No hay referencia más respetable para un actor al hablar de su oficio que El Método. El método es el de Constantine Stanislavsky. El actor y director de teatro ruso que revolucionó el teatro americano alrededor del penúltimo cambio de siglo y cuyas enseñanzas fueron trasladadas al cine por profesores de interpretación como Stella Adler y Lee Strasberg, quienes instruirían a jóvenes como Marlon Brando o Paul Newman entre muchos otros.

Aunque la cosa es más compleja en la práctica, la imagen estereotipada del método Stanislavsky es la del actor rompiendo límites físicos y psicológicos para encarnar al personaje. Identificándose al máximo con él e incluso incorporándolo a su vida privada. Inmersión absoluta a tiempo completo, volverse el personaje. Un ejemplo clásico es Robert De Niro musculándose como un boxeador de primera y obesizándose a continuación como el mayor ceporro del bar de la esquina en Ranging Bull (1980). Me parece tan impresionante como a cualquiera semejante compromiso con una interpretación, pero cuando veo algunos de esos casos no puedo dejar de acordarme de una célebre anécdota entre Dustin Hoffman y Laurence Olivier.

Los dos ilustres actores coincidieron el thriller de 1976 Marathon Man. Había una escena entre ambos en la que el personaje de Hoffman llevaba varios días sin dormir. Así que el joven actor empalmó dos noches de fiesta antes de presentarse en el rodaje de la escena. Cuando el veterano actor vio el estado de Hoffman dijo: "¿Por qué no intentas actuar, muchacho? Es mucho más fácil".

No seré yo quien discuta a Sir Laurence Oliver sobre el tema. En cualquier caso, otro que sigue El Método y pelea con determinación por demostrar que su valía artística está a la altura de los más grandes es Shia Labeouf (1).

No termina de conseguirlo, es cierto. En parte por sus elecciones profesionales, en parte por una personalidad mediática que parece nacida de la imaginación de los guionistas de Los Simpsons. Shia, en cualquier caso, no deja de intentar elevar su credibilidad artística: realiza duros sacrificios físicos para el papel que pasan inadvertidos en pantalla, performances artísticas que terminan en asaltos sexuales en los que el actor pierde la honra pero mantiene la integridad de su arte, realiza entrevistas en silencio, lanza vídeos motivacionales que automáticamente se convierte en fuente de todo tipo de parodias en Internet y… bueno, cuesta tomárselo en serio, pero entretenido es un rato.

El Actor

Aunque había sido una estrella televisiva Disney de cierta popularidad en su infancia, el mundo no tomó nota de su existencia hasta 2007 con los estrenos de Disturbia y Transformers. En 2008 se incorpora a la saga Indiana Jones. Posteriormente se le ve en otros blockbusters rápidamente olvidados como Eagle Eye (2008), continúa en Transformers hasta ser sustituido por Mark Wahlberg en la cuarta entrega, aparece en producciones de más prestigio pero poca repercusión como Wall Street: Money Never Sleeps (2010) y también realiza alguna pequeña incursión en la dirección filmando videoclips para colegas raperos.

Por aquel entonces, Shia ya necesita encontrar nuevas vías de expresión artística al margen de su carrera de estrellón en Hollywood. Da el salto a las letras y guioniza varias novelas gráficas que reciben acusaciones de haber plagiado a escritores como Benoit Duteurtre y Charles Bukowsky.

El Artista

Semejantes insidias no detienen la creatividad de Labeouf pero alcanzarán su punto álgido en 2013 con el estreno del cortometraje Howard Cantour.com. Dirigido por nuestro artista y conocido por plagiar varios elementos del comic Ghost World, de Daniel Clowes, que ya fue objeto de una reconocida adaptación cinematográfica en 2001. Hasta publicaciones como Wired detectan varias similitudes, “una de las cuales es que el monologo de apertura del corto y del comic son idénticos”.

El propio Labeouf termina por reconocer el asunto y pide perdón públicamente a Daniel Clowes. Explica que no pretendía copiarle sino inspirarse y que se “perdió” en el proceso creativo. Sobre el mismo asunto también deja caer que las leyes sobre derechos de autor son demasiado restrictivas y limitan la creatividad. Shia quiso asegurarse de que Clowes recibía sus disculpas contratando un piloto que escribiera en el aire “I am sorry, Daniel Clowes” sobre Los Angeles. Pero no tuvo o no quiso tener en cuenta que Clowes vive en San Francisco.

El signo que indica un giro de 180º en su carrera es su incorporación al reparto de Nymphomaniac también en 2013. De Michael Bay a Lars Von Trier hay un trecho muy grande. El director danés es conocido por realizar unos dramones de órdago en los que exprime y desquicia a los actores y actrices como pocos. Shia interpreta en Nymphomaniac a Jerome, único personaje de la película que no consigue terminar bajo las sabanas con la protagonista del título.

Nymphomaniac no es de lo más reputado o reconocido que haya rodado Von Trier. Ni ha sido tan beneficioso para la carrera de Labeouf como lo fue Dogville para la de Nicole Kidman en 2003. Pero lo que si será recordado por más tiempo es la performance que Shia dedicó al mundo en la alfombra roja del festival de la Berlinale en 2014. Allí se paseó ante la prensa mundial con una bolsa de papel en la cabeza que llevaba escrito “I´m not famous anymore”. Really deep shit, sin duda. Obviamente, la cosa fue objeto de mofa automáticamente, digna de un episodio de Los Simpson (2).

Tras la polémica presentación en Berlín de Nymphomaniac, el actor acomete una performance artística de seis días en una galería de Los Ángeles. #IAMSORRY se llamaba la creación artística.

Cada uno de los asistentes accede a una sala para encontrarse a solas con el actor. Este viste traje de etiqueta, su ya conocida bolsa de papel en la cabeza y tapones en los oídos. No va a decir una palabra ni dialogar con ninguno de los visitantes, pero ellos si podrán expresarse con Shia de la forma que estimen oportuna. Y si, la cosa es como suena. Pueden asomarse a las profundidades de la torturada alma del artista en el enlace referido (3).

Meses más tarde, Shia relataría a la prensa que fue objeto de una violación (4) por parte de una mujer durante la performance mientras su novia esperaba en la cola del público. El actor se mantuvo fiel al método Stanislavsky y no se salió del personaje. De nuevo, la vida de Shia es como un episodio de Los Simpson.

Lo cierto es que las boutades artísticas no le funcionan como le gustaría. A esto hay que sumarle algunos altercados con la policía a cuenta de broncas absurdas con los vecinos o por dar la nota en sitios públicos que comienzan a hacerse frecuentes en 2014 y que le llevan a pasar, brevemente, por el calabozo.

El Drama

A Shia ya se le puede considerar un actor del método con todas las de la ley. Aunque todavía está lejos de lograr grandes resultados con él. Durante el rodaje de su último estreno, la notable Fury, Shia se rajó el rostro con una cuchilla tras quedar descontento con las heridas que el departamento de maquillaje aplicó en su rostro. Las cicatrices, ahí siguen. También se sacó, aparentemente, un diente para entrar mejor en el papel y lo publicitó en su surrealista cuenta de Twitter (5).

Desafortunadamente, y al contrario que en casos como Bale o DeNiro, tales sacrificios son apenas apreciables en pantalla. En Fury solo se aprecia su dentadura incompleta en un breve momento y resulta difícil fijarse en las cicatrices de su rostro cuando está lleno de barro y además tiene a Brad Pitt robando plano.

El caso es que Shia no es mal actor. O no me lo parece, a pesar de su imagen mediática. En Fury, su última película estrenada (2014), está francamente bien. Y es verdad que en la mayoría de sus películas no hay mucho con lo que trabajar. Pero lo que resulta llamativo del personaje es el constante esfuerzo por presentarse como artista trascendental y omnisciente cuando su carrera refleja todo lo contrario, su esforzada aplicación del método Stanislavsky llevada al extremo sin demasiado éxito y ese gafe simpsoniano que le acompaña. Debe ser duro para alguien tan comprometido con su arte como Shia que el premio más famoso recibido en su carrera sea un Razzie por Transformers.

Aunque lo más probable es que el actor tenga la cabeza en otras cosas. Procura ofrecer una imagen pública más sosegada desde sus disculpas públicas en el show de Ellen Degeneres en 2014 -alegó que sus salidas de tono se debían a una “crisis existencial”- pero sigue expresándose sin cortapisas en otros ámbitos. Por ejemplo, realizando entrevistas en silencio de una hora de duración en las que nadie cruza una palabra (6).

En mayo de 2014 una nueva performance le mantenía saltando a la comba durante una hora en una videoconferencia multitudinaria en Skype. Lo hacía en busca del yo interior e invitando a los internautas a hacer lo mismo.

2015 no vio ningún estreno cinematográfico de Shia, pero a cambio entregó al mundo un vídeo motivacional inesperadamente viral y otra performance artística que ocupó las portadas de los medios. El primero tiene el título de Shia LaBeouf realiza el discurso motivacional más intenso de todos los tiempos (7) y en él Shia, sobre un fondo verde, recita una serie de frases motivacionales que avergonzarían a Paulo Cohelo. En el fondo verde está la clave de su viralidad, propiciando todo tipo de parodias desternillantes combinando al intenso Shia motivacional con todo tipo de escenas.

#ALLMYMOVIES fue una performance que mostraba al inquieto actor en streaming mientras contemplaba en una sala de cine la proyección de toda su filmografía en orden inverso. El mundo fue testigo de sus lágrimas en rigurosos live streaming (8).

2016 se presenta como un año más productivo para Shia con dos estrenos previstos, el thriller postapocalíptico Man Down (2015) y el drama American Honey (2016) actualmente en rodaje.

Entretanto, quien quiera puede seguir la denodada búsqueda artística y existencial de nuestro hombre a través de su metamodernista -en sus palabras- cuenta de Twitter. ¿A qué se refiere? Shia describe el metamodernismo como “la condición mercurial entre y más allá de la ironía y la sinceridad, la ingenuidad y sabiduría, relativismo y verdad, optimismo y duda, en búsqueda de la pluralidad del disparate y los horizontes elusivos”. Y concluye su mensaje con un llamamiento a “ir hacia adelante y oscilar”. Así que ya se lo pueden imaginar.

(1) Filmografía de Shia Labeouf en IMDB
(2) Shia ya no quiere ser famoso
(3) I'm a Sorry
(4) Shia violado y cuestionado
(5) Shia dándolo todo por el papel
(6) Entrevista en silencio de Shia
(7) Shia Labeouf da el discurso motivacional más intenso de la Historia: Just do it!
(8) #ALLMYMOVIES performance