Sabrina Amrani se complace en presentar Chant Avedissian: Go east, young man, una exposición del difunto artista Chant Avedissian.
La exposición Go east, young man es una muestra dedicada a Chant Avedissian (1951–2018), una de las voces más singulares y ricas del arte contemporáneo egipcio. Lejos de un repaso retrospectivo convencional, la exposición se articula a partir de un documento íntimo y decisivo: la autobiografía que el propio artista escribió poco antes de fallecer. Este texto, breve y fragmentario, en el que se mezclan viajes, exposiciones, amistades y episodios personales, constituye no solo un testimonio biográfico, sino también una declaración estética y política sobre qué hechos, personas y momentos decidió conservar como legado.
La biografía manuscrita de Avedissian ha sido transcrita literalmente en vinilo sobre las paredes de la sala, conformando una línea temporal que circunda el espacio expositivo. Año tras año, el visitante recorre las palabras del propio artista, sin mediación ni reinterpretación, y descubre así los hitos que él eligió destacar de su vida y carrera. El gesto es revelador: las inclusiones y las omisiones son igualmente significativas. En sus palabras aparecen viajes fundacionales, colaboraciones entrañables o exposiciones cruciales, mientras que otros episodios —como la venta récord en Sotheby’s Doha en 2013, donde alcanzó brevemente el estatus de artista árabe vivo mejor cotizado en subasta— permanecen deliberadamente ausentes. Esta estrategia de silencios conscientes, de omitir lo que a ojos externos podría leerse como un triunfo, muestra la radical coherencia de Avedissian: rehusaba dejar que el mercado dictara el sentido de su obra y prefería construir su propia memoria a partir de afinidades personales, búsquedas espirituales y compromisos culturales.
La línea temporal se ve “interrumpida” y enriquecida por la presencia de obras originales y documentos que acompañan y expanden el relato escrito. Textiles —tapices y vestuario que reflejan su interés temprano por el diseño y el arte aplicado— dialogan con sus célebres obras sobre cartón corrugado, incluyendo piezas de la serie Icons of the Nile, donde íconos de la música, el cine y la política egipcia de los años cincuenta y sesenta conviven con patrones y motivos tomados de las tradiciones otomana, faraónica y centro asiática. A estos se suman reproducciones de acuarelas, bocetos y esbozos que permiten asomarse a su proceso creativo, junto a objetos de diseño concebidos por el artista para la propia galería Sabrina Amrani, subrayando su constante tránsito entre las artes mayores y menores, entre lo efímero y lo monumental.
En paralelo, se exhiben cuadernos de notas de artista, carteles diseñados por él, folletos de antiguas exposiciones, fotografías personales y artículos de prensa en los que fue reseñado. Estos materiales no solo ilustran episodios puntuales de su biografía, sino que conforman un archivo visual que resuena con su propio interés por la memoria y la construcción de narrativas culturales. La inclusión de estos documentos en la línea temporal transforma la sala en un palimpsesto donde vida y obra, archivo y creación, memoria privada y relato público, se entrelazan de manera inseparable.
El título de la muestra, Go east, young man, reinterpreta el célebre proverbio decimonónico que exhortaba a “ir al Oeste” en busca de progreso y oportunidades. En la obra y vida de Avedissian esta orientación se invierte. Tras formarse en Canadá y Francia, regresó a Egipto convencido de que el futuro debía buscarse en la revalorización de Oriente, en la riqueza cultural de Samarcanda, Bujará, El Cairo, Bagdad o Alepo, en vez de seguir mirando a París o Londres como centros exclusivos del arte. Su biografía, con sus viajes y proyectos narrados en primera persona, se convierte así en un mapa de desplazamientos que nunca abandonan el eje de lo oriental. Frente a la narrativa eurocéntrica, Avedissian afirma con firmeza que el canon también se escribe desde aquí, sea cual sea el lugar.
La muestra permite reconocer cómo sus esténciles sobre cartón, realizados con pigmentos locales y goma arábiga, no fueron meros ejercicios decorativos, sino una forma de afirmar una estética propia, resistente a la globalización homogeneizante. Igualmente, su dedicación al textil, al diseño de vestuario y a objetos utilitarios revela la amplitud de su mirada, capaz de tender puentes entre lo artesanal y lo erudito, entre lo popular y lo académico.
En suma, Go east, young man es una invitación a recorrer la vida y la obra de Chant Avedissian desde su propia voz y bajo sus propios términos. El visitante transita por una biografía escrita de puño y letra por el artista, cuyos silencios hablan tanto como sus palabras, y cuya materialidad se despliega en obras y documentos que conforman una constelación íntima. En este recorrido, Avedissian aparece no solo como creador visual, sino como archivista de sí mismo, como curador de su propia memoria. Al abandonar el relato triunfal del mercado y abrazar una narrativa más humana y coherente, el artista nos recuerda que la verdadera posteridad no se mide en cifras de subasta, sino en la capacidad de legar una visión del mundo que siga interrogando nuestro presente.