La fantasía épica es uno de los géneros de mayor auge en la actualidad. Se trata de un subgénero fantástico que se da sobre todo en literatura pero que también existe en los juegos de rol, videojuegos y, últimamente, en el cine y la televisión.

La fantasía épica se caracteriza por la abundancia de seres mitológicos (dragones, elfos, hadas, etc.), o fantásticos, y una ambientación ficticia generalmente de tipo medieval. Lo que diferencia a la fantasía épica de la fantasía es que, en la primera, los elementos reales armonizan con los fantásticos y ficticios.

La fantasía épica o heroica encuentra referentes ya en la literatura épica de la Antigüedad, en los libros de caballerías, principalmente el ciclo artúrico, las sagas nórdicas y la mitología árabe. Este tipo de literatura cumple la premisa de que, tanto el que escribe como el que lee, sabe que se trata de una obra de ficción. Es por ello que la Odisea se considera épica en lugar de fantasía épica, ya que todo lo que se narra en el famoso poema forma parte de la religión de la época en la que se publicó.

Actualmente este género goza de una gran aceptación y está bastante de moda ,sobre todo por el éxito que supuso la adaptación cinematográfica de la saga de J. R. R. Tolkien, El Señor de los Anillos. Se considera a este autor como uno de los padres de este tipo de novelas y lo cierto es que casi todas las obras publicadas en este género siguen el patrón ya marcado por el autor británico.

Una de las características principales de este género es que la historia se ambienta en un mundo o universo totalmente ficticio, con su historia, geografía, mitología y lenguajes, aunque a menudo la creación del universo pierde peso en favor de la trama y podemos encontrarnos mundos en los que las leyes de la física no funcionan como cabría esperar. Casi siempre encontramos una sociedad medieval con una estructura social feudal, normalmente estamental esto lo vemos en la obra de Tolkien, también en la ya famosa saga Canción de Hielo y Fuego, de George R. R. Martin, pero no siempre es así. La trilogía de El Mar Quebrado, de Joe Abercrombie está ambientada en un mundo con clara inspiración vikinga.

Otra rasgo de este tipo de obras es que el, o los protagonistas, normalmente son jóvenes, generalmente niños o adolescentes que, o bien esconden un gran poder o, por alguna razón (mágica o no), son elegidos para realizar alguna misión. Muchas veces los protagonistas llevan vidas anodinas hasta que algún objeto mágico se cruza en su camino, ya sea un huevo de dragón como en la saga El Legado, de Christopher Paollini, o bien porque alguna profecía los ha elegido o para salvar el mundo o para destruirlo. Para llevar a cabo esta «misión» normalmente el protagonista se ve obligado a realizar un viaje gracias al cual el lector conoce los rincones de este mundo inventado y en el que vemos el desarrollo personal del joven héroe o heroína. Casi siempre en algún punto de este viaje el protagonista se encuentra con un mentor, generalmente alguien mayor que él que le enseña a desarrollar sus aptitudes ya sea en la lucha o en el uso de la magia.

La magia es un recurso recurrente en este género. Suele haber diferentes tipos de magia según la historia, a veces nos encontramos con mundos en los que la magia es un elemento más y hay magos y brujas por doquier, hay escuelas de magia e incluso los magos forman una institución con peso en la sociedad, como en Memorias de Idhun de Laura Gallego. En otros la magia es perseguida, como lo fue en la Edad Media en Europa. Y en otros los magos escasean, de tal forma que hay gente que no cree que la magia exista.

Una de los rasgos más llamativos de este tipo de escritos es el uso de un lenguaje totalmente inventado. Al tratarse de un mundo diferente al nuestro es muy normal que su cultura y su lengua sean también diferentes. Este es un rasgo que destaca sobre todo en la obra de Tolkien que llegó a inventar tres idiomas diferentes solamente para los elfos. Aunque normalmente se puede encontrar que los personajes no hablan el mismo idioma no siempre se crea un sistema tan complejo como el elaborado por el autor de El Hobbit.

Actualmente este tipo de novelas e historias gozan de una gran popularidad. El éxito alcanzado por la serie de televisión Juego de Tronos, basada en las novelas de George R. R. Martin, es la culpable, en gran parte, de esta fama, pero en la actualidad vemos que el modelo va evolucionado.

Hoy en día las mujeres ganan cada vez más peso siendo ya protagonistas y no meros objetos de amor y deseo y además el antihéroe empieza a ganar peso, de manera que ya no tenemos a protagonistas perfectos que luchan por el bien supremo y son la encarnación de la bondad absoluta, sino que encontramos a personajes más realista cuyos deseos y pasiones les llevan a cometer errores, como a cualquier ser humano.

La fantasía épica ha sido un genero recurrente desde sus inicios y gracias a ella han llegado a nuestros días grandes autores y obras que forman parte de la historia de la literatura.