Villazan se complace en presentar la exposición Elvira Fustero: Terrestial poetry +35 | From Taipei Fine Arts Museum to Madrid, que se inaugura el 11 de septiembre de 2025 en la galería de Madrid.

La muestra recupera, por primera vez en España, una selección de obras pertenecientes a la histórica exposición Terrestial Poetry, celebrada en el Taipei Fine Arts Museum en 1990. Aquella exhibición marcó un momento decisivo en la trayectoria de Fustero, consolidando un lenguaje visual propio y proyectando su trabajo en la escena internacional.

Treinta y cinco años después, esta nueva presentación propone una relectura de aquel conjunto, invitando al público a experimentar la intensidad plástica de Fustero en diálogo con el presente. Sus obras destacan por su fuerza expresiva, su exploración del color y su capacidad de evocar paisajes interiores y emociones universales.

La recepción crítica

Ya en 1990, en el catálogo de la exposición en el Taipei Fine Arts Museum, el escritor y crítico Octavio Armand señalaba:

Elvira Fustero trabaja con total libertad retratando y realzando la grandeza. Como arquitectos y niños, posee el conocimiento de la dinámica del espacio interior, lo que le otorga el poder de crear un crecimiento suspendido en el tiempo, un lugar donde el ser total se transporta a través de imágenes percibidas. Los niños, al igual que yo, siempre hemos sentido fascinación por el misterio que rodea a los mecanismos de funcionamiento ocultos en el interior de los juguetes; así, la destrucción se convierte en un homenaje al aprendizaje, pues uno enriquece su conocimiento al desmontar las cosas para verlas, sentirlas y percibir cómo funcionan. Creo que Elvira Fustero dibuja y pinta de esta manera. Así es como interpreto su obra.

(Octavio Armand, 1990. Taipei Fine Arts Museum)

Otros críticos que acompañaron su trayectoria subrayaron:

Contemplar la obra de Elvira Fustero es experimentar una fuerte y duradera impresión. En una sociedad plagada de dramatismo, miseria y catástrofe, resulta sorprendente saborear el absoluto optimismo que se encuentra en su trabajo; tanto el color como la forma reflejan una notable confianza, exaltación, equilibrio y tranquilidad, combinadas con gracia y un brillante destello de genialidad, necesarios para determinar una composición de perfección lírica.

(Guillem Viladot, 1985. Catálogo de exposición, Galería Tertre, Mataró)

Reciclar, secuestrar la propia intimidad, eclosionándola dentro de una expresión plástica más allá del sentimiento verbal; una expresión viva y continuamente emergente en un lenguaje colorido propio: esto es lo que hace Elvira Fustero; se compromete a revelar la fórmula que construye el diálogo pintoresco compartido por todas las facetas posibles de Elvira Fustero, ya encerradas, atrapadas en el esquema de la expresión creativa.

(Gloria Bosch, 1988. Catálogo, Caixa Terrassa)

Elvira Fustero es la “autobiógrafa” de su obra y al mismo tiempo se permite dejarse llevar por ella; en esta confluencia, artista y obra se reencuentran en cada creación con una intensidad cromática generada por una interioridad reveladora, sin perder nunca esa cualidad femenina de acercar el arte de la creación de una manera íntima, procurando un estado de armonía que elimina toda distorsión del análisis racional. Elvira Fustero permite sentir la excelsa potencialidad que fluye a través de su obra en un estilo conciso, libre y abierto.

(Annemieke Van de Pas, 1988. Art)

Las pinturas de Elvira Fustero pueden interpretarse como discursos poéticos que revelan un notable interés por el lenguaje cromático. El color, la estructura espacial y el movimiento forman la esencia de sus composiciones plásticas puras. En un mundo íntimo y cercano, se establece un diálogo vivo entre la artista y su obra. Desde la disposición racional de masas y formas lineales, desde la transparencia delicada hasta el gesto agresivo, el origen de todo reside en el dar y recibir que ocurre en un juego armónico entre razón y movimiento.

(Isabel Saludes, 1989. Serra d’Or)

La fuerza de lo abstracto, una síntesis constructiva de la racionalización, la vitalidad de la emoción y la sutileza cromática se funden en su obra en una meditación equilibrada, resultando en un discurso hábilmente planteado. Una meditación que libera cualquier posible anécdota mediante la síntesis y la purificación formal, para lograr lo que todo artista abstracto se esfuerza en perfeccionar: acercarnos a la vida o al propio mundo con un grado de excelencia mayor al que la realidad podría jamás alcanzar.

(Conxita Oliver, 1989. Batik 97)

Elvira Fustero es composición artística innata y emocional, basando su obra en formas con claras referencias a la realidad viva, transformadas por sus majestuosas pinceladas en poesía, a veces mística, otras veces dramática; tal es la diferencia en su uso de sutiles rosas o de negros y sienas atronadores. La suprema calidad de su trabajo, enriquecida por incisiones y grafología, pigmentos y resinas, confiere a sus lienzos la coherencia de composiciones expresivas bien ejecutadas y excepcionalmente sólidas, componentes necesarios ya recomendados por el filósofo Eugenio d'Ors. Elvira Fustero es una luz viva y actual que fascina con su ingrávido dinamismo cromático, así como con sus “ideas pictóricas” aplicables a un libro de versos abstractos de Li Po.

(Mercedes de Prat, 1990. Arteguía, Madrid)

Volver a mostrar Terrestial poetry más de tres décadas después permite comprender la profundidad y vigencia de la obra de Elvira Fustero. Sus lienzos no son documentos del pasado, sino estructuras vivas que dialogan con nuestro presente.

La crítica ha hablado de su pintura como un territorio de símbolos, donde el color adquiere densidad semántica y la geometría se transforma en memoria. Hoy, esas obras siguen ofreciendo al espectador un espacio de contemplación intensa, capaz de despertar resonancias personales y colectivas.