Hay que tener en cuenta que cuando se habla de adicción, no se hace únicamente de adicción a determinadas sustancias como el alcohol, el tabaco u otras drogas, ya que existe una categoría de adicción denominada conductual o comportamental.

Las adicciones se definen por sus consecuencias en la vida cotidiana de la persona que las padece. Así, se considera una adicción cuando la implicación en su planeación o pensamiento es excesiva, llegando a interferir con su vida diaria y a causar problemas personales, sociales o laborales. Entre las adicciones comportamentales se encuentra la más conocida como es la del juego patológico (ludopatía) y otras menos conocidas como la adicción al trabajo. Pero, ¿qué pasa con el sexo? ¿Existe la adicción al sexo?

Este ha sido un tema importante de discusión entre los profesionales de la salud mental, en el foro que han llevado a cabo para la modificación de la última versión del Manual de Diagnóstico de referencia DSM-V. Aunque no está del todo claro el por qué se ha concluido que la adicción al sexo no es considerado como adicción. Algo que para muchos autores no tiene ningún sentido, ya que se trata de ofrecer las herramienta de diagnóstico y tratamiento oportuno para un problema de salud, pero que al final ha quedado sin ser contemplado como tal.

Igualmente existen otras conductas que fácilmente podrían encuadrarse como adicción conductual, pero que no se consideran cínicamente como tal. Este sería el caso de la adicción al sexo, tal y como se ha comentado, y de aquellas que están establecidas, pero raramente diagnosticas y tratadas como la adicción al trabajo o la adicción a las compras.

¿Ha escuchado de alguien a quien hayan diagnosticado adicción al trabajo o a las compras?, ¿Y a que alguna persona que conoce sí podría estar encuadrada en alguna de estas categorías? Todas estas conductas parecen "socialmente deseables" dentro de un modelo de sociedad consumista, donde la "utilidad" social parece primar a la salud mental de la persona.

Hay que recordar que la adicción, ya sea a sustancias o conductual, es un problema del que no se sale splo, si no es mediante un tratamiento especializado. En muchos casos se requiere un alejamiento del problema, siendo necesario en algunas ocasiones el internamiento en centros especializados.

Igualmente, la intervención terapéutica, ya sea en grupo o individual, va a ser imprescindible para reeducar a la persona sobre sus hábitos y costumbres, pero también para reforzar su autoestima y combatir los pensamientos inadecuados que suelen acompañar a este tipo de adicciones.

Y todo ello queda ahora a expensas del criterio de cada profesional de la salud, ya que no se ha contemplado a nivel internacional como un problema en sí, y eso a pesar de la realidad que, en el caso del sexo, parece que cada año mueve más y más dinero.

Un problema del que la persona raramente se percata y tienen que ser los familiares los que busquen ayuda profesional, pues son los que se dan cuenta de las consecuencias negativas para la vida íntima, familiar y laboral de dicha adicción, que poco a poco va copando todo su tiempo.

Referencias:

Diario La Nación
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