La Feria Internacional del Libro de Fráncfort (#fbm20), principal evento en el campo ferial de Fráncfort durante el otoño, se canceló como evento in situ. Pero, tras debates sobre cuatro propuestas —entre las que se consideró, incluso, fusionar ferias distintas—, asistimos desde nuestros dispositivos a una feria híbrida, donde los invitados del extranjero mandan video mensajes y se realizan conversatorios ante cámaras con chat.


Feria

(Inauguración de la plataforma Weltempfang 2020 (Receptor Universal), con Juergen Boos, presidente de la FIL Fráncfort, en medio de la autora Priya Basil y el periodista y autor Geert Mak. Foto: Marc Jacquemin.)

Esta edición especial, que por ser especial también es excepcional, no cuenta como número entero en el récord de ferias. Por ello, Canadá, el País Invitado de Honor del 2020, volverá a ser tal en el 2021.

La FIL Fráncfort logró montar un evento masivo, con presentaciones para la industria editorial, público general y eventos en línea en vivo desde distintas salas de la ciudad de Fráncfort y de los ambientes privados de los autores. Sin embargo, los debates de la forma que la feria debía tener en esta edición fueron intensos y hubo quienes se hartaron del debate al punto de perder el interés.

Esta edición especial de la Feria Internacional del libro de Fráncfort ha reunido nuevamente a las principales voces del ámbito literario y político internacional, entre ellos Priya Basil, Bernadine Evaristo, Edward Snowden y Joshua Wong, y también ha vuelto a presentar voces latinoamericanas, como Raúl Zúrita.

La audiencia está presente

Participar de los eventos en vivo, para una audiencia no mayor de 15 personas, en esta edición en línea de la feria internacional del libro tiene algo de performance, de galería de arte y, además, se siente raro, pues no solían ser menos de 250 las personas que transitaban en torno a las presentaciones con todas las sillas ocupadas hasta la última fila. Aquella audiencia masiva de transeúntes se converge ahora en un lente gran angular y múltiples micrófonos. El acto se lleva a cabo en el Museo de la Comunicación, espacio preciso entre teléfonos públicos a monedas. No hay pantallas, ni bocaditos, ni micrófono para preguntas de los asistentes. «¡Hable fuerte!», me recomienda el moderador. Resulta surreal y no hace falta, somos muy pocos en la sala y las masas ante sus pantallas no me escucharán.

Holger Volland, a cargo del espacio de innovación en la feria THE ARTS+, constata que, así como la feria pudo, en esta oportunidad, haber perdido alcance y visibilidad como espacio de encuentro mayor para la industria del libro y los medios, sí ha logrado alcanzar, por otro lado, nuevas audiencias e interesados en materias específicas, al ponerse a disposición mediante YouTube. Mediante los booktubers y los espacios culturales de la televisión va la #fbm20 con charlas tituladas como Die Zukunft des Buches im elektronischen Zeitalter (El futuro del libro en la era electrónica) o Feedback 5: Global Warning! - Marshall McLuhan.

Desde Rusia, Edward Snowden conecta la cámara web para presentar su segundo libro, después de Permanent Record, una crónica más bien personal. Snowden, en el diálogo con el público —moderado por los organizadores de la feria—, se atrevió a hacer un pronóstico de lo que será la Internet de aquí a 10 años, en un contexto de lo que Shoshana Zuboff describe como capitalismo de vigilancia.

¿Y las editoriales de Latinoamérica?

Algunas están presentes en el catálogo de expositores, pero no se encuentran nuevas ni jóvenes que hayan tenido oportunidad de sacar provecho a esta edición en línea. La distancia y el interés predominantemente europeo en Fráncfort fueron los motivos por los que varias editoriales latinoamericanas no participaron en años anteriores. La distancia y los costos justifican rechazar la invitación a tener presencia in situ, pero dejar de atender el catálogo virtual de la FIL Fráncfort y no contactar a los organizadores para dar, desde los distintos países de Latinoamérica, al menos un panorama vía cámara web del quehacer editorial de cada país para el resto del mundo difícilmente se justifica.

Marifé Boix-García, vicepresidenta de desarrollo comercial del sur de Europa y América Latina de la Frankfurter Buchmesse, afirma: «Algunos países querían viajar y mantuvieron reservado el stand en la feria hasta el último momento, entre ellos, Argentina, también Colombia. Lamentablemente, se ha tenido que cancelar la feria presencial, pero tenemos registrados 63 expositores digitales de Brasil, 58 de Argentina, 51 de Colombia, 50 de México y de Chile 23».

La versión digital también ha permitido a algunas editoriales participar por primera vez, según la experta. «Venezuela llevaba muchos años sin participar y se ha registrado con cuatro editoriales. Además hay cuatro de Cuba. De Uruguay hay 2 expositores digitales mientras que de Ecuador, Paraguay, Bolivia y Costa Rica, tenemos un participante por cada país».

Boix-García explica las ventajas para las editoriales participantes: «Los expositores digitales pueden crear sus propios eventos, pueden poner un enlace en el calendario de actividades, que lleva al usuario a su propia plataforma. Algo que me alegra mucho es que veo nombres de editoriales que no conozco y que aprovechan varias de las oportunidades que brinda esta edición digital, como la mexicana Ediciones del Lirio o la colombiana Atenea, que han registrado varios eventos y un video».

¿Cómo será el futuro?

Concluye una edición especial que no cuenta, pero que sí revela dónde la conexión del internet es más rápida y cuán adiestrados estamos en videotelefonía, moderación de chat y community management en el mundo.

(Panel desde el Instituto Cervantes Fráncfort «Contra el olvido: una conversación con Héctor Abad, Daniela Abad, Fernando Trueba y Javier Cámara», moderado por Marifé Boix-García Frankfurter Buchmesse, Bookfest City.)

Esperemos que, para octubre del 2022, España sea el País Invitado de Honor a la Feria Internacional del Libro y que el énfasis en la lengua hispana anime a editores latinoamericanos a estar presentes en la Frankfurter Buchmesse, por ejemplo, mediante el Programa de Invitados y a través del equipo de Marifé Boix-Garcia.