En este ambiente se presentan retratos de monarcas españoles, acompañados de un destacado conjunto de muebles de los siglos XVIII y XIX. Estos muebles, conocidos como enconchados, se caracterizan por estar decorados con pequeñas placas de concha de nácar y carey, lo que les confiere un aspecto brillante y sofisticado. Muchas de estas piezas destacan por su complejidad formal y riqueza ornamental, reflejando la destreza de los artesanos de la época.
Además de estos muebles, la sala expone una serie de retratos familiares que permiten adentrarse en la historia personal del coleccionista Pedro de Osma Gildemeister. Se trata de retratos realizados entre los siglos XIX y XX, en los que se representa a diversos miembros de la familia Osma, en poses formales propias de la tradición del retrato burgués de la época. Estas obras permiten vislumbrar el linaje y el entorno social en el que se desarrolló la figura del coleccionista.
De este modo, la sala combina elementos del poder monárquico con la memoria familiar, estableciendo un puente entre la historia oficial y la historia privada. La yuxtaposición de retratos reales y retratos familiares, junto con los muebles enconchados, crea un espacio donde confluyen la representación del poder, el gusto estético y el relato personal, en un conjunto armónico y significativo.