Las religiones tienen una utilidad como herramientas para hacer frente a la incertidumbre de la vida diaria y tienen que ver mucho con nuestra personalidad. Hoy vamos a hablar de la la cienciología. Pero no vamos a entrar en juzgar sus creencias, sino a analizar algunas herramientas supuestamente psicológicas que utilizan para reclutar adeptos.

Para quien no lo sepa, la cienciología fue fundada en 1953 por el escritor de ciencia ficción L. Ron Hubbard. Es una de las religiones más jóvenes, pero también conocidas en el mundo, visto que entre sus afiliados han estado muchos famosos, entre los cuales se encuentran todavía Tom Cruise o John Travolta.

A menudo etiquetada una secta, como en Francia, la cienciología puede ser considerada el movimiento religioso más polémico del siglo XX por sus historias de abusos, sus dogmas, sus asuntos económicos, sus métodos y cursos de mejora personal, los precios de estos, etc.

Si vais a alguna ciudad donde se encuentre una de estas iglesias de la cienciología, podréis fácilmente encontrar algún cienciólogo en la puerta repartiendo panfletos, invitándote a someterte a un test de personalidad para conocer tus puntos débiles y mejorar. Este test está disponible también on line y se puede hacer cómodamente a casa. Yo hice este test para un reportaje de Equipo de Investigación, de La Sexta, y os cuento lo que encontré.

Este test se llama OCA, acrónimo de Análisis de Capacidad de Oxford, a pesar que Oxford no sabe nada y no tiene ninguna implicación según la revista Time; de hecho está desarrollado por un cienciólogo amigo de Hubbard. Según la cienciología, este test mide «tu coeficiente de inteligencia, personalidad y aptitud determinan tu éxito y felicidad futuros».

Es un test de 200 preguntas a las cuales tienes que contestar «Sí», «Tal vez» o «No» a preguntas como: ¿Haces comentarios o acusación irreflexivas de las cuales te arrepientes? o Cuando los demás se desconciertan ¿permaneces bastante tranquilo?. Algunas preguntas parecen confusas, negativas e incluso muy poco éticas.

Al final de estas 200 preguntas te aparece un gráfico del cual no hay una explicación. Para poder entenderlo te invitan a concertar una cita en la iglesia mas cercana y siempre es para el día siguiente.

Cuando fui a la iglesia me atendió un cienciólogo que pasó a explicarme que notas había sacado del test. Desconozco si era psicólogo o una persona preparada para suministrar e interpretar test.

Con cara de pena mezclada con tristeza pasaba a comentarme que necesitaba atención urgente porque estaba muy deprimido.

El test había revelado los rasgos más patológicos de mi personalidad: era una persona dispersa, sin objetivos en la vida, nerviosa, incapaz de centrarse y de entender a los demás. Solo expuso mis rasgos críticos, ya que que los positivos, tal y como mostraban los resultados del test, eran muy bajitos y ni siquiera valía la pena prestarle atención, según el cienciólogo. En definitiva, estábamos hablando de una depresión muy marcada: el nivel era 80 sobre 100, según el susodicho test.

Yo que me conozco, sé que este perfil no se ajusta para nada a mi personalidad, soy una persona que tiene muchos objetivos y siempre lucha para lograrlos, y por los trabajos que he desempeñado, la empatía era un requisito indispensable.

Pero esto lo digo yo. ¿Qué dicen otros test de mí?

Para saberlo, utilicé un test psicológico reconocido, el 16PF- 5, que conozco mucho y que uso habitualmente en mi trabajo: el perfil no solo era totalmente diferente del que pintaba el OCA, sino que me veía perfectamente reflejado en él.

¿Qué ha pasado entonces? ¿Qué test de personalidad es el correcto?

Lo que sucede con el test de la cienciología es que no hay constancia de ningún manual donde aparezca cómo se han sacado los baremos para afirmar que alguien padece un rasgo u otro, no hay constancia de literatura sobre este test ni investigaciones.

Un test para aprobarse necesita haber estado testado sobre una muestra y plasmar todas estas estadísticas en un manual formal aprobado por la comunidad científica para demostrar que es valido y fiable. Se necesita tiempo y trabajo: el OCA se hizo rápidamente por parte de una sola persona, Ray Kemp, que no era psicólogo ni sabia de metodología de la investigación.

En investigación la validez estadística se refiere a que una encuesta o un instrumento estadístico mida lo que tiene que medir y el grado de fiabilidad es el baremo que nos indica la precisión que tiene un test a la hora de medir. Es decir, un test será fiable cuando pasamos dos veces el mismo instrumento a la misma persona y obtenemos el mismo resultado.

El OCA no tiene ninguna explicación sobre su historia, o sea, cómo se ha desarrollado. Además, esta editado por la misma iglesia y esto deja mucho a desear sobre su objetividad. Hay investigaciones, y lo he probado yo también, que si contestas de una manera positiva, negativa o al azar siempre te salen rasgos negativos. Esto no pasas en los tests psicológicos reglamentados porque tienen coeficientes estadísticos que impiden que pase esto.

Y finalmente es poco ético captar gente por la calle para hacer un test, y al analizar los resultados remarcar solo los rasgos negativos, afirmar que se necesita atención urgente. Aparte de que un test nunca es determinista de una patología y se necesitan más, también la base de la intervención psicológica esta hecha por pasos y fases para dirigir la terapia.

A lo mejor, puede ser que lo que quieren es que aparezcan mas los rasgos negativos porque como me dijo el mismo cienciólogo, solo la cienciología podía curarme.

¿Cómo? Con un curso de 700 euros. Cursos que nunca acaban, porque para mejorar tienes que hacer una infinidad de cursos. Así que echad cuentas.