Previo al 25 de agosto, Día de la Independencia de la República Oriental del Uruguay, todos los 24 de agosto desde 1978 se celebra la Noche de la Nostalgia. Noche emblemática, de música y algarabía. Noche de reuniones con amigos, de esos que no se ven hace mucho, noche para bailar dos y uno y bailar suelto, noche de cenas y buena música. Noche mágica que resucita el espíritu de casi 3.000.000 de uruguayos.
La edición de la Noche de la Nostalgia 2024 en Uruguay movió a más de 200.000 almas que buscaban mover su espíritu al son del baile y de los Old Hits de todos los tiempos. En esta oportunidad fue sábado y al otro día era feriado nacional; día de descanso.
Esta noche es una de las más esperadas del año, caracterizada por fiestas, eventos y reuniones en las que la música en inglés y español de los 60, 70, 80 y 90 es protagonista. En la playlist musical figura desde rock hasta pop, cumbia, reggaetón y bachata.
La Noche de la Nostalgia nació un 24 de agosto del año 1978 gracias al empresario Pablo Lecueder -propietario de una discoteca y director de la popular radio “CX 32 Radiomundo” y “Océano FM”-. Lecueder organizó una fiesta temática que se enfocaba en la música de los años anteriores, para atraer a personas que quisieran revivir los éxitos musicales de su juventud.
De esta manera, la idea tuvo tanto éxito que se convirtió en una tradición anual, y otras discotecas y salones de baile adoptaron la idea. Actualmente, las personas van a predios privados o se reúnen en casas particulares.
En un primer momento, la celebración estaba orientada al público adulto, pero con el paso del tiempo, la fiesta se expandió y atrajo a personas de todas las edades, interesadas en disfrutar de la música retro y la atmósfera nostálgica. Actualmente extranjeros vienen al país a divertirse, o viven la fiesta en sus domicilios particulares en otras ciudades del mundo.
La fiesta no solo se reduce a Montevideo, la capital de Uruguay, sino que se extiende a todo el país. Esa noche salen a bailar tanto adolescentes, que quieren revivir música del pasado, como personas sexagenarias que quieren resucitar su espíritu juvenil.
La vestimenta tampoco era para dejar de lado. Collares con el símbolos de amor y paz, colgantes floreados, pelucas, corbatas de colores, vestidos alegres y pantalones Oxford. Nada de luto. Ese día, la mayoría de las mujeres tuvieron cita con la peluquería obligatoriamente.
Con el paso del tiempo, esta noche se institucionalizó. Cada 24 de agosto clubes, bares, restaurantes, y distintos locales organizan eventos temáticos donde los old hits hacen vibrar la pista y el espíritu de los participantes. Además, los salones también son decorados con elementos alusivos a la noche.
El leitmotiv de la noche es divertirse de manera sana. Ello brinda a las personas, de distintas generaciones, la posibilidad de evocar clásicos donde los nietos bailen con los abuelos.
Hoy, la Noche de la Nostalgia, se ha convertido en un fenómeno cultural en el país. Para muchos es la excusa perfecta para reunirse con amigos y familiares, bailar y recordar momentos importantes de sus vidas.
Además, es la noche mágica donde más público sale a bailar comprobado estadísticamente (inclusive más que en Navidad y Año Nuevo). Se desarrolla la industria gastronómica porque miles de personas salen a festejar.
Debido al gran movimiento nocturno, las autoridades uruguayas han implementado campañas de seguridad vial y de prevención del consumo del alcohol. Se despliega un sistema de vigilancia donde los conductores no pueden beber alcohol (en este país la tolerancia para manejar es de 0% de alcohol en sangre, independientemente de esta noche, desde el año 2015). Es normal que esa noche haya mucho movimiento de ómnibus, taxis y de coches particulares que ofrecen su servicio.
Cubrir una noche de la nostalgia en Uruguay despierta el espíritu de jolgorio, en el buen sentido. Comprar las entradas de una fiesta particular donde las mismas estaban ya casi agotadas.
La hora habilitada para el ingreso era a las 22:00 para evitar aglomeraciones. La entrada estaba bien identificada y había muchos guardias de seguridad. Los taxistas no podían ingresar al predio, sino que debían estacionar su vehículo y dejar al pasaje a unas tres cuadras de la entrada.
La bebida variaba desde refrescos, cervezas, whisky, gin tonic, hasta el popular argentino Fernet (30% Fernet, 70% refresco Cola). Se podía comprar botellas de 330cc a envases grandes que se dejaban en la barra etiquetadas con el nombre del comprador. La ropería salía $100 mientras que el beberaje oscilaba en $350 a más.
Allí había distintas bandas en vivo y DJ Sanata, periodista, comunicador y protagonista de “La Bajada”: una festividad que se celebra en diciembre, creada desde el programa Justicia Infinita, que se ha hecho tradicional en Montevideo. Asimismo, había tres pistas para bailar y carritos de comida afuera para consumir. Entre las bandas locales y de Argentina que tocaron en vivo esa noche estuvieron: “Humorisimas”, “Majo y la del 13”, “Los Picantes”, “Bola 8”, “Yerba Brava”, “DJ John Perdomo”, “Roman El Original”, “Maldito Peke”, “Chimpan C”, “La Furia”, “DJ Germán Osorio”, “Dj Sanata”, “18 Kilates” y “Mario Bermúdez”.
Durante la noche, no faltaron las luces de colores, las bolas giratorias de espejos, los papelitos ni los globos inflados que iban de mano en mano rebotando. Tampoco faltaron los reencuentros casuales con conocidos.
Se veía desde jóvenes, mayores de 18 años, hasta personas de 70. Más de 3000 almas bailaron esa noche en el Prado. En Uruguay está prohibido fumar en espacios cerrados y muchos fumadores optaron por los vaporizadores.
Había toilettes dentro del complejo y baños químicos mixtos a disposición del público. Todos los detalles de esa noche estuvieron pensados para que la celebración fuera a lo grande. La música sonó hasta que el sol salió en una noche muy fría pero que no se sintió con el calor del corazón.