Edmund Burke nace en Dublín, Irlanda, el 12 de enero de 1729. De padre anglicano y madre católica convertida al anglicanismo. Parece que eso de ser de Irlanda y de madre originalmente católica le generaba un ambiente complicado y adverso en el Londres protestante.

Parlamentario, escritor y filósofo considerado el padre del liberalismo conservador.

Defendió la Revolución Liberal Gloriosa de 1688 en Inglaterra y aceptó la revolución de la independencia americana, pero no algunos aspectos y etapas de la Revolución Francesa.

Criticó a la dictadura jacobina, entendida en aquella época como dictadura revolucionaria, progresista o de izquierda. Burke prefiere la ruta liberal inglesa de reformas, cambios graduales y pacíficos dentro de un sistema de monarquía parlamentaria. No acepta y más bien adversa la etapa del Terror revolucionario.

No le gusta el tono radical inspirado en El Contrato Social de Juan Jacobo Rousseau, Prefiere el liberalismo de John Locke y el Barón de Montesquieu.

Primero estudia en el Trinity College de Dublín y, luego, Derecho en Londres.

En 1761, fue secretario privado de William Hamilton, gobernador de Irlanda. En 1765, secretario del primer ministro Charles Watson-Wentworth, marqués de Rockingham. En 1766, fue elegido miembro del Parlamento por el partido whig o liberal.

Se destaca como gran orador de ideas profundas y, siendo inglés, desde allí favorece la independencia de las colonias americanas. Era entonces uno de los líderes más destacados del partido liberal.

En 1773, viaja a París y conoce a los enciclopedistas. Después del viaje se hace más moderado en sus ideas. No conectó con el racionalismo de los ilustrados franceses.

En 1774 es electo diputado al Parlamento sin definición partidaria.

Al principio, Burke ve con cierta simpatía a la Revolución Francesa, pero luego se desencanta y pasa a criticarla abiertamente con una condena temprana, fuerte y constante en sus Reflexiones sobre la Revolución Francesa, publicado en 1790.

Aquel ciclo intelectual que se había iniciado con el Segundo Ensayo sobre el Gobierno Civil de Locke concluye con las reflexiones de Burke.

Allí rechaza la violencia, la intolerancia, la dictadura de los jacobinos y el período del Terror y la guillotina. Se convierte en el primer crítico de una dictadura de izquierda. De dicha revolución dice que es un producto del dogmatismo puro de la Ilustración y rechaza el racionalismo y la posibilidad de construir una sociedad nueva basada en la razón y en ideas abstractas.

En Burke queda clara la diferencia entre el racionalismo francés y el empirismo inglés. El opta por el segundo.

Su libro genera fuerte críticas en las filas liberales que le obligan a dejar el partido whig el 6 de mayo de 1791.

Se destaca como gran partidario de la Monarquía Constitucional y Parlamentaria inglesa, un sistema que, a su juicio, armonizaba los intereses de la nobleza, la iglesia, los comerciantes, los burgueses y el pueblo. Pero no es republicano. Hoy no sería democrático.

Defiende la propiedad privada y el derecho a la vida. En lo social propugna por los valores morales, familiares y religiosos. Critica el ateísmo. Asimismo, admite el cambio en la sociedad, pero siempre y cuando sea gradual, lento, no violento y respetando el pasado. Se opone a la revolución que no respeta el pasado y quiere cambiarlo todo de manera radical y violenta. Burke es el más moderado de los liberales.

Sobre la tolerancia dijo: «Hay un límite más allá del cual la tolerancia deja de ser una virtud».

Sobre la moderación dijo: «Creen muchos que la moderación es una especie de traición».

Sobre los riesgos de la democracia dijo: «En una democracia la mayoría de los ciudadanos es capaz de ejercer la más cruel represión contra la minoría».

Y sobre la madurez dijo: «Feliz aquel que fue joven en su juventud, feliz aquel que supo madurar a tiempo».

Y sobre la renuncia del pueblo a sus libertades dijo: «El pueblo nunca renuncia a sus libertades si no es por el engaño de una ilusión».

En ideas económicas se muestra cercano al Adam Smith de La Riqueza de las Naciones y a David Ricardo, es decir favorable a la libertad natural o económica, mano invisible y gobierno limitado, hoy conocido como sistema de libre mercado y de libre comercio.

Al principio de su carrera se le cataloga como un liberal y luego se le empieza a ver como un liberal moderado y cada vez más conservador. Terminó su carrera pública como una mezcla entre ideas liberales y conservadoras.

Influye en liberales como Lord Acton y Alexis de Tocqueville y en tradicionalistas como De Maistre y De Bonald.

Hoy día la mayoría de los estudiosos, politólogos y analistas le consideran el padre del liberalismo conservador.

Burke fallece en Beaconsfield, Buckinghamshire, Inglaterra, el 9 de julio de 1797.

Nota

Chevallier, J. J. (1974). Los grandes textos políticos desde Maquiavelo hasta nuestros días. Madrid, España: Aguilar.