuten.

Así que quítense esos pensamientos irracionales durante una discusión con su pareja del tipo: «las parejas que se quieren no se enfadan» o «ya no me quiere porque me ha dicho esto».

Parece que nos sentimos bien y desahogados al gritar a nuestra pareja, pero eso muchas veces deja estragos en la relación. Lo que sí podemos conseguir es que nuestras discusiones sean más asertivas. O sea: decir lo que queremos transmitir, lo que sentimos, y lo que pensamos, pero de manera empática y respetuosa.

¿Y cómo conseguirlo? Les voy a dar unos útiles consejos para poder mejorar su comunicación de pareja y que sus discusiones sean más asertivas.

Primero, hay que expresarse claramente. Por muchos años de relación que los unan, nadie tiene el poder de leer la mente de los demás. No supongan. Indiquen claramente como se sienten y lo que necesitarían sin herir a la otra persona.

Antes de decir algo, piensen cómo puede afectarle lo que quieren decir sin perder su punto de vista. Tienen que pesar muy bien lo que quieren decir, empatizar, escuchar de verdad, sin pensar de antemano lo que van a contestar, compartir sus sentimientos sin herir al otro o reprochar cosas del pasado. Esto les ahorrará malos tragos.

Recuerden que no todos los lugares ni todos los momentos son ideales para hablar de ciertos temas. No tengan prisa de hablar y menos en WhatsApp y evitarán muchos malentendidos.

Aunque estén enfadados o molestos, no discutan por WhatsApp porque no es un buen lugar para comunicar de verdad, ya que no solo falta el tono de la voz indispensable para entender mejor lo que se dice, sino también puede que la persona no nos pueda atender porque está en el trabajo y estamos mirando si ha leído o no el mensaje y esperando su respuesta de manera obsesiva.

También hay que cuidar nuestro lenguaje verbal, «qué» decimos y por eso hay muchas herramientas y técnicas prácticas en comunicación asertiva que enseño en el Instituto Internacional de Análisis de la Conducta para que las parejas hablen sin enfadarse ni discutir, y que incluso puedan sacar provecho de una discusión para mejorar su relación y llegar a un acuerdo. Aquí en este artículo quiero centrarme en la escucha activa que es el «cómo» decimos las cosas.

Lo primero que tenemos que hacer es mantener un contacto visual cómodo y mirar hacia la otra persona. No somos como los perros que entendemos que nos escuchan porque mueven las orejas. Hay que tener un compromiso no verbal que se refleja con la mirada para que la persona entienda que nos importa lo que está diciendo.

Después, deberíamos inclinarnos. Inclínense hacia la otra persona y hagan gestos para mostrar interés y preocupación incluso llegando a tocar a la persona en el antebrazo, generando empatía y confianza. En comunicación no verbal hay una máxima que dice que nos acercamos a las cosas que nos importan y que nos gustan y nos alejamos de las que no. Demuestren que lo que les está contando es importante para ustedes. Su postura demostrará que quieren solucionar el problema.

Muchas veces nuestra pareja se enfada más por cómo decimos las cosas que por lo que decimos, por eso intenten tener una postura abierta, no defensiva, bastante relajada sin cruzar los brazos.

Para sintonizar la comunicación también tenemos que sintonizar nuestros cuerpos. Si la persona con la cual están hablando está sentada, siéntense ustedes también, no se pongan de pie o viceversa; eso evitará mirar hacia arriba o hacia abajo en la otra persona como si la estuviésemos juzgando.

Hay que evitar los gestos que distraen: jugar con un bolígrafo o con las gafas, mirar papeles, revisar el teléfono o el correo electrónico, golpear los pies o los dedos.

Dejen hablar sin interrupción y escuchen de verdad lo que dice sin pensar en lo que van a responder.

En definitiva, tienen que estar conscientes de su tono de voz, gestos, postura, etc.

Si echan la vista hacia atrás verán que todos sus problemas personales de pareja han sido de comunicación; de hecho, se estima que el 90% de los problemas han sido por gestionar mal una discusión. Por eso debemos cuidarla.

Recuerden: la calidad de su comunicación determina el futuro de su relación de pareja.