Don Juan de Serrallonga es una novela escrita en 1858 por Víctor Balaguer i Cirera, que tuvo muchísimo éxito entre el público general y también entre la crítica. Es una obra que narra, de manera romántica, las aventuras del bandolero catalán Joan Sala i Ferrer, apodado Serrallonga.

Balaguer no sólo publicó la novela sino también una obra de teatro con título Don Juan de Serrallonga ó los bandoleros de las Guillerías, que se estrenó el 11 de marzo de 1858 en el Teatro Circ Barcelonès, con idéntico éxito popular. Algunos críticos fueron contarios porque la obra enaltecía la figura de un bandolero, convirtiendo un ladrón y asesino en un héroe de familia noble catalana, que luchaba por cuestiones de honor, y en defensa del pueblo.

Balaguer no hizo nada más que actualizar una comedia escrita en 1635 por Antonio Coello, Francisco de Rojas y Luís Vélez, en que el famoso bandido catalán aparecía en la escena castellana como protagonista de la comedia teatral El catalán Serrallonga y Bandos de Barcelona. Hacía solo un año que Serrallonga había sido ajusticiado cuando estos tres autores castellanos rememoraron su famosa figura siguiendo la popularidad que tenían en ese momento los bandoleros (Cervantes había incluido a otro famoso bandolero catalán, llamado Perot Rocaguinarda, en el Quijote).

El Don Juan de Serrallonga de la obra no tiene nada que ver con el auténtico personaje histórico. La trama teatral gira entorno a las luchas internas de los dos principales bandos nobles medievales catalanes, los Nyerros y los Cadells. Don Juan de Serrallonga se enfrenta a Don Fèlix Torrellas, y se enamora de su hija Joana Torrellas. Los tres autores adaptaron la historia real de Serrallonga siguiendo los esquemas del teatro castellano popular de la época (como también lo había hecho Lope de Vega con el bandolero catalán Antoni Roca). Convirtieron a Serrallonga en un hidalgo, defensor del honor de la familia, fiel amante, y leal jefe de su cuadrilla de bandidos. Realmente, Coello, Rojas y Vélez, sabían muy poco de la historia de Serrallonga, pero supieron crear una obra teatral que triunfó por escenarios de toda la península Ibérica durante decenas de años.

El bandolerismo fue en un fenómeno social en toda Europa, durante diferentes épocas, principalmente entre el inicio del siglo XVI y finales del XVII. Los bandoleros surgieron por causas definidas, como la miseria y las diferencias sociales. En Catalunya, además de las causas generales, se sumaron la existencia de dos bandos de nobles feudales enfrontados, que se servían de los bandoleros para librar una guerra fratricida entre los diferentes señores feudales.

Fue una época de grave crisis general, con los campos devastados a causa de brusquedades climáticas, con inflación, y con el comercio arruinado por las limitaciones impuestas por la monarquía castellana. Muchos payeses pobres encontraron en el bandolerismo una salida para poder llevar algunas monedas a su familia, a pesar del riesgo mortal que suponía la practica bandolera. A los bandoleros catalanes, se les sumaban los inmigrantes franceses, que huían de los conflictos en su país, y algunos también acababan formando parte de las cuadrillas de forajidos catalanes.

Los bandoleros tenían el apoyo de algunos párrocos de las iglesias rurales, de alcaldes de los pueblos, de la gente del campo, que los acogían en sus casas como cobijo, donde recibían comida y cama. Los protegían porque los veían como parte de su clase, aunque también los temían. La protección popular a los bandoleros fue decayendo a raíz de la intervención de los ejércitos reales y la aplicación de una dura justicia contra ellos, y contra todos aquellos que los ayudaban. La monarquía absolutista fue atacando a la pequeña nobleza rural que daba cobertura a los bandoleros, y éstos fueron cayendo ajusticiados. El último gran bandolero catalán fue Serrallonga, que estuvo en activo más de diez años, burlando a los comisarios reales que lo perseguían. ¿Pero quién era realmente Serrallonga?

Joan Sala i Ferrer nació en la masía la Sala y fue bautizado el 23 de abril de 1594 en el pequeño pueblo de Viladrau (provincia de Girona). La Sala era entonces una antigua casa fortificada, bajo el dominio de los señores del castillo de Taradell. La familia Sala Ferrer eran los enfiteutas, prácticamente los propietarios, aunque sometidos a tributaciones para con sus señores feudales.

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Masía La Sala.

La Sala era una masía que tenía ingresos para vivir dignamente, y el matrimonio Sala Ferrer pudo subir a sus nueve hijos sin relativos problemas. Era una masía típica catalana que se regía según costumbres de la época, por lo que todo el patrimonio iba a parar al heredero, y el resto de hijos tenían que buscarse la vida como podían. La madre de Joan murió en 1598, cuando él todavía era un niño y, cuatro meses más tarde, su padre y su hermano mayor, Antoni, que tenía 16 años, se casaron con Margarita y Elisabet Riera, dos hermanas de la masía Riera. El padre de Joan tuvo cuatro hijos más con su joven esposa, hermanastros de Joan. Las relaciones familiares, debido a esta doble boda eran bastante particulares, pues las dos hermanas Riera pasaban a ser una suegra de la otra, y Antoni Sala, el heredero, se convertía en cuñado de su padre.

Joan Sala era el quinto de los hermanos y, como dictaba la tradición, tuvo que marchar de casa. A los 24 años se casó con la heredera de la masía Serrallonga (del pueblo de Sant Hilari Sacalm), y desde entonces se le conoce por el sobrenombre de Serrallonga. La situación familiar en la masía era compleja, como de hecho lo era en toda Catalunya, dada la gran natalidad y la política del heredero único, junto con las condiciones sociales de la época.

Antes de que Joan se lanzara de lleno al bandolerismo, se dedicaban ya sus hermanastros más pequeños, que fueron a buscarle para cometer algunas de las primeras fechorías. La vida de bandolero era sencilla, combinada con las tareas en la masía, hasta que en 1622 fue denunciado y, cuando le iban a detener, se defendió violentamente y mató a su delator. A partir de entonces Joan Sala, convertido ya en el bandolero Serrallonga, se dedica más intensamente a robos y secuestros con la banda de sus hermanos, de la que pronto será el cabecilla.

Hasta 1627 las tropas reales perseguían sobre todo la cuadrilla de bandoleros de los hermanos Margarit. Al ser éstos capturados y ajusticiados, Serrallonga agrupa los restos de la banda y se convierte en el principal bandolero de Catalunya. A partir de entonces la persecución de los virreyes de Catalunya se centra en él, lo que obligó a la banda Serrallonga a refugiarse al otro lado de los Pirineos, donde fue bien recibido por los señores feudales de Nyer.

La popularidad de su resistencia a las fuerzas centralistas, supone para Serrallonga la simpatía de todos los contrarios del gobierno, entre ellos muchos párrocos de pequeñas iglesias. Desde 1632 la dura persecución del duque de Cardona provoca una derrota de buena parte de su banda. Serrallonga consigue escaparse solo, viviendo de pequeños robos y alojándose en masías de antiguos amigos.

Serrallonga fue capturado el 31 de octubre de 1633 en la masía Agustí, de la villa de Santa Coloma de Farners, por una delación del heredero. Fue encarcelado en Barcelona y, después de un largo proceso y torturas, fue ajusticiado con todo escarnio y crueldad el 8 de enero de 1634.

Con Serrallonga muere el último gran bandolero catalán, de ahí que su figura se mitifica popularmente con cuentos, leyendas y bailes tradicionales que recuerdan al bandolero. Además de las obras de Coello, de Rojas y Vélez (1635) y Víctor Balaguer (1859), en 1922 se estrena en el Teatro Tívoli de Barcelona una zarzuela en tres actos basada en la obra de Balaguer, con libreto de Francesc Pujols y música de Enric Morera.

Desde 1980 la canción del grupo catalán de música folk Esquirols “Torna, torna Serrallonga” reivindica el mito popular de nuestro bandolero. También popularizó Serrallonga al gran público la miniserie televisiva “Serrallonga, la leyenda del bandolero” que se estrenó originalmente en noviembre 2008 en Televisión de Catalunya (TV3), y en diciembre 2010 en Televisión Española (TVE). Fue un éxito televisivo vendido a más de sesenta países.

Ricard Dilmé, uno de los mejores estudiosos actuales de la figura de Serrallonga, ha publicado en 2024 el libro Serrallonga biografia inèdita, donde recoge más de treinta referencias bibliográficas. Esta larga lista de referencias que cuentan toda la historia de Serrallonga, junto con la memoria popular que aun recuerda al bandolero, 390 años después de su muerte, acreditan a Joan Sala i Ferrer como el más famoso bandolero catalán.

Bibliografía

Balaguer, Víctor. (1863). Historia de Cataluña y la Corona de Aragón. Volumen IV. Ed: Salvador Manero.
Bofarull, Antoni de. (1909). Historia critica civil y eclesiástica de Cataluña. Vol. XXV. Ed: Biblioteca Clásica Catalana.
Borrell, Miquel. (2022). Joan de Serrallonga. El bandolerismo catalán del Barroco. Ed: Círculo Rojo.
Cortada, Joan. (1868). Proceso instruido contra Juan Sala y Serrallonga, lladre de pas. Ed: El Principado.
Dilmé, Ricard. (2024). Serrallonga biografia inédita. Ed: Farell.
Farrerons, Oscar. (2021). El bandoler Serrallonga. En: Històries del Montseny. Ed: Gavarres.
Pladevall, Antoni. (1995). Joan Sala i Ferrer, àlies Serrallonga. En: Monografies del Montseny 10. Ed: Amics del Montseny.

ESQUIROLS XXI Torna, torna Serrallonga.