El cambio climático es un hecho irrefutable, todos los años, tal y como lo predijeron los científicos, los cambios son más drásticos y los fenómenos naturales más intensos.

Lo que no es tan obvio, salvo para los que conocen del tema, es que esos fenómenos naturales no son producto de la casualidad, son producto de la destructiva actividad humana sobre el planeta.

Más concreta y específicamente, son potenciados y aumentados por esa actividad humana destructiva. Ya que el planeta no tiene otra forma de restablecer el equilibrio natural más que con una acción igual e inversa. Recuerde que, el equilibrio es una ley fundamental de la Naturaleza. Y el principio de Acción-Reacción es la ley física por la cual se manifiesta.

Así las cosas, aunque usted no sea un experto o conocedor del tema, debe dar por un hecho y aceptar que, dado que el equilibrio y el principio de acción y reacción son inviolables, también es un hecho que todo lo malo que le hagamos al planeta este nos los devolverá en la misma medida. Con tifones y huracanes cada vez más fuertes e intensos, sequías, inundaciones, incendios, derretimiento más acelerado de los casquetes polares, y hasta terremotos, porque los eventos y fenómenos se concatenan.

No obstante, y aunque usted no lo crea, hay gente que no lo cree. Peor aún, hay gente que, lo niega. Incluyendo mandatarios. La pregunta obvia es: ¿por qué?

Y la triste razón, en el caso de los mandatarios, es porque la mayor parte del destructivo daño que le causamos al planeta proviene de la actividad económica e industrial que mantenemos. E ir contra esa actividad es ir en contra de los grandes industriales y empresarios. Y que el mandatario sin escrúpulos, ambicioso, con baja moral y ética y con alto sentido comercial y explotador. ¡Quiere eso!

Pero la razón de esta crítica y este artículo, no es esa. Ya todos sabemos que, quien ambiciona el poder, se engolosina con él, al punto de, no querer dejarlo, aunque tenga que negar la realidad, comprar consciencias y pasarle por encima, a propios y extraños.

La razón de esta crítica irónicamente es la sinrazón, la sinrazón pura de quienes, engañados o no, creen en lo que, los detractores de la razón pura les dicen, ‘queriendo con querer’. Eso simplemente, yo no lo comprendo.

Algunos les dicen porfiados: porque una y otra vez, de manera terca y obstinada, vuelven al mismo punto y argumento de sinrazón. Pese a que, una y otra vez, se les demuestra que no tienen razón.

Yo prefiero llamarlos tentetiesos: un muñeco de materia ligera, o hueco, que lleva un contrapeso en la base, y que, movido en cualquier dirección, vuelve siempre a quedar derecho.

¿Por qué?, Porque el parecido de la analogía es obvia y redundante.

Así las cosas, no sea un tentetieso, no se deje llevar por la sin razón pura. Sea objetivo, analice, escuche razones, compare, vea la evidencia, está ahí, no tiene más que salir afuera para comprobarla. Y ver las noticias para comprobar que, no sólo en su país, eso pasa, que es a nivel mundial.

Y recuerde, no hay peor engañado que, quien se cree su propio engaño.

Así que no pase por tonto, si no lo es.