Muchas son las situaciones que pueden llevar al duelo, ya sea por el fallecimiento de un familiar o de un amigo, incluso se siente algo parecido cuando se atraviese un divorcio o una separación con una persona con la que se lleva tiempo conviviendo.

Lo primero que se echa en falta, además de a la persona ausente, es la soledad, aspecto que se ve suplido en los primeros días e incluso semanas, por los familiares y amigos que llegan a consolar y expresar sus condolencias, pero el tiempo va pasando y esas personas dejan de estar ahí presente.

«Llámame cuando me necesites», o «Si necesitas algo, sabes que puedes contar conmigo», son las expresiones más agradecidas por la persona que pasa el duelo, aunque la verdad es que cuando terminan las visitas empieza la soledad.

Es cierto que cuando se es joven, puede tener otra perspectiva de cómo «rellenar» esa soledad, pero cuando se es mayor, le resultará difícil hacerlo, sobre todo si el círculo de amigos es reducido.

Aunque en ocasiones, la propia soledad puede ser un factor determinante del joven para acercarse a medios para aliviar el dolor o la propia soledad.

Según un estudio realizada desde la Universidad de New Brunswick (Canadá) cuyos resultados han sido publicados en el 2016 en la revista científica Journal of Depression & Anxiety.

En el estudio participaron doscientos cuarenta y seis adultos, de los cuales el 71,3% eran mujeres, con edades comprendidas entre los 18 a 30 años.

Todos los participantes tuvieron que rellenar un cuestionario estandarizado sobre el uso de sustancias denominado University Life and Substance Use Survey, sobre el uso y abuso de alcohol mediante el Alcohol Use Disorder Identification Test (A.U.D.I.T.), y el abuso de sustancias con el Drug Use Disorder Identification test (D.U.D.I.T.).

Igualmente se evaluó el nivel de soledad percibido mediante el Social and Emotional Loneliness Scale for Adults- Short version (S.E.L.S.A.-S.), y el estilo de relaciones íntimas mediante el Experiences in Close Relationships scale (E.C.R.).

Los resultados muestran una correlación positiva significativa entre el nivel de soledad y el abuso de sustancias, siendo las más común el alcohol, en un 49,8% de los participantes.

Es decir, en la medida que existe un aislamiento social crónico se incrementa sustancialmente las posibilidades de que la persona acabe convirtiéndose en un alcohólico.

Además, se puede afirmar que la soledad se ha convertido en el mal de nuestros tiempos para muchas personas, a pesar de la interconectividad que ofrece la tecnología, pero cuando se apaga la televisión o se corta el ordenador, sólo queda la soledad.

En ocasiones la persona tiene que sobrellevar ambas situaciones, el duelo y la soledad, con los riesgos que ello entraña para la salud mental de la persona.

Así al menos lo indica un estudio realizado desde el Instituto de Investigación Psiquiátrica Nathan S. Kline, junto con el Departamento de Psiquiatría, Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York; el Departamento de Psiquiatría, Universidad de Columbia, Universidad de Búfalo; la Universidad Estatal de Nueva York; el Instituto de Iniciativas Sociales y Psiquiátricas (InSPIRES) y la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York (EE.UU.) cuyos resultados se publicaron en el 2016 en la revista científica Psychiatry Research.

En el estudio participaron ciento nueve adultos, con edades comprendidas entre los 18 a 65 años, de los cuales cincuenta y uno estaban diagnosticados con esquizofrenia, no teniendo el resto problemas de salud mental, siendo el grupo control.

A todos se les administró una escala estandarizada sobre el grado de soledad percibido a través del Revised UCLA Loneliness Scale (UCLA-R); igualmente se evaluaron los pensamientos a través de Langdon and Coltheart’s task, el Tromsø Social Intelligence Scale y por último pasaron por una prueba en que veían imágenes emociones de caras humanas para observar su reacción.

Los participantes con esquizofrenia además pasaro pruebas de evaluación emocional denominadas Positive and Negative Syndrome Scale (PANSS), Assessment of Negative Symptoms (SANS) CDSS for depression y Quick-IQ version 3.

Igualmente, se les preguntó sobre los hábitos de consumo de sustancias adictivas, droga, alcohol o tabaco; además de si sufrían o no problemas de salud como hipertensión o diabetes.

Los resultados muestran niveles significativos de soledad entre los pacientes con esquizofrenia frente al grupo control.

Además, las personas con mayores niveles de soledad son los que muestran significativamente más propensión al consumo y abuso de drogas, tabaco y antipsicóticos, y altos niveles de hipertensión.

A pesar de lo anterior, hay que destacar la fuerte relación entre la salud mental y la soledad, propio de la estigmatización, que lejos de buscar la integración de estos pacientes, los aíslan.

Algo que no ayuda ni beneficia ni al paciente ni a sus familiares, y que además acarrear una serie de problemas de adicción e incluso de salud como es la hipertensión.