En los regímenes totalitarios, el poder reside en el capricho de los dictadores o tiranos.

Antecedentes

El 24 de agosto de 2025 se cumplen 30 años de la muerte de Elías Canetti, un escritor búlgaro nacido en Ruse (Bulgaria) el 25 de julio de 1905. De origen sefardí, descendía de los judíos expulsados de España en 1492 por los Reyes Católicos, específicamente del pueblo de Cañete (Cuenca).

Tras recibir el Premio Nobel de Literatura en 1981, fue nombrado Hijo Adoptivo de Cañete (España) en 1982. La expulsión de los judíos de España en 1492 fue una decisión ilógica, irracional e inhumana, con grandes pérdidas económicas, motivada por la intransigencia religiosa de los Reyes Católicos. Como consecuencia, miles de sefardíes se dispersaron en la diáspora por el norte de África y Europa.

Desde 1921, Canetti residió en Alemania, Austria, Londres y Zúrich hasta su fallecimiento a los 89 años. Está enterrado en el cementerio de Fluntern, junto a James Joyce. En 1972 recibió el Premio Georg Büchner, la más importante distinción literaria en lengua alemana, y en 1975, las universidades de Mánchester y Múnich le otorgaron el título de doctor honoris causa.

En 1981 recibió el Premio Nobel de Literatura "por una obra caracterizada por una amplia visión, riqueza de ideas y poder artístico". Entre los fundamentos de este reconocimiento se destacó su estudio sobre los movimientos de masas, en particular la brutalidad del nacionalsocialismo germano y de las dictaduras en general.

Canetti, como muchos centroeuropeos, hablaba varios idiomas, entre ellos el ladino, un castellano medieval conservado por los sefarditas. Además, dominaba el alemán, inglés, búlgaro y francés, demostrando una capacidad excepcional para los idiomas.

Su obra más destacada y polémica es *Masa y poder (1960), donde realiza un análisis innovador de los fenómenos sociales. Mediante una inventiva que vincula datos históricos y sociológicos con la psicopatología, examina las anomalías del ser humano en su totalidad colectiva de la masa. En esta obra, el estudio de la interrelación entre individuo y masa, así como la manipulación del poder sobre esta, lleva a Canetti a explorar la antropología patológica de la masa y el poder, la investigación social y la cultural del siglo XX. Sin embargo, no se limita al diagnóstico, sino que propone una terapéutica social basada en la contraposición entre las constantes del comportamiento colectivo y la expresión del poder.

¿Quiénes son los sefarditas o sefardíes?

El término sefardí se utiliza para referirse a los descendientes de los judíos expulsados de la Península Ibérica a finales de la Edad Media. En su diáspora, formaron comunidades en diversos países de Europa, el Mediterráneo Oriental y el Norte de África.

Se puede considerar que la diáspora sefardí comenzó ya a finales del siglo XIV, cuando la ola de asaltos a juderías y matanzas de 1391 —junto con las conversiones forzadas que les siguieron— empujaron al exilio a un número significativo de judíos. Muchos de ellos se refugiaron principalmente en comunidades judías ya establecidas en el Norte de África.

La expulsión de los judíos de Castilla y Aragón, decretada por los Reyes Católicos en 1492, obligó a cerca de cien mil judíos a abandonar estos reinos. Se asentaron en diversas regiones de Europa (Italia, el sur de Francia y Portugal), en el reino de Marruecos y en las tierras del Mediterráneo Oriental, que en ese entonces formaban parte del vasto y pujante Imperio Otomano. En 1497, los judíos fueron también expulsados del Reino de Navarra.

A raíz del matrimonio del rey Manuel I de Portugal con la infanta Isabel de Castilla, hija de los Reyes Católicos, en 1496 se decretó la expulsión de los judíos de Portugal. Sin embargo, en lugar de ejecutarse como una expulsión, se llevó a cabo una conversión forzada en 1497. Muchos de estos conversos, conocidos como cristianos nuevos, mantuvieron en secreto la práctica de su religión ancestral, lo que fue posible en gran medida debido a que la Inquisición no comenzó a operar en Portugal hasta 1540.

Nacionalidad española para los sefarditas

La Ley 12/2015, del 24 de junio, relativa a la concesión de la nacionalidad española a los sefardíes de origen español, representa un hito en el ordenamiento jurídico, ya que permite el reconocimiento de su conexión histórica con España. Para acreditar la ascendencia sefardí, se exige demostrar una vinculación genealógica con antepasados históricamente identificados como judíos.

Desde la promulgación de esta ley, solo alrededor de tres mil descendientes de judíos españoles han obtenido la nacionalidad española tras demostrar su origen. No obstante, este marco jurídico ha tenido un impacto significativo en otros momentos históricos, como durante la Segunda Guerra Mundial, cuando algunas legaciones diplomáticas españolas recurrieron a esta normativa para proteger a los judíos sefardíes, salvando así a miles de ellos del holocausto.

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Casa natal de Elias Canetti. Calle Slavyanska, 12, Ruse, Bulgaria

Libros

Uno de los libros más importantes de Elías Canetti es Masa y poder. En él, explora cómo la necesidad de formar parte de una masa es algo tan natural en los humanos como el instinto de supervivencia. La primera parte analiza los diferentes tipos de masas y el concepto de "silencio", mientras que la segunda se enfoca en por qué las masas siguen a sus líderes. Adolf Hitler aparece como el ejemplo de un líder paranoico obsesionado con el control. Canetti también relaciona la persecución de los judíos con la gran inflación que siguió a la Primera Guerra Mundial.

Su análisis sobre el poder y el control a través de órdenes "aguijón" ha sido clave para entender cómo funcionan los mecanismos de manipulación en la sociedad actual. También estudia cómo la historia de distintas sociedades europeas ha influido en sus comportamientos a lo largo del siglo XX. En conjunto, este libro es una de las obras más sólidas y profundas sobre el poder y las dinámicas sociales.

Canetti no ve a Hitler como una excepción, sino como un ejemplo entre muchos otros líderes totalitarios. Según él, el poder en estos regímenes se basa en la violencia, y su raíz más primitiva es la supervivencia: el que manda es el que sigue vivo. En Masa y poder, Canetti explica que el poder absoluto otorga a los dictadores una especie de aura divina, aunque en realidad solo son gobernantes paranoicos obsesionados con mantenerse en el poder. Solo quienes ven amenazas en todas partes pueden controlar a la masa a través del miedo y la violencia. Según él, "sus súbditos más fieles son los que han muerto por él", ya sea en guerras, juicios o exterminios.

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Rutas de Lectura de Märkisch Buchholz: Leyendas del Bosque, de Elias Canetti. Las Rutas de Lectura: Leyendas del Bosque son una ruta turística educativa de aproximadamente 20 kilómetros en Märkisch Buchholz, en el distrito de Dahme-Spreewald, Brandeburgo. La Autoridad Forestal del Estado de Brandeburgo, en colaboración con el artista austriaco Wolfgang Georgsdorf, ha instalado un total de 50 paneles con textos literarios a lo largo de la ruta, todos ellos relacionados con el bosque.

Inversión del temor a ser tocado (Masa y poder)

Nada teme más el hombre que ser tocado por lo desconocido. Desea saber quién es el que le agarra; le quiere reconocer o, al menos, poder clasificarlo. El hombre elude siempre el contacto con lo extraño. De noche o a oscuras, el terror ante un contacto inesperado puede llegar a convertirse en pánico. Ni siquiera la ropa ofrece suficiente seguridad: qué fácil es desgarrarla, qué fácil penetrar hasta la carne desnuda, tersa e indefensa del agredido. Todas las distancias que el hombre ha creado a su alrededor han surgido de este temor a ser tocado. Uno se encierra en casas a las que nadie debe1 entrar y sólo dentro de ellas se siente medianamente seguro. El miedo al ladrón se configura no sólo como un temor a la rapiña sino también co¬mo un temor a ser tocado por algún repentino e inesperado ataque proce-dente de las tinieblas.

Escribe, Canetti, al inicio de un libro de 688 páginas en la edición de Alianza Editorial de 2013.

Debido a este temor, hombres y mujeres se sienten cómodos y seguros dentro de la masa, tal es así que buscan la comunidad como las iglesias donde se celebran misas con cantos clericales y además conocen las lecturas del sacerdote. Me recuerda la lectura obligada en tiempos de estudiante de La rebelión de las masas (1930) del filósofo español José Ortega y Gasset. Un análisis histórico de la relación entre masas y minorías, un diagnóstico de la vida pública, una serie de profecías cumplidas, la exploración de una dimensión nueva de la edad moderna, así como una condena del nacionalismo y una llamada a la unión europea.

La locura como antídoto vital

Masa y poder le tomó a Canetti más de 30 años de trabajo, pero, según sus escritos póstumos, era solo un "proyecto paralelo" de su verdadera obsesión: la muerte. Para él, los dictadores no buscan gobernar por el poder en sí, sino porque quieren vencer a la muerte. Su razonamiento es extremo: si destruyo a todos y camino sobre un mundo vacío, entonces yo sobrevivo, no hay muerte para mí. Ya en Auto de fe, había planteado la locura como una especie de bendición, un escape del tiempo y el espacio. Para Canetti, los psiquiatras y el psicoanálisis son los verdaderos villanos, porque intentan "curar" algo que nos hace inmortales.

La muerte como tema atraviesa toda su obra. Es un fenómeno omnipresente, inevitable, pero sobre el que realmente no sabemos nada. Durante más de 60 años, Canetti acumuló reflexiones, aforismos y relatos sobre la muerte en diferentes países. En 2010, se publicó una parte de estos textos en Libro de los muertos, y en 2014 apareció Libro contra la muerte, una obra de 300 páginas que, aun así, solo roza la superficie de su obsesión.

Pero Canetti no escribe simplemente "sobre" la muerte, sino en contra de ella. Para él, morir no es algo natural ni aceptable: es una injusticia, una humillación absurda. Y aunque esta idea pueda parecer ingenua o exagerada, su análisis es profundo y está lleno de humanidad. No busca consuelo en religiones ni mitos, sino respuestas. Y su terquedad lo lleva a una conclusión radical: la muerte no es inevitable, solo hemos aceptado que lo sea.

Su libro El libro contra la muerte incluye una referencia a México. En 1982, Canetti anotó una cita de Juan Rulfo:

La muerte en México no es ni santa ni extraña. La muerte es lo más cotidiano que existe.

El día de Todos los Santos es el 1 de noviembre se convierte en uno de los grandes días de fiesta del año para los cristianos en el que multitudes de personas acuden a los cementerios a rezar, incluso durante toda la noche, por sus difuntos llevando cantidades de flores, velas, comida y hasta mariachis que interpretan rancheras. Sin embargo, la celebración de Halloween, se trata de una celebración pagana, de origen celta en el mundo anglosajón que, en España, en los últimos años, se ha introducido como consecuencia del proceso de asimilación cultural a través el cine y la series de televisión, que han potenciado que los centros comerciales han incrementado para aumentar sus ventas.

Porque efectivamente la muerte hay que tomarla como algo natural del proceso de la vida. La reacción de Canetti es irónica y un poco horrorizada, cuando no debe ser así, no es una catástrofe, sino un proceso de eternidad porque vivimos a través de nuestros genes depositados en nuestros hijos que recibimos de nuestros padres y antepasados. No se puede entender una cultura desafiando a la muerte. En su visión, nuestra mentalidad debería ser la contraria: en lugar de integrar la muerte a la vida, tendríamos que encontrar la manera de abolirla.

Canetti cuestiona la resignación humana ante la muerte. Si hemos logrado cambiarlo todo a lo largo de la historia, ¿por qué aceptamos la muerte como un destino fijo? ¿Por qué pensar en su abolición se considera una locura? Su lógica es clara: si la humanidad ha conquistado tanto, no hay razón para rendirse ante la muerte.

En su lucha, estudió mitos y escrituras sagradas, buscando comprender tanto a su enemigo como las estrategias humanas para enfrentarlo. Se sintió especialmente atraído por el budismo, ya que Buda, antes de morir, intentó aferrarse a la vida. Este detalle aparece varias veces en El libro contra la muerte: el sabio no quería morir, pero su discípulo no entendió su súplica, y Canetti casi desespera ante esa falta de comprensión.

El más allá cristiano, en cambio, le parecía absurdo, como un contrato que firmamos sin leer. Se burla de la idea de una vida después de la muerte: ¿de verdad queremos pasar la eternidad rodeados de jefes tiranos, ex parejas insoportables y políticos corruptos? Su conclusión es clara: si algo hay que hacer con la muerte, no es aceptarla ni tratar de entenderla, sino declararle la guerra.

Burla y venganza de la muerte

La muerte, como si tuviera sentido del humor, se burló de Canetti una y otra vez. Todo comenzó en 1912, cuando su padre murió de forma repentina. Canetti tenía solo siete años, y aquella pérdida marcó el inicio de su obsesión con la muerte. Desde entonces, la veía como su mayor enemigo.

Su matrimonio con Veza fue una especie de refugio. Ocho años mayor que él, más que esposa fue su amiga, protectora y la única persona con la sensatez suficiente para ayudarle a sostener su lucha contra la muerte. Pero en 1963, ella murió. Ocho años después, en 1971, falleció su hermano Georges, que era psiquiatra. Demasiadas pérdidas para alguien que se negaba a aceptar la muerte como un destino inevitable.

Ese mismo año, Canetti volvió a casarse, esta vez con Hera Buschor, 28 años menor que él. No quería volver a vivir la muerte de un ser querido. Tuvieron una hija que, por un momento, casi logró distraerlo de su obsesión… casi. Pero en 1988, Hera también murió. Una vez más, la muerte le ganaba la partida, y él volvía a declararle la guerra.

Para Canetti, El libro contra la muerte era su respuesta a la oscura burocracia de los nazis, que registraban con precisión milimétrica el nombre de cada una de sus víctimas en los "Libros de los muertos" (Totenbücher). José Emilio Pacheco menciona estos registros en Morirás lejos, describiendo cómo los campos de concentración convirtieron la muerte en simple papeleo: listas interminables de nombres, una contabilidad macabra de vidas perdidas.

Canetti, en cambio, eligió oponerse. Su rechazo puede parecer ingenuo, pero para él era esencial. En un mundo donde la muerte se ha vuelto parte del espectáculo –filmada, documentada, convertida en un hecho común–, él se aferró a la idea de que nunca debió ser algo normal. Y esa negación fue, hasta el final, su mayor acto de resistencia.

Conclusiones

Elías Canetti fue un escritor y pensador singular que dedicó su vida a desentrañar los mecanismos del poder, las masas y la muerte. De origen sefardita y criado en la rica tradición cultural de la Europa Central, sus obras exploran la psicología de las masas, el autoritarismo y la lucha humana contra lo inevitable. Su ensayo Masa y poder es una referencia fundamental en el estudio de la sociología y la política, mientras que su constante reflexión sobre la muerte lo llevó a escribir El libro contra la muerte, una obra que desafía la aceptación pasiva del fin de la vida. Galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1981, Canetti dejó un legado que sigue siendo relevante en un mundo donde el poder y la mortalidad continúan siendo temas centrales de la existencia humana.