¿Qué tienen en común un perro que levanta la patita para orinar el tronco de un árbol y el astronauta Neil Armstrong clavando la bandera de los Estados Unidos en la luna? A primera vista nada, pero según el distinguido analista político Daniel Eskibel, al perro y al astronauta los impulsa la conducta territorial, la conquista de un territorio propio. Un sentido territorial proxémico íntimamente vinculado al poder, al dominio, al control. Justo lo que hacen los políticos en campaña electoral en los rincones de nuestras ciudades. Colgados de las farolas, pegados en los arboles o en los muros, el sentido es el mismo: el líder político lucha por el poder y ganar los votos y por ello marca el territorio con su eslogan y su rostro. ¿Pero qué quieren decir? ¿Qué trasmiten los carteles electorales de este 28A? Quiero analizar con vosotros algunos de ellos.

PSOE: puro estilo americano

El color negro es una clara apuesta a la reflexión y la madurez del líder, Pedro Sánchez: le da esta sensación de atemporalidad. También este tipo de filtro da mucho poder al blanco, que siempre está asociado a una sensación de transparencia y de pureza.

Su rostro es serio y sereno: una vez más subraya al sentimiento de reflexión y asertividad.

A lo mejor es demasiado neutro y no ayuda el hecho que Pedro Sánchez no es un tipo emocional, sino a veces demasiado poco natural e impostado en su comunicación.

Las frases Haz que pase y La España que quieres utiliza dos verbos muy potentes como querer y que pase algo bonito. Eso apela a emociones que son las que mueven el voto hoy en día.

El cartel en definitiva es muy a la americana, como le gusta al equipo del PSOE y como lo hemos visto durante el proceso de modernización que llevaron a la Moncloa. Muy bien. Me gusta. Pero que recuerden que en España nos gusta ir por casa.

Ciudadanos: estilo deportivo trasladado a la política

Tengo sentimientos controvertidos con este cartel. Tiene muchas cosas positivas y otras que consiguen que Albert Rivera parezca un héroe de Marvel con ese plano americano con su figura como si estuviese en movimiento.

Demasiado intenso en su conjunto, aunque la expresión facial no presenta ningún tipo de emoción e incluso esboza una apretón de mandíbula que parece que Albert Rivera este nervioso o preocupado. Emociones muy propia de su personalidad que le lleva a tener un comportamiento no verbal muy nervioso.

Este movimiento en su postura se traslada al lado verbal con el imperativo Vamos, muy típico del mundo del deporte y que muchos pensamos está cogido prestado de Nadal.

Unidas Podemos: el protagonista es el votante

Poco se puede decir de este cartel, el pueblo es el sujeto, creo que es una metáfora muy emotiva que quiere ganar voto emocional.

Este cartel es congruente con los valores del partido, donde la base es la que es el sujeto activo político. Sin embargo, llega justo después del cartel muy controvertido de Pablo Iglesias, VuELve, tras su baja por paternidad. Ahora es como si se escondiese para rectificar y demostrar que el pueblo sigue siendo el sujeto político.

La historia la escribes tú, el lema de campaña de la formación, sigue siendo un llamamiento al pueblo y al voto pudiendo cambiar la historia delante del auge de la extrema derecha.

Partido Popular: intento de equilibrio entre lo conservador y lo nuevo

El punto fuerte en la comunicación no verbal de Pablo Casado es su expresión facial: es una persona que expresa muy bien sus emociones y por eso aparece en el cartel electoral con una sonrisa. Sin embargo, en conjunto parece muy serio y no genera cercanía, a pesar de la sonrisa. Lástima que su foto esté también muy photoshopeada. Demasiado.

Casado tiene una figura muy poco natural, demasiado serio, encorbatado para intentar generar madurez. Además el PP, en comunicación, siempre ha sido muy antiguo y conservador: un lema y una foto carnet en fondo blanco. ¡Qué novedad!

El lema Valor seguro quiere remarcar lo que su comunicación no verbal intenta trasmitir: juventud y tradición, experiencia y valor.

Vox: épico

Aparece Santiago Abascal en verde, el color corporativo del partido. Con el eslogan Por España, con los colores de la bandera. Me llama la atención el punto final del eslogan, como queriendo enfatizar todo por España y nada más, no hay nada más que decir, es la palabra mágica que todo hace y todo nos une.

Su imagen aparece distante, mira el infinito, es el único líder que parece no querer conectar con el votante. Y esto es normal. Santiago Abascal es una persona muy fría que no expresa sus emociones y solo se encuentra cómodo en grandes mítines épicos, como los de Vistalegre, para mover las masas como políticos de antaño.