El 14 de mayo es un día importante para el arte chileno y sobre todo para la escultura, pues es el día de la muerte de la gran escultora chilena Rebeca Matte, quien fallece en Fiesole, Italia, en 1929. Esta fecha coincide con el nacimiento de la escultora Lily Garafulic, quien ve la luz en el año 1914, en la ciudad de Antofagasta, Chile.

En la conferencia «Rebeca Matte Bello, la audacia de una vida» realizada en el 2019 en dependencias del Museo Nacional De Bellas Artes en Santiago de Chile, se alude al oficio de escultor grandemente difundido por hombres, muy pocas eran las mujeres que realizaban esta práctica pues requería de una independencia grande y sobre todo de un poder adquisitivo no indiferente pues los materiales eran costosos y se necesitaba de un espacio especialmente diseñado para esta actividad.

Famosos son las pinturas de Berthe Morisot, Mary Cassat, Eva Gonzalés, por mencionar algunas las máximas artistas del grupo conocido como «impresionista», obras que retraen más que nada interiores de habitaciones, generalmente las mismas casas de las artistas, niños o jardines. Este arte era mucho más plausible de desarrollar en el ámbito privado del hogar, sin un lugar específico para realizarlo.

En La Torrossa, casa que fue de propiedad de Rebeca Matte en Fiesole, podemos todavía ver hoy el espacio que ocupaba su taller en el cual la artista realizó, no solo esculturas de grandes dimensiones, sino grupos escultóricos que le requirieron largos meses de trabajo y fatiga. Esto lo conocemos a través del diario de su hija Eleonora Íñiguez, conocida como «Lily». La casa, que hoy es un centro de eventos, conserva con mucho respeto y reconocimiento, la estructura original que le dio su dueña.

La escultora, hija de diplomático y de una de las grandes familias de la elite chilena, tuvo los medios para dedicarse a este arte y contar con los materiales que nos permiten, hasta hoy, poder apreciar sus obras. Investida con la distinción de Docente Ad Honorem de la Academia de las Artes del Diseño de Florencia, una de las academias más antiguas del mundo, pues la idea del arquitecto, pintor e historiador de arte, Giorgio Vasari quedó formada en mayo del 1562. Es así como esta mujer plasma no solo el mármol, sino la historia de la escultura chilena con este primado.

Lily Garafulic, descendiente de croatas, desde niña estuvo sumergida en el ambiente artístico pues su hermano, Andrés Garafulic, era arquitecto. A los 20 años ingresa a la escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, en donde recibió clases de connotados artistas hombres. Después de años de estudios, de visitar Europa y Estados Unidos con la beca Guggenheim, de reconocimientos no solo en Chile sino en también en Argentina, a los 33 años, se transforma en profesora suplente de la cátedra de escultura, luego ya como profesora titular se convierte en formadora de grandes escultores como Matías Vial, Wilma Hanning, Sergio Castillo, por nombrar algunos.

La escultora, fue directora del Museo de Bellas Artes de Santiago de Chile en 1973, es considerada en la terna de las escultoras más importantes de Chile junto a Rebeca Matte y Marta Colvin. En 1995 recibe el Premio Nacional de Artes Plásticas, la más alta de las distinciones que otorga el país a sus artistas y escritores.

Un 14 de mayo de 1929, una escultora chilena muere en Italia, la primera dedicada a la estatuaria pública. Rebeca Matte Bello se mantiene vigente más que nunca con el hallazgo de su obra, Une Vie que enriquece no solo su patrimonio artístico, sino el de dos naciones, pues ella dona a la ciudad de Florencia parte de sus obras. Hoy podemos apreciar parte de ellas en la Galería de Arte Moderna de Palazzo Pitti y en el Museo Stibbert, de dicha ciudad.

Lily Garafulic Yankovic, nacía para continuar abriendo espacios, fue la primera mujer que se dedica a la abstracción en sus esculturas, deja un legado condicional, de un número importante de sus obras a la Universidad de Talca, Chile.

«A la escultura le he dado todo… eso es amor» declaraba la escultora.

Mujeres que, con cincel en mano, forjaron también la historia.