¿Nunca has sentido una sensación de calma e incluso felicidad al mirar el mar, las montañas o simplemente caminando por el bosque? Bueno, pues no es casualidad que los paisajes azules y verdes nos brinden un sentimiento de bienestar y de cierta forma nos ayude a mejorar nuestro ánimo.

Reducción de presión arterial, alivio de síntomas depresivos e incluso mejorar nuestra capacidad de concentración está estrechamente relacionada al contacto con la naturaleza, validando así prácticas como la japonesa Shinrin-yoku1 o ‘baño de bosque’, que consiste en caminar, de manera pausada, por un bosque, conectar con el entorno e incluso sentir y percibir los compuestos aromáticos conocidos como fitoncidas que liberan los árboles.

Asimismo, profesionales de la psicología y el psicoanálisis como el neurocientífico Marc Berman2 afirman que pasar tiempo en entornos donde la naturaleza prima, pueden afectar positivamente la concentración, aliviando nuestra mente de un estado constante de estrés, “tenemos dos tipos de atención: la atención dirigida, que es la que usamos en el trabajo y es el tipo de atención que es fatigable o agotable, y la atención involuntaria, que es captada automáticamente por cosas interesantes en el entorno y no es fatigable”.

El estrés mental en el que hoy en día nos encontramos también es debido al exceso de información provocado por la constante exposición a las herramientas tecnológicas como el celular y el computador. Profesores de las universidades de Utah y Kansas publicaron el artículo ‘La creatividad en lo salvaje: Mejora del razonamiento creativo a través de la inmersión en entornos naturales’, donde demostraron que personas expuestas a 4 días de caminata por la naturaleza resolvieron 47% más rompecabezas en comparación a un grupo de personas que no tuvo exposición a la naturaleza.

Asimismo, el científico Gregory Bartman, de la Universidad de Stanford, publicó en la revista PNAS3 el estudio ‘La experiencia en la naturaleza reduce la rumiación y la activación del córtex prefrontal subgenual’, donde destaca cómo tras una caminata de 90 minutos los implicados disminuyeron lo que se denomina como rumiación (pensamientos negativos repetitivos), mostrando una alta actividad en la corteza prefrontal subgenual (zona del cerebro relacionada a padecimientos de salud mental), sugiriendo que la naturaleza puede influir de manera importante en el estado de ánimo y en diversas funciones cognitivas como la memoria.

Y es que el cerebro del ser humano responde positivamente a los estímulos naturales pues, por ejemplo, se ha descubierto que observar las montañas o el océano induce a una mayor actividad de ondas alfa en el cerebro, produciendo un estado de relajación activa, mejorando la concentración y aumentando la claridad mental.

Prácticas para mejorar la salud mental

En 2022 un estudio publicado en la revista Enviromental Research4 investigó cómo el ruido y la exposición a espacios naturales verdes o azules ayudan a prevenir la ansiedad y depresión en personas entre los 14 - 24 años, concluyendo que la ausencia de ruido y exposición a espacios naturales interrumpen la rumiación y reducen el riesgo de padecer trastornos de ansiedad y depresión. También, descubrieron que una caminata por un bosque puede disminuir la fatiga mental, inducir la relajación y mejorar el rendimiento cognitivo y el estado de ánimo debido a las sustancias que producen los árboles (limonelo y pineno).

Siendo la naturaleza tan importante para el bienestar y la salud, es recomendable:

  • Paseos regulares: dedicar tiempo a caminar por parques o bosques, incluso durante 5 minutos, puede elevar el estado de ánimo y reducir sentimientos negativos.

  • Ejercicio al aire libre: realizar actividades físicas como correr o practicar yoga en espacios verdes potencia los beneficios psicológicos más allá del ejercicio convencional.

  • Jardinería: interactuar con plantas no solo mejora el estado de ánimo, sino que también fomenta una sensación de logro y conexión con el entorno.

  • Meditación en la naturaleza: practicar mindfulness o meditación al aire libre puede incrementar la conciencia del momento presente y reducir el estrés acumulado.

  • Desconexión digital: alejarse del ruido urbano y las distracciones tecnológicas mientras se está en un entorno natural aumenta los beneficios restaurativos de esos espacios.

La naturaleza no solo es un refugio estético, es un poderoso aliado para nuestra salud mental. Los efectos químicos que produce en nuestro cerebro son evidentes y respaldados por investigaciones científicas que, al ser vinculados a prácticas cotidianas que nos conectan con el entorno natural, son una herramienta valiosa para mejorar significativamente nuestro bienestar psicológico y emocional. La clave está en hacer del contacto con la naturaleza una parte integral de nuestras vidas.

Notas

1 Artículo sobre el Shinrin-yoku o ‘baño de bosque’.
2 Acceda al siguiente enlace para ampliar en la opinión del neurocientífico Marc Berman.
3 Acceso al artículo que el científico Gregory Bartman publicó en la revista PNAS.
4 Enlace al estudio publicado en la revista Enviromental Research.