Cada vez se detecta con mayor asiduidad la preocupación social por una alimentación más sana, sin dogmatismos y con consciencia por parte de cada uno de nosotros y hemos de decirlo alto y claro: nos alimentamos mal. No es ningún secreto que la sociedad marca unas pautas de consumo, pero quizá llegó el momento en que muchos ámbitos sociales se den cuenta de que todo aquello que nos imponen como normal es, precisamente eso, una imposición. Vamos a refrendar estas afirmaciones con datos, cifras y reflexiones para que cada uno evalúe si ha llegado su momento de cambiar de hábitos. Por ejemplo, resulta escalofriante saber que, de cada diez ciudadanos españoles, siete de ellos consideran que se alimentan adecuadamente. Pero diversas investigaciones hablan de su error. Por ejemplo, diversos estudios como el que ofrece el II Observatorio Nestlé de Hábitos Nutricionales y Estilo de Vida de las Familias desvelan que siete de cada diez de estos españoles (curiosamente) olvidan hacer una de las cinco comidas al día que se aconsejan por los nutricionistas. Pero hay más. Veamos algunos datos preocupantes.

El de las cinco comidas es uno de los puntos más importantes. Cualquier nutricionista sabe que es necesario realizar estas cinco comidas por diversos factores que luego explicaremos. Las tomas que habitualmente solemos saltar son el almuerzo y la merienda. En casi el 50% de los casos se aluden a razones como la falta de hábito o costumbre para realizar estas comidas. En menor porcentaje se alega falta de apetito o incluso de tiempo para hacerlo. Al final nos encontramos que solo tres de cada diez personas realiza las cinco comidas diarias.

La hidratación también es fundamental y es una de las asignaturas suspendidas en occidente. En general, la población de un país occidental como España cree estar bien hidratada, pero los datos no corroboran esta percepción. Por ejemplo, ocho de cada diez españoles se considera bien hidratado cada día pero hasta siete de cada diez confiesa no beber los dos litros de agua que un adulto debe ingerir a diario (sea invierno o verano). Como en el caso de las cinco comidas, los encuestados dan diversas razones que se nos antojan sorprendentes: desde la falta de sed a “no recordarlo”.

Tan importante como lo apuntado hasta ahora resulta el desayuno. Los datos en la primera comida del día y tal vez la más importante también dejan bastante que desear: solo una de cada diez persona realiza un desayuno equilibrado y completo. Esto es, un desayuno variado que contenga diversos grupos de alimentos como bebidas lácteas o incluso vegetales, como las bebidas de avena, arroz o almendra. No pueden faltar tampoco los cereales, preferiblemente integrales como copos de avena o muesli. Tampoco resulta muy habitual entre los encuestados el consumo de fruta o zumo de frutas o verduras en la primera ingesta del día.

Veamos también cuales son las carencias o incorrecciones alimenticias por grupos de alimentos:

  • Carne. El exceso de consumo de carne en nuestra dieta pasa factura. Recientes investigaciones así lo demuestran y el último estudio de la Organización Mundial de la Salud acabó por confirmar una realidad. Más de la mitad de los ciudadanos reconocen que su consumo de carne roja es de una vez por semana, la ración establecida como prudente. Pero la realidad es otra: casi un 60% demuestra en su cesta de la compra que la ingesta se eleva a casi tres raciones semanales. Y, ojo, hablamos solo de carne roja, sin contar con las procesadas que incluyen el habitual embutido y fiambre. Por su parte, la carne blanca (más sana per se), se eleva hasta las cuatro tomas semanales cuando la recomendación es de tres.
  • Pescado. En cuanto a consumo de pescado, es casi inversamente proporcional al de la carne. Conociendo sus beneficios (especialmente el del pescado pequeño y fresco frente a los grandes como el mero que acumulan muchos metales pesados), mas del 60% reconoce que se alimenta con menos pescado del recomendado.
  • Frutas y verduras. Pese a que creemos comer la suficiente fruta y verdura, estamos equivocados. Aquello de las cinco raciones prácticamente no se cumple. Casi ocho de cada diez españoles no llega ni a ingerir tres raciones de fruta o verdura al día. Y lo más preocupante es que casi el 40% no consume nada de fruta diariamente. Matizando además, destaca en estos valores en negativo el hombre respecto a la mujer: la mitad de los ciudadanos españoles no toma ni siquiera una pieza de fruta. Por su parte, las verduras y hortalizas salen un poco mejor paradas, pero no demasiado. Siete de cada diez dice hacer dos tomas diarias de verdura, pero los hábitos de consumo no lo atestiguan así y reducen la cifra a cuatro de cada diez, lo que significa que casi el 60% no toma ni verduras ni hortalizas diariamente.
  • Legumbres. El consumo recomendado de las saludables legumbre oscila entre tres y cuatro raciones semanales, pero solo el 60% reconoce cumplir esta recomendación nutricional. Uno de cada cuatro encuestados reconoce consumir menos de dos raciones semanales.

Ahora, con estos datos en la mano, y si estás dentro de estos parámetros, ¿tan difícil va a resultarte empezar a introducir ciertos cambios en nuestra dieta?