Creo que alguien debería ir a la autora de Harry Potter y decirle: «mire, Sra. Rowling, déjelo estar».

En 2016, cinco años después de que Harry Potter derrotara a Voldemort en la gran pantalla, casi una década después de publicar el último libro de una de las sagas más influyentes de nuestro tiempo, JK Rowling nos devolvió al mundo de magia y hechicería con Newt Scamander, obviando el formato literario y yendo directamente a la gran pantalla.

Personalmente encontré la película Animales fantásticos y dónde encontrarlos bastante entretenida. Una historia muy simple, bastante contenida, con efectos visuales espectaculares y música cortesía de James Newton Howard. La cinta toca levemente temas como la paranoia, abusos infantiles y los prejuicios que provoca el desconocimiento. El protagonista tiene un aire al Dr. Who interpretado por Matt Smith y se mueve por el deseo de estudiar, proteger y educar.

Llegamos al año 2018, y al estreno de Animales Fatásticos: Los crímenes de Grinderwald. La película trae de nuevo a Newt y sus amigos de la primera y, según la descripción de IMDB: «es la segunda entrada en la serie Animales Fantásticos situada en el Mundo Mago de J.K. Rowling, presentando las aventuras del zoólogo Newt Scamander».

Después de verla puedo decir que sí, Newt Scamander aparece en la película y vive «aventuras». Pero sus aventuras no son más que una subtrama entre otras 8 subtramas, y ninguna trama principal.

Datos polémicos antes de entrar

Teniendo en cuenta de que no utilizo Twitter, que hace años que no formo parte activa del fandom de Harry Potter (conocido como potterheads) mi conocimiento de las polémicas entorno a esta cinta se limitaban a:

  • Johnny Depp, caído en desgracia pública y que lleva años sin interpretar un papel que no sea una variación de Jack Sparrow, hace el papel del Malo Malísimo.

  • Rowling anunció en 2007 que Albus Dumbledore es gay. El director de Los Crímenes, David Yates, confirmó que esto no sería evidente en la película.

  • Nagini (la serpiente de Voldemort) era una mujer maldita.

Al sentarme en mi butaca temía que lo peor de la película sería Johnny Depp y su ya habitual esperpento. Dos horas y media más tarde pude confirmar que Johnny Depp no había sido lo peor de la película.

Hablemos de cosas positivas por un momento

Los diseños de los animales fantásticos son muy bonitos. Y la banda sonora, nuevamente compuesta por James Newton Howard me ha gustado bastante, aunque se apoya mucho en los famosos temas de Harry Potter. En su mayoría, los efectos visuales están cuidados – algo que tendría que ser obvio a estas alturas de nuestra vida. En cuanto a los actores, Jude Law como Dumbledore, Eddie Rednayne como Newt y Ezra Miller como Credence Barbeone son lo que más me ha gustado.

Un poco de CGI, pizca de nostalgia y una generosa cantidad de personajes

¿Conocéis el test de la lámpara sexy? Es un test que mide la relevancia de los personajes femeninos en el argumento de un texto y funciona de la siguiente manera: ¿puedes sustituir al personaje de tu texto por una lámpara sexy y que el argumento no se vea afectado de ninguna manera?

Bien, esta historia cuenta con un total de seis personajes femeninos (Leta Lestrange, Tina y Queenie, Nagini, Seraphina Picquery, y las seguidoras de Grinderwald). Todas ellas, con la excepción de Leta, son lámparas. Tina, la protagonista proactiva de la primera película queda relegada a subcompañera/damisela en apuros en la secuela.

Queenie, quien nunca tuvo una gran relevancia en Animales Fantásticos, pero cuyos rasgos principales eran a) leer la mente de la gente, b) un buen corazón, c) abierta de miras, se convierte en una parodia de mujer florero en el mejor de los casos y en una violadora en el peor de ellos (dependiendo de cómo se mire), por no hablar del hecho de que es más manipulable que mantequilla derretida.

Leta Lestrange, a quien tal vez recordareis como «la amiga de Newt del colegio de Newt», no es tanto una lámpara como una radio, a la que encienden durante 20 minutos para explicarnos toda su vida y luego morirse «heroicamente». Sus escenas, y flashbacks, sin embargo son de lo mejor de la película, principalmente porque es el único personaje con el que formamos un vínculo emocional.

Sería un error, sin embargo, decir que sólo las mujeres son inútiles en esta película, otros personajes como Grinderwald, el hermano de Newt y los agentes del ministerio de magia son prácticamente irrelevantes para la historia.

¿De qué va la película?

De nada. No pasa absolutamente nada en esta cinta. No va de la difícil decisión de tomar bandos en una guerra civil entre magos. No va de proteger a la comunidad mágica de un megalómano racista. No va de proteger a animales fantásticos de las crueldades provocadas por el desconocimiento. Ni siquiera trata de encontrar a la familia y descubrir que la familia son los amigos que hacemos durante el camino.

La película pretende tocar todos estos temas, pero fracasa monumentalmente debido a un guión enrevesado y a una estructura inexistente. Se trata de un cúmulo de escenas explicativas salteadas por escenas de acción incomprensibles y un ardiente clímax que te deja frío.

Rowling….no

Una de las mayores pegas que los fans más entusiastas (potterheads) le han encontrado a Los Crímenes de Grinderwald, es que contradice el «canon». Es decir, contradice aquellas cosas establecidas en los libros originales (llamado canon), es decir, en los libros de Harry Potter.

Para aquellos fans que han dedicado años de su vida a volcar amor e interés por una saga, que una pieza de la saga, sea libro o película, ignore el canon para hacer su propia narrativa, es bastante frustrante.

Especialmente porque muestra una falta de respeto/interés por el texto «canon». Sin embargo que lo haga la autora original, ya es para cagarse – hablando pronto y mal.

Es decir: para los potterheads que Rowling ignore el canon, es una falta de respeto y, personalmente, sin ser una gran potterhead, considero que hacerlo es similar a escupir a tus fans a la cara.

¡Bah! – oigo decir a algunos - ¡Estamos hablando de un mundo fantástico, una serie de libros que no tienen nada que ver con la realidad! ¡Ofenderse por eso es estúpido!

¿Lo es? ¿en serio? Estamos hablando de gente que, por amor al arte, ha dedicado incontables horas, invertido pasión y dinero, dado su amor a la creación de un autor. Se ha volcado en un mundo ficticio, aprendiendo cosas de él y aportando sus granitos de arena a través de fanart, fanfic y otras expresiones artísticas a una comunidad centrada entorno a algo que un autor ha creado. Está demostrado que la gente crea lazos sentimentales reales con aquellas obras de arte que les «tocan» de alguna manera. Los sentimientos que nos llevan a recordar un mundo inexistente, a querer a unos personajes ficticios, que nos hacen reír y llorar, son reales y menospreciar dichos lazos es un error.

Como autora no hay nada que desee más que tener una base de fans como los potterheads. Un fandom tan extenso y diverso que significó un cambio de paradigma en el mundo del fandom, en la consideración de obras de arte hechas por fans a nivel público y social.

Como autora no me cabe en la cabeza que la instigadora de un movimiento así tenga tan poco aprecio por sus fans, que sea capaz de decir «¿sabéis todo eso que lleváis veinte años amando y aprendiendo? Sí, bueno, me lo voy a pasar por el forro»

Vamos acabando

El problema con Los Crímenes de Grinderwald es que J.K.Rowling no es guionista. Se le da genial crear universos, y todos sus personajes tienen historias que para ella como autora son una pasada. Historias que son fácilmente incluibles en un libro, porque puedes tomarte tu tiempo para explicarlas y mostrar flashbacks y hablar en exceso sobre detalles que en la gran pantalla pasan desapercibidos.

Una película tiene un tiempo limitado para atrapar la atención del espectador y hacer lo que un libro hace en 200, 300 o 500 páginas. Es una historia condensada y lo que le falta a los Crímenes es condensación, que alguien con unas tijeras muy grandes podara la paja y le diera estructura. Que alguien se sentara con Rowling y le dijera, con total sinceridad: «esto no se va a entender» o «esto no tiene sentido en el universo que has creado».

Ningún autor es perfecto y nadie sabe hacerlo todo. Los autores somos poco consistentes, nos cuesta permanecer dentro de los límites que se nos establece (preguntadle a mi editor, si no me creéis). El problema probablemente esté en el hecho de que decirle a la mujer más rica del mundo «mire señora, esto no se hace así», puede que sea difícil. Pero si se pretende que la saga de Animales Fantásticos sobreviva, hacerlo va a ser, tarde o temprano, completamente imprescindible.