Para cuando esté leyendo esto, Manuela Gómez Osorio, de 23 años, ya estará de regreso en Bogotá luego de viajar a Italia a comienzos del mes de febrero. Ella, junto con sus 25 compañeros de la carrera de Diseño y Mercadeo de Moda del Politécnico Grancolombiano, hicieron parte de la Misión Fashion Marketing and Product Management, un proyecto que lleva a estudiantes de dicha universidad a cursar el seminario que tiene el mismo nombre de la misión a la Accademia del Lusso, en Milán, Italia.

Una de las ventajas de realizar el viaje en el primer semestre del año es coincidir con la Semana de la Moda de Milán, uno de los más prestigiosos eventos del mundo en su tipo y que, a diferencia de otras citas tradicionales como el Carnaval de Venecia, no dejó de realizarse pese al coronavirus o COVID-19. Esto no significa que dicho evento no se viera afectado, las nuevas colecciones de Giorgio Armani y Laura Biagiotti fueron lanzadas a puerta cerrada para evitar contagios.

Manuela Gómez viajó de Bogotá a Milán haciendo escala en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid- Barajas, en España. A su llegada a Europa no se le realizó ningún chequeo médico, diferente de lo que ocurrió cuando aterrizó en Italia. «Tenían trajes cerrados, blancos, con guantas, botas, tapabocas y nos ponían un aparato en la frente con luces», cuenta Manuela. La Semana de la Moda convocó a miles de personas de todas partes del mundo, muchas de ellas de Asía, la región más afectada por el virus. «Se acumulaba mucha gente y se veían demasiados asiáticos en las calles».

Como medida preventiva, Manuela y sus compañeros decidieron usar tapabocas o máscara un día mientras se movilizaban por Milán. «Para la gente era raro: hubo quienes se burlaron, otros nos tomaron fotos», cuenta. «Ellos creían que nosotros llevábamos el virus».

El domingo 23 de febrero, el Gobierno italiano puso en cuarentena a 11 ciudades del norte del país luego de confirmar las muertes de tres personas. Esto obligó a Manuela y a sus compañeros a no salir de Novedrate, un pueblo cercano a Milán, donde está ubicada la Universidad eCampus, lugar de hospedaje de ellos y el profesor acompañante. Para el lunes siguiente, la cifra oficial era de 7 muertos y 219 casos confirmados. Ese mismo día la dirección del Politécnico Grancolombiano decidió pedirles a los estudiantes y al profesor que regresaran a Colombia antes de finalizar esa semana.

Cuenta Manuela que rondaba la información de que cerrarían todos los aeropuertos del país. Ya se habían cancelado partidos de la Serie A y Austria cerró el servicio de trenes a Italia, por lo que rumores de ese tipo no estaban lejos de ser creíbles.

En redes sociales abundaron las fotos de estanterías vacías en establecimientos italianos. Manuela fue testigo en una visita al supermercado de como las personas, que debieron escuchar rumores similares, se aprovisionaron hasta el máximo con enlatados, papel higiénico y agua embotellada.

De acuerdo con el estudio del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades (CCDC) la tasa de mortalidad del COVID-19 ronda el 2,3%, una tasa que según Benjamin Cowling, profesor de Epidemiología de la Universidad de Hong Kong, puede ser inferior «porque el número de contagios en nuestro cálculo no es tan grande como podría ser», dijo a la BBC. Además, en comparación con otros coronavirus, como el SARS y el MERS, la tasa es mucho menor: 10% para el primero y 20% al 40% de acuerdo el lugar para el segundo.

El periodista español Lorenzo Milá, quien ha informado desde Italia sobre la epidemia para RTVE, señala como el alarmismo se extiende más que los datos reales: los médicos italianos han repetido muchas veces que el COVID-19 es un tipo de gripe nueva de la cual muchos casos se recuperan en casa.

Sin embargo, los efectos económicos parecen ser de gravedad: Lombardía, Emilia-Romaña y Véneto, tres de veinte regiones administrativas que tiene el país, concentran el 40% del PIB; por causa de las medidas de prevención la economía se ha detenido y la Bolsa de Milán cayó un 3% el jueves 27. De momento, está en vilo la realización de eventos importantes, de ciclismo en este caso, como el Giro de Italia o la Milán-San Remo, que se desarrollan en la zona más afectada y tienen un impacto considerable para la economía de aquellas regiones.

A la espera de nuevos efectos que tenga el coronavirus en la agenda mundial, Manuela aguarda en Colombia la posibilidad de asistir al seminario en una próxima edición, del cual solo tuvo una clase antes de su cancelación. Ojalá regrese a Milán y no deba usar tapabocas, como también debió hacerlo la modelo estadounidense Bella Hadid.