Dormir bien es una cuestión de salud, pero en los últimos años se ha descubierto que es también un potente elixir de juventud. Si te interesa tu apariencia y buen aspecto, deberías plantearte dormir más porque es un auténtico tratamiento de belleza. Tu belleza despierta mientras duermes y te contamos por qué.
Envejecer más despacio
No sabemos cuál es la principal causa del envejecimiento de nuestras células, pero sí conocemos algunos factores que las dañan. La acumulación de daños en las células es fundamental en el proceso de envejecimiento. Uno de los daños más significativos es la pérdida de telómeros.
Los telómeros son las tapas protectoras que se encuentran al final de los cromosomas y están relacionados de manera directa con el envejecimiento. Con el paso de los años, el tamaño de nuestros telómeros se acorta hasta que casi no existen.
Un estudio llevado a cabo por la científica Marta Jackowska, en la University College Hospital (UCH) de Londres, mostró que existe una relación entre la esperanza de vida y el número de horas diarias que dormimos.
El estudio probó que aquellas personas que dormían más de siete horas diarias tenían telómeros hasta un nueve por ciento más largos, con independencia de factores como la edad.
Los investigadores creen que los individuos que duermen poco aumentan su cantidad de cortisol, lo que genera daños en el ADN y en la enzima telomerasa, que es la encargada de reparar la longitud de los telómeros.
Por su parte, la Academia Americana de Medicina del Sueño, se hizo eco de un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), en el que se sugería que una sola noche de mal sueño tenía la capacidad de acelerar el envejecimiento biológico.
Piel joven y saludable
Otro estudio dirigido por la doctora Elma Baron, de la Universidad de Cleveland, mostró que las mujeres y hombres que no duermen lo suficiente muestran signos prematuros de envejecimiento en la piel como líneas de expresión, manchas o flacidez, así como una menor capacidad de ésta para recuperarse después de una exposición prolongada al sol.
Al dormir poco se dispara la producción de cortisol, la hormona del estrés, que destruye el colágeno de la piel, una proteína estructural que mantiene su firmeza y le confiere una apariencia juvenil.
La falta de sueño también hace que nuestro organismo libere poca hormona del crecimiento que, cuando somos adultos, es esencial para mantener la masa muscular, la densidad de la piel y el fortalecimiento de los huesos. En consecuencia, los cambios en los huesos, ligamentos y músculos faciales se aceleran y la estructura del rostro se hipertrofia antes de tiempo.
Investigadores del Instituto Karolinska en Estocolmo, Suecia, llevaron a cabo el estudio “Bella Durmiente”. Un número de personas que habían dormido un número de horas adecuado a su cronotipo eran fotografiadas entre las dos y las tres de la mañana. Después, esas mismas personas eran fotografiadas mientras permanecían despiertas hasta altas horas de la madrugada.
Un grupo de observadores independientes y que no conocían el experimento, calificó a las personas descansadas como más atractivas y sanas. Y es que como decía la gran dama de la cosmética Estée Lauder, “la mejor cura de belleza es dormir”.
La falta de sueño se refleja en nuestro rostro en forma de ojeras, arrugas marcadas, aspecto ajado, falta de luz y brillo y un sinfín de signos que nos hacen parecer más mayores de lo que en realidad somos.
Mantener el peso ideal.
Dormir mal está vinculado con el aumento de peso. Los científicos han demostrado que las hormonas sufren variaciones por la falta de sueño.
Los niveles de cortisol tienden a bajar cuando hemos descansado, pero no lo hacen si dormimos de manera insuficiente y esto predispone al aumento de peso. El cortisol es una hormona implicada en muchas funciones, incluida la metabólica.
El sistema que regula nuestro apetito y peso está influido en gran medida por el sueño, de manera que si dormimos poco, se produce un desorden en las hormonas relacionadas con este sistema.
Por un lado, se aumentan los niveles de ghrelina, una hormona que estimula el apetito, reduce nuestro gasto energético y ayuda a la acumulación de grasa en el organismo.
Por otro lado, disminuyen los niveles de leptina, la hormona de saciedad, haciendo que nuestra sensación de apetito sea mayor y, por lo tanto, acabemos ingiriendo más calorías.
Otro estudio apunta a la relación entre la falta de sueño y la disminución en la producción de las orexinas, dos péptidos que participan en la estimulación del gasto energético.
Si estás pensando en iniciar un régimen de pérdida de peso o simplemente deseas mantener el que tienes, recuerda que no debes restar horas a tu descanso nocturno.
Ayuda frente al acné y otros problemas de la piel
El National Institutes of Health (NIH) de EEUU describe al acné como una condición inflamatoria de la piel que se caracteriza por una serie de erupciones cutáneas alrededor del poro y su posterior infección.
No es la única enfermedad de la piel relacionada con la respuesta inmunitaria, también lo son la psoriasis o el eczema, entre otras. Se ha demostrado que al dormir poco se produce en el organismo una disminución de su respuesta inmunitaria, por lo que este tipo de alteraciones empeoran notablemente.
La explicación la encontramos de nuevo en los altos niveles de cortisol que el cuerpo genera cuando no duerme. La picazón aumenta y puede a su vez interrumpir el sueño, creando un círculo vicioso en el que ambas situaciones se retroalimentan.
Una investigación llevada a cabo por el doctor Gil Yosipovitch, de la Escuela de Medicina de la Wake Forest University, en Carolina del Norte, ha sugerido también que la restricción del sueño disminuye la sensibilidad a la insulina en algunos casos. Puesto que esa resistencia aumenta los niveles de glucosa en sangre y se sabe que una de las principales causas del acné es el azúcar, la privación de sueño debe evitarse para mantener una piel sana.
Colágeno, hormona del crecimiento y equilibrio hormonal
Mientras dormimos, nuestro cuerpo aprovecha para hacer tareas de mantenimiento invisibles, pero esenciales.
En esas horas se libera la hormona del crecimiento, una sustancia que no solo ayuda a regenerar tejidos y músculos, sino que también estimula la producción de colágeno, la proteína estructural responsable de mantener la piel firme, elástica y luminosa.
Cuando no descansamos lo suficiente, ese proceso se interrumpe. El organismo segrega menos hormona del crecimiento y, al mismo tiempo, aumenta los niveles de cortisol, la llamada “hormona del estrés”. Este exceso de cortisol daña las fibras de colágeno y elastina, las mismas que sostienen la piel, y acelera la pérdida de firmeza y la aparición de arrugas y flacidez.
Un sueño reparador, en cambio, actúa como un auténtico tratamiento reafirmante natural: permite que el colágeno se regenere, que la piel recupere densidad y que los tejidos del rostro se mantengan más resistentes frente al paso del tiempo y las agresiones externas como la radiación solar o la contaminación.
Luminosidad y ojeras
El descanso nocturno también tiene un efecto directo en la luminosidad del rostro. Durante el sueño, la circulación sanguínea y linfática se activa, lo que mejora la oxigenación de la piel y favorece la eliminación de toxinas acumuladas. Gracias a ello, la piel amanece con un tono más uniforme, menos apagado y con ese brillo natural que asociamos con un cutis saludable.
Cuando dormimos poco, ocurre lo contrario: los vasos sanguíneos se dilatan y el drenaje linfático se ralentiza, provocando la típica congestión en la zona de los ojos, las ojeras oscuras o las bolsas matutinas. Además, la falta de descanso altera la función barrera de la piel, incrementa su pérdida de agua y la deja más seca y apagada.
Dormir bien, por tanto, no solo borra los signos visibles del cansancio: también ayuda a que la piel retenga mejor la hidratación, recupere su textura natural y refleje la luz de un modo más uniforme. La diferencia entre una noche en vela y ocho horas de sueño profundo puede literalmente leerse en el rostro.
El secreto de belleza de las celebrities
La actriz Gwyneth Paltrow acuñó en 2007 el término “clean sleeping” en su libro Goop Clean Beauty, como uno de sus secretos para mantenerse joven y en forma. Y se convirtió en una tendencia de belleza al instante.
La estrella detalla en su libro Goop Clean Beauty, como su nutricionista, Frank Lipman, explicó que el sueño de mala calidad podía ser dañino para el metabolismo y las hormonas, provocando aumento de peso y alteraciones en el cerebro y memoria. También señala que dormir poco es “terrible desde el punto de vista de la belleza”.
Descansar correctamente o “limpiar el sueño” supone dormir bien al menos siete u ocho horas por noche. Es decir, conseguir un sueño de calidad que permita a nuestro organismo restaurarse a todos los niveles.
No es la única celebridad que señala al sueño como su secreto de belleza. La cantante Beyoncé declaró a la revista People en 2015 que su definición de belleza es “tener paz, felicidad y salud. Y no se puede tener ninguna de ellas si no duermes”.
La lista de famosos que se apuntan al descanso de calidad es larga: Jane Fonda, Jennifer Lopez, Matthew McConaughey, Cindy Crawford, Halle Berry, Dakota Johnson o Jon Hamm, entre otros muchos.
Por suerte, dormir es un lujo al alcance de todos… casi siempre. Y no es así, merece la pena organizar nuestra agenda diaria para tener nuestra dosis diaria de belleza.
Agradecimientos
Marta Jackowska, Mark Hamer, Livia A. Carvalho, Jorge D. Erusalimsky, Lee Butcher, and Andrew Steptoe. Short Sleep Duration Is Associated with Shorter Telomere Length in Healthy Men: Findings from the Whitehall II Cohort Study. Published online 2012 Oct 29.
Carroll JE, Cole SW, Seeman TE, Breen EC, Witarama T, Arevalo JM, Ma J, Irwin MR. Partial sleep deprivation activates the DNA damage response (DDR) and the senescence-associated secretory phenotype (SASP) in aged adult humans. Brain Behav Immun. 2016 Jan; 51:223-9. doi: 10.1016/j.bbi.2015.08.024. Epub 2015 Aug 31.
Judith E. Carroll, PhD, Stephanie Esquivel, BS, Alyssa Goldberg, MD, Teresa E. Seeman, PhD, Rita B. Effros, PhD. *Insomnia and Telomere Length in Older Adults. Sleep, Volume 39, Issue 3, 1 March 2016, Pages 559–564. En academic.oup.
Guy Meadows. Does Sleep Deprivation Have Any Impact on Our Appearance? Nota de prensa de Bensons for Beds, 18 de mayo de 2015.
Oyetakin-White, P., Suggs, A., Koo, B., Matsui, M, Yarosh, D., Cooper, K.D., Baron, E.D. Does poor sleep quality affect skin aging? Clin Exp Dermatol. 2015 Jan; 40(1):17-22. doi: 10.1111/ced 12455. Epub 2014 Sep 30.
Tina Sundelin, MSc, Mats Lekander, PhD, Göran Kecklund, PhD, Eus J. W. Van Someren, PhD, Andreas Olsson, PhD. Cues of Fatigue: Effects of Sleep Deprivation on Facial Appearance. Sleep, Volume 36, Issue 9, 1 September 2013, Pages 1355–1360.En academia.oup.
Van Cauter, E., & Plat, L. (2018). Physiological roles of growth hormone and the consequences of growth hormone deficiency in adults. The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, 103(9), 3562–3573. En doi.org)( https://doi.org/10.1210/jc.2018-00564).
Irwin, M. R. (2020). Sleep and inflammation: Partners in sickness and in health. Sleep Medicine Reviews, 51, 101294.
Oyetakin-White, P., Suggs, A., Koo, B., Matsui, M. S., Yarosh, D., Cooper, K. D., & Baron, E. D. (2019). Does poor sleep quality affect skin aging? Clinical and Experimental Dermatology, 40(1), 17–22.
Axelsson, J., Ingre, M., Åkerstedt, T., & Holmback, U. (2017). Effects of acute sleep loss on emotional responses to facial expressions of disgust, fear, anger, and happiness in humans. Sleep Medicine Reviews, 40(5).
Andrew D. Calvin, Rickey E. Carter, Taro Adachi, Paula G. Macedo, Felipe N. Albuquerque, Christelle van der Walt, Jan Bukartyk, Diane E. Davison, James A. Levine, and Virend K. Somers. Effects of Experimental Sleep Restriction on Caloric Intake and Activity Energy Expenditure. Chest, 144, 2013, pp. 79-86.
Kristen L. Knutson, PhD, Karine Spiegel, PhD, Plamen Penev, MD, PhD, and Eve Van Cauter, PhD.The Metabolic Consequences of Sleep Deprivation. En NIH.















