Geoviaje
Avanzo a pasos minúsculos por la pampa argentina.
El paisaje agrario es inmenso, horizontal y abierto.
El viento fresco de octubre Agita el aroma del trigo verde, del suelo limoso,
Del ganado y de las lagunas.
La primavera canta el poder fértil del sol y de la tierra.
Llevo lo esencial.
Algunas pertenencias,
Mi impulso nómade,
Mi mente despierta,
Mi esfuerzo,
Involucrado en un cuerpo a cuerpo, aquí y ahora,
Con la geografía y el tiempo.
Salir a rodar es una insolente venganza contra el presente,
Una carcajada en la cara del mundo indiferente y estático.
Hace poco remaba en las rutinas del día a día,
Entumecido y clavado al suelo,
Atrapado en luchas propicias, pero inmóviles.
Las batallas de ideas que conducen a la verdad del mundo,
Además de ser inextricables,
Son injustas y agotadoras.
Lo verdadero es un lugar enterrado
Que se arranca a la punta de cuchillo.
Celebro uno a uno los rostros resplandecientes que encontré en camino.
Esa familia de Chacabuco,
Ese comerciante de Brandsen,
Un grupo de motociclistas que regresaban a Santa Fe,
Los campesinos de Rufino,
Empresarios, camioneros, funcionarios, familias, jóvenes en las calles...
Y luego ese anciano en la carretera de Chivilcoy, con su hija,
Que reviven tantos recuerdos de Europa y del mundo
Que no nos encontramos de casualidad.
La aventura convoca en secreto esas sonrisas sincrónicas
Según lo que el viajero quiere descubrir.
Deambular por las rutas
Conmueve los sentidos
Y ayuda subir un peldaño.
Veo otra parte de la realidad.
La inmensa llanura nutricia de la Pampa
Es codiciada por los depredadores.
Crecimiento de los cárteles de siembra,
Desuso de las infraestructuras,
Exorbitante gravamen del Estado sobre los cultivos,
Denigración del campesino emprendedor,
Salida continua de familias de productores durante cuatro décadas.
La clase dirigente, independientemente de sus actitudes,
Es cómplice de este abandono.
Allí como en otros lugares,
se libran guerras silenciosas
contra los campesinos y la tierra.
Cuatro millones de hectáreas de la Pampa están hoy inundadas
en la cuenca del Salado.
La negación política,
ensordecedora,
se convirtió en arma silenciosa.
Sea como fuere,
El camino decanta
Los sedimentos que flotan en mi interior.
Hago mi balance.
La vida nunca me ha pareció tan única, bella y frágil
como ahora, a mis cincuenta años.
He amado en la medida de mis posibilidades,
Aceptando mirarme en el espejo.
He pasado cuarenta años
En la penumbra de historias reescritas y tergiversadas,
Adulterio de una relación con el mundo,
Auténtico lavado de cerebro,
Experimentado hasta en mi propia familia.
Este secuestro de la verdad
Es un dominio,
Un rostro de la tiranía,
Clavado en la especie humana.
Los tiempos actuales gestan el sistema de dominación
más sofisticado de la historia,
Invisible para quien no se aparta de la espuma de las cosas.
Sufro ante esta profunda realidad.
Iré a enfrentarla y a luchar contra ella,
como un soldado más o menos solitario,
Hasta mi último aliento rebelde,
Para que la vida no deje de ser libre y bella.
Catamarca
Catamarca,
Ya te extraño
Desde el desierto de Atacama,
Del otro lado de la cordillera de los Andes.
Eres uno de los paisajes más bellos del mundo,
De esos que cautivan los sentidos,
Tan precioso como el país Dogón en Mali, las mesetas kirguisas en Asia central,
Las Cícladas griegas o el Xinjiang occidental de China.
Tu alta estepa andina
Extiende hasta donde alcanza la vista
Tus valles erosionados, de colores ocres, areniscos y platinados,
Mezclados con los gramíneos verdes y dorados de tu suelo.
La luz y el silencio que caen sobre ti
Despiertan una armoniosa rareza.
En lo más alto, culminan los volcanes cenicientos,
Testigos de la potencia terrestre.
El cielo azul te corona,
Tus ríos y tu fauna te dan serenidad,
El frío y el viento te hacen salvaje y hostil.
Tus habitantes te tienen una alta estima.
Los que conocí,
Julio, Alan, Felipe, Maxi y otros,
Vienen a buscar en ti
Paz y fuerza.
Eres un espacio puro, vivo,
inmenso y majestuoso.
Incluso la luz de la luna
Alienta la contemplación cuando llega la noche.
Los incas, el conquistador Diego de Almagro,
y más al sur José de San Martín,
Trazaron sus epopeyas en tu relieve.
Sin embargo, no hay ningún homenaje visible
al combatiente que fundó Chile,
Tras la victoria española en Perú.
Aquí, como en otras partes del continente,
La leyenda negra antihispánica bien cumplió su trabajo.
Lloré de alegría varias veces
Ante un espectáculo tan grandioso.
Luché por escalarlo,
Me encontré rodeado de tanta belleza,
Invadiendo aún más mi interior
Que el viaje había llenado de libertad y soledad.
Tal elevación estética
Sella para siempre un pacto espiritual con el mundo.
¿Qué mano divina diseñó tu rostro?
¿Hasta dónde puedes llevar el encantamiento?
¿Qué significa tu existencia pura?
Te llevo ahora dentro de mí
Como una gracia recibida
y una oda a la Tierra.















