Todo pensador, conquistador, descubridor, político, artista o científico debe ser juzgado históricamente, es decir, con referencia a su época; al conocimiento que se tenía en ese momento sobre diversos problemas, a sus dificultades para desenvolverse y expresar sus ideas, a los recursos que dispuso en su hogar y los medios para su realización, así como la situación cultural, política, religiosa y costumbres de su época. Eso no quiere decir que no se le pueda criticar sus faltas o fallas, pero sin tratar de destruir su legado histórico, porque ya se dio y es probable que su contribución haya beneficiado no solo a su país, sino al mundo.

Nació en el año 1732, hijo de un próspero agricultor de Virginia con una plantación en Mount Vernon con decenas de esclavos, y su padre esperaba que se dedicara a esos negocios. Sin embargo, al final cambió a lo militar. Pero antes, ya se había convertido en un agrimensor autodidacta y fue nombrado agrimensor oficial de Virginia. Como tal, recorrió toda la región. Debido a la rivalidad existente entre los británicos y franceses en las tierras de Estados Unidos y Canadá, eso dio lugar a una guerra entre ellos ahí, y se le solicitó por parte del gobernador inglés de Virginia, que fuera a Ohio, a 1000 kilómetros de donde vivía, a ver si los franceses habían ocupado esas tierras. Al llegar ahí, después de seis días de fatigoso caminar, observó que los franceses habían confiscado un pueblo y las tierras a un grupo de colonos ingleses ahí afincados, sin causa justa. Regresó a Virginia y puso en guardia al gobernador. Fue entonces como terminó haciéndose militar y, por conocer muy bien la zona, se incorporó a las milicias del ejercito inglés cuando tenía 22 años.

Una anécdota relata que, en el recorrido se había enamorado de una reina india, de nombre Aliquipia, la cual conoció al ser muy bien recibido en un poblado indio por ella; muy bonita pero mayor que él, fue así como entre ambos nació una buena amistad, que acabó cuando partió.

Los ingleses, pronto lo nombraron teniente coronel, pese a haber sido derrotado en una primera batalla con los franceses. A pesar del nombramiento, se retiró del ejército inglés al notar que había discriminación en el trato y paga para las tropas norteamericanas que apoyaban a los ingleses. Sin embargo, volvió al año siguiente, y se unió al general Braddock en una batalla y volvió a salir derrotado, pero él le había advertido al general que no rechazara la ayuda que los indios de la región le ofrecían, pues ellos conocían la zona y eran muy útiles cuando se enfrentara a los franceses; el general no escuchó su recomendación, y los indios se unieron a los franceses y juntos derrotaron a los ingleses y norteamericanos.

Pese a esa nueva derrota, Washington no se desprestigió y más bien lo hicieron coronel y jefe de la milicia de Virginia y, tres años después, con las milicias bien entrenadas ganaron la batalla de Fort Duquesne, después de lo cual volvió a renunciar y regresó a la finca de Mount Vernon a plantar nuevos cultivos de tabaco y resolver los problemas que había dejado por estar en el ejército.

Tiempo después se casó con una viuda con dos niños y muy rica, poseedora de muchas tierras de cultivo con 85 esclavos (ya Washington tenía algunos); se dedicó a la agricultura, pero siendo agricultor no dejó de participar en política y se convirtió en un líder de Virginia cuya población era opuesta a Gran Bretaña y a sus pretensiones de ponerle diversos impuestos. Además, el pueblo tenía deseos de ser libres y no dependientes de Gran Bretaña.

Posteriormente fue elegido a representarla en los dos Congresos Continentales, en 1775. Al iniciarse la guerra entre ingleses y americanos fue elegido en forma unánime comandante en jefe del ejército Continental de los norteamericanos Poco tiempo después, tomó Boston y otras ciudades, con un ejército de 17 mil hombres mal entrenados y pertrechados. Inicialmente ocupó Nueva York, pero escaso de alimentos, armas y tropas tuvo que abandonarlo. Meses después ocupó Nueva Jersey, pero sufrió una seria derrota en Pensilvania.

Poco a poco fue venciendo la resistencia de los ingleses. Ayudaron a ganar la guerra, Francia en primer lugar, esta se puso del lado de los norteamericanos, llegando el marqués de Lafayette con sus tropas y, al mismo tiempo, el barón von Stuben de Prusia; ambos ayudaron al general Washington a convertir las milicias en un verdadero ejército, con las cuales atacó y conquistó Filadelfia. Posteriormente, en la batalla de Yorktown, derrotó al general Cornwallis y obtuvo su rendición y la victoria de América.

La guerra de Independencia había durado de 1775 a 1783. Es importante recordar que, aparte de él, hubo otros generales norteamericanos que obtuvieron victorias contra los franceses, como fueron, Benedict Arnold, Horacio Gates y Charles Lee.

De Washington se puede decir que llegó a adquirir experiencia por la llamada «prueba y el error». Pero como apreciaban la honestidad y ecuanimidad de él, le permitieron seguir y, finalmente, se convirtió en general experto en improvisar durante las batallas.

Nuevamente volvió a renunciar a sus cargos militares y, volvió a su plantación en Mount Vernon y se dedicó a cultivar y crear nuevas razas de perros y caballos, y a estudiar el río Potomac y su navegación. En lo militar hay un paralelismo si se compara con la política de Lincoln, ambos sufrieron numerosas derrotas, uno en lo militar y otro en la política, antes de llegar a ser presidentes y dos gigantescas figuras de la historia de los Estados Unidos.

Volvió a la política representando a Virginia en la Convención de la Constitución en Filadelfia y una vez que la Constitución se redactó, fue por unanimidad electo como primer presidente de la república de Estados Unidos el 30 de abril de 1789. Él nombró para que le ayudaran a Thomas Jefferson (que sería el tercer presidente), en la Secretaría de Estado y como secretario del Tesoro a Alexander Hamilton, cada uno poseedor de fuerte personalidad y de partidos contrarios. Por apoyar a Hamilton en la creación de un Banco Central y un sistema financiero estable, los demócratas —republicanos de Jefferson— lo atacaron tratando de desprestigiarlo.

Sin embargo, fue reelegido en 1792, pero en ese tiempo fue muy criticado debido a que en vista del desorden existente en Francia durante la Revolución que derrocó a la monarquía, Washington prefirió mantenerse neutral en la guerra que sostenían Francia e Inglaterra. Por esa época, Jefferson era pro-francés y Hamilton había hecho un acuerdo económico con Gran Bretaña y quería paz con esa nación. Pero la realidad es que su Proclama de Neutralidad sirvió de base para evitar implicarse en conflictos con países extranjeros incluyendo los europeos y eso le dio estabilidad y progreso a su gobierno. Se aprecia por lo relatado que no es fácil gobernar y tratar de quedar bien con todos.

El pueblo y su partido agradecidos le ofrecieron un tercer término como presidente, pero no lo aceptó y fue sucedido por quien había nombrado vicepresidente, John Adams, un federalista. Se dice que, en alguna oportunidad al ganar la guerra el ejército le propuso hacerlo rey, pero él les dijo, que no querían una nueva monarquía en su nación y que había que dejar al pueblo y a sus representantes que eligieran quién los gobernara.

Dicen que era muy vanidoso pues le gustaban las pelucas —él lo negaba y decía que era su pelo rojizo, el cual empolvado, parecía peluca— y los trajes muy elegantes (que pagaba con su dinero), y que complacía a su señora haciendo cenas elegantes y bailes en su casa o en la casa presidencial. Por cierto, como ejemplo para su tiempo y todos los tiempos, como militar nunca cobró su salario. Propuso la tolerancia para todo tipo de religiones en los Estados Unidos. Él desde joven fue masón y llegó hasta el cargo de «Venerable Maestro de la Logia de Alexandria».

Sobre la esclavitud

Antes de la Revolución de su país nunca expresó reserva moral por tener esclavos, pero como buen político en 1786 había expresado lo siguiente: «No hay un hombre vivo que quiera más sinceramente que yo, ver un plan adoptado para la abolición de la esclavitud», pero una cosa era lo que decía y otra lo que practicaba.

Heredó los esclavos de su familia y los de su esposa, y también había comprado esclavos. Cuando fue elegido presidente los mantuvo, incluso le sirvieron durante todos sus años en la presidencia. En 1780 cuando en Pensilvania había comenzado la abolición de la esclavitud y ahí a los no residentes se les prohibía tener esclavos por más de 6 meses y luego aplicaba la «Ley de abolición gradual del esclavo» momento en el cual los esclavos que querían podían ser libres. Sin embargo, Washington argumentó que no se le aplicaba a él esa ley, pero para evitar liberar los suyos. Cuando llegó como presidente a servir ahí, los tenían trabajando menos de 6 meses y los rotaba con otros que tenía en Mount Vernon. Esta rotación fue una violación a la ley de Pensilvania, pero nadie se peleó con él por eso. En vida no liberó a sus esclavos, pero en su testamento señaló que una vez que muriera su esposa, todos los esclavos estaban liberados, a ese momento tenía 317 en Mount Vernon. Esto lo convirtió en el único padre de la patria de los Estados Unidos (los firmantes de la Constitución) que liberó a sus esclavos.

No sabemos qué va a pasar cuando los movimientos de revisión política antiesclavistas de la historia en los Estados Unidos decidan criticar por lo anterior a Washington.

Murió debido a una faringitis-laringitis en 1799 (hoy dirían que por estreptococos o una difteria), luego de que los médicos lo sangraron cinco veces (la sangría era un terrible error médico, causante de muchas muertes), hasta dejarlo agotado.

Al morir se dijo que, George Washington fue:

Primero en la guerra, primero en la paz
y primero en el corazón de sus compatriotas.

Notas

America’s Library. (2009). George Washington.
Del Olmo, D. (1968). Washington. Barcelona, España: Editorial Ramon Sopena, S. A.
Mount Vernon State and Gardens. (2009). George Washington.