Max Estrella tiene el placer de presentar el trabajo más reciente del artista mexicano-canadiense Rafael Lozano-Hemmer (Ciudad de México 1967). Con el título Flujo Óptico, esta es la quinta muestra en la galería que viene a confirmar el continuado compromiso de su práctica con las diversas formas en que se materializa la virtualidad, especialmente instalaciones digitales con y sobre la luz.

Rafael Lozano-Hemmer está considerado como uno de los artistas digitales más relevantes de nuestro tiempo. Sus instalaciones interactivas son la intersección de la arquitectura y el arte performativo, caracterizándose por la mediación entre el cuerpo de sus espectadores y los dispositivos tecnológicos. Más allá, por plantear cierto grado de necesidad entre ambas partes para lograr el ejercicio de interpretación de la obra.

El Flujo Óptico es el movimiento aparente de los objetos causado por el desplazamiento relativo entre un observador y la escena. Así, las 5 obras de que se compone la exposición, toman como referencia el punto de vista del público para articular un discurso que reflexiona sobre la percepción visual. Esta es definida por el artista como “un evento activo de construcción de la realidad a partir de distorsiones, mezclas, gradientes, filtros y campos de luz; una vibración energética violenta y fuera de control al nivel de la percepción”.

En ese ejercicio de referenciar al espectador, las piezas tituladas Puntos de Fuga (Vanishing Points) y Semioptics for Spinoza, detectan la posición tridimensional del mismo, mientras que en Recurrent Sanches, es el objeto virtual el que se mueve en relación al visitante. Por su parte, Interior Externo (External Interior), activa igualmente su movimiento centrado en el espectador, y una vez introducida la cabeza en una esfera óptica, genera una nueva perspectiva Caleidoscópica. Finalmente, Polar hace una transcripción del posicionamiento del individuo frente a la pieza en coordenadas polares. En todas ellas, Lozano-Hemmer traza un camino con el que sutilmente sugerir al espectador la consideración entre una relación singular con el espacio y la introspección sobre el hecho de ser referenciado y el significado de la interacción resultante.

Lozano-Hemmer fue el primer artista en representar oficialmente a México en la Bienal de Venecia con una muestra individual en el Palazzo Soranzo Van Axel en 2007. Ha sido sujeto de exposiciones individuales en el Museo de Arte Moderno de San Francisco, el MUAC de México DF y el Museo de Arte Contemporáneo de Sídney. Ahora en curso y hasta final de abril, muestra su obra en el Hirshhorn Museum de Washington. También en curso hasta mediados de marzo está presente en la 12th Shanghai Biennale.