Al volver de trabajar no hay cosa más relajante de hacer un poco de zapeo en la televisión. Es asombroso ver cómo, canal tras canal, puedes disfrutar de series sobre ciencias forenses: CSI (Miami, Nueva York, Cyber, Las Vegas etc.), Bones, Mentes Criminales, Mindhunter, Dexter, Castle, NCIS, RIS, Sherlock Holmes, The Alienist, Lie to me, Elementary y un larguísimo etcétera de una lista que no para de aumentar, gracias a las nuevas plataformas digitales como HBO, Netflix o Amazon Prime.

Al mismo tiempo, tienes la posibilidad de elegir no solo la época o el lugar donde están ambientados los hechos, sino que también puedes elegir según las ciencias forenses que más te apasionan. Si te gusta la antropología forense que estudia los restos óseos como huesos y cráneos, tu serie es Bones; si te gusta más la psicología criminal, Mentes Criminales o Mindhunter pueden fácilmente engancharte, siendo unos clásicos sobre patologías y mentes perversas. Pero también hay series sobre genética, balística, química forense o, incluso, sobre comunicación no verbal y detección de mentiras, que es la especialidad que me ha llevado a asesorar a guionistas sobre los perfiles psicológicos de los protagonistas, para que la ficción del director se ajuste a la realidad.

Pero ¿lo que pasa en estas series, es lo que pasa de verdad durante una investigación de un hecho criminal? ¿Cuánto hay de realidad y cuanto de ficción?

Durante mis clases en la universidad siempre explico un particular efecto psicológico llamado «Efecto CSI», a veces, denominado síndrome o, incluso, infección, que hace referencia a la idea exagerada y distorsionada que la televisión trasmite a la opinión pública sobre las ciencias forenses.

Una primera explicación es que en estas series se presenta la ciencia forense como infalible. El detective pone una muestra en un ordenador, no importa de qué sea la muestra: sangre, semen, cabello, piel, prendas de vestir o saliva. La base de datos en estas series siempre encuentra lo que buscas y saca el nombre, apellido, DNI, foto y dirección del sospechoso de manera inmediata; cosa que dista mucho de la realidad, ya que cada prueba tiene su tiempo dependiendo del porcentaje de material analizable.

Pero en estas series no hay problemas con las muestras; estas son perfectas, nítidas y, si no lo son, no hay que preocuparse, porque los detectives de estas series tienen la posibilidad de realizar una ampliación de imagen detallada a partir de los videos de las cámaras de videovigilancia —que consiguen ver perfectamente a 10 metros de distancia—, siempre usando un fantástico ordenador.

Este efecto CSI, también hace referencia a cómo estas series han influenciado a las personas que podrían hacer parte de un jurado popular, pues estos muestran una gran expectativa frente a las técnicas forenses; esperan, como en las series, esas pruebas que demuestran inequívocamente la culpabilidad del sospechoso y, así, no dejar un margen de duda sobre su culpabilidad.

Pero no es todo, este efecto CSI influencia a los mismos criminales; en algunas ocasiones, los delincuentes han llegado a reproducir los mismos patrones de un crimen, tal como pasa en las series o, en general, para que no les pillen, toman precauciones que estas explican detalladamente.

Por este motivo, me sumé, junto con más de 40 prestigiosos profesores universitarios y profesionales relacionados con las ciencias forenses, tanto de Europa como de Latinoamérica, en el proyecto de escribir el Manual de criminalística y criminología, liderado por la reputada genetista forense italiana Anna Barbaro. Este manual, ya publicado por Tébar Flores, intenta arrojar luz sobre cómo funcionan de verdad las ciencias forenses en la investigación criminal.

Rutinas científicas tan diversas como el estudio forense de fibras, la botánica forense, la entomología, la queiloscopia o la informática forense comparten el mismo objetivo: ayudar a la resolución de casos criminales y, a tal fin, en este manual se muestran desde las técnicas clásicas aún vigentes, hasta las más modernas, donde se incorporan las últimas tecnologías.

La obra es la mayor y más exhaustiva recopilación sobre la materia que se ha publicado en español.