La figura central de budismo es un ser humano llamado Buda, que vivió por ahí de 500 a.C. y se puede decir que sus seguidores (pero no Buda), crearon una religión, sin Dios, basado en esa figura. Sin embargo, Buda señalaba que no sabía qué le pasaría después de su muerte.

La primera diferencia del budismo con el cristianismo o el islam, es que Buda no se autoproclamó como profeta, Mesías o Dios. Buda significa únicamente el Iluminado, o una persona en santidad perfecta. La leyenda sobre esta extraordinaria figura (existe una razonable seguridad de la existencia de Buda como ser humano), señala que en lo personal se llama Sidarta o Siddharta, y era un príncipe heredero a un trono de un país situado al norte de la India, en la frontera con Nepal.

La leyenda dice que, antes de nacer, fue profetizado que la criatura no sería un rey terrenal, sino de las almas, y, únicamente utilizaría el amor y la meditación para hacer el bien. A los 29 años y estando felizmente casado y con un hijo, renunció a su vida de lujo y a su familia y se fue en busca de la espiritualidad, dejando todo lo que tiene y se convierte en un monje (asceta), pobre, consagrado a la meditación. Al parecer él, como Sócrates o Jesús, no escribió nada. Sus discursos y reglas fueron resumidas por sus seguidores.

El budismo no niega, ni avala la existencia de dioses, pero se señala que ellos no tienen influencia en cuanto a que el sufrimiento surge de nuestros deseos insatisfechos. Para Buda la ansiedad y el descontento del ser humano cualesquiera que fuera su condición social y económica, causaban gran insatisfacción y sufrimiento en ellas, y, para cambiarlas, desarrolló después de muchos años de experiencias y sufrimientos; una serie de meditaciones que liberaban a la mente de esas ansiedades y deseos.

Buda no mencionaba ni recomendaba a ningún dios en sus pláticas, de los miles de dioses que había en la India, y tampoco hablaba de milagros, aunque se le adjudicaban muchos. A diferencia de Jesús, no se consideraba divino y a diferencia de Mahoma, no se consideraba profeta de ningún dios. Fue, pues, un mortal como nosotros, aunque adquirió un estado especial de espiritualidad superior, jamás logrado por alguna otra persona y por eso, Buda nunca fue visto como un simple mortal por sus seguidores.

El budismo fue, pues, una filosofía o sistema de conducirnos en el mundo enseñado por Buda, que nunca se consideró divino. De hecho, no le gustaba contestar preguntas de orden metafísico, entre ellas, si existía un alma o un ser eterno o no, pues consideraba que esos temas se apartaban de sus enseñanzas; posteriormente estas fueron convertidas por sus seguidores, luego actuando como sacerdotes, en una religión sin Dios. Buda era un pragmático y puso sus enseñanzas para liberar al hombre de sus pasiones y sufrimientos. Él sugería buscar el camino a la iluminación, que consistía inicialmente en aprender a deshacerse de la dictadura de los sentidos o el apego a toda cosa mundana, la verdad solo la encontraría uno en sí mismo. Gautama (nombre que se puso de monje), hacia dieta, se aislaba, meditaba y estudiaba para encontrar un camino hacia el yo superior. El dolor es universal, el deseo la causa de este, y termina al finalizar el deseo.

Encontró en un sitio un árbol, llamado Árbol Bodhi (árbol de la ciencia) y se sentó a meditar muchos días y semanas. Según la tradición, fue tentado por Mara, soberano de la maldad, para que dejara su ministerio; primero lo quiso asustar con huracanes y tormentas por varios días, luego le ofreció riquezas y mujeres. No lo logró. Al vencer por semanas las tentaciones de Mara, alcanzó el estado de iluminado y permaneció en la Tierra para educar a los humanos. Con el tiempo llegó a tener muchos alumnos, vestidos todos al igual que él, con una única túnica la mayoría pobres, y con ellos recorría los pueblos pidiendo limosna para sobrevivir. Las enseñanzas principales para sus discípulos fueron: Si se extingue el deseo o las pasiones, o sea, si dejas de preocuparse por obtener algo, se cortará la cadena de renacimientos y por ello el cese de sufrimiento. Esto se logra por ocho vertientes: rectos puntos de vista, rectos pensamientos, rectas palabras, recta conducta, rectos modos de vida, recto esfuerzo, recta atención y recta concentración. Estas fueron las bases de lo que después se convertiría en una religión.

Él funda una moral, basada en la existencia del karma y en el destino al que cada individuo está sometido de renacer; sin embargo, con responsabilidad individual, caridad, humildad y la práctica de la virtud se puede romper el ciclo de renacimientos y sufrimientos. De esta manera, de un solo golpe se derribaba el privilegio social del nacimiento y la transmisión de castas, además, se introduce la noción de una redención de los pobres, sin la intervención de un salvador (como siglos después lo hizo el cristianismo).

Evangelizó por más de 45 años, y sus discípulos se multiplicaron. Cuando iba a morir les dijo:

«En todo los universos visibles e invisibles no existe más que una sola y misma fuerza, sin comienzo y sin fin. No esperéis nada de los dioses despiadados, sometidos ellos mismos a la ley del karma, que nacen, envejecen y mueren y vuelven a renacer. No olvidéis que cada humano crea su propia prisión, y cada uno puede liberarse de ella».

Él, al igual que después Aristóteles, creía en el camino o punto medio. Al escuchar a un maestro de música que le enseñaba a una niña a tocar la cítara obtuvo su línea del medio; él escucho decir al maestro que si la cuerda de la cítara estaba muy tensa se rompería, y si estaba muy floja no sonaría; la cuerda debía estar en su justa tensión para que pudiera dar música y armonía. Consideró que tanto el ascetismo extremo como el lujo del palacio eran dos extremos, y que la verdad se hallaría en la justa medida entre el placer y el ascetismo. La fuente de la sabiduría, más que buscarla afuera con maestros, se encuentra dentro de uno mismo. De acuerdo con eso los seres humanos buenos y si meditan pueden lograr el estado de Buda; para él no existían intermediarios entre la humanidad y lo divino. Buda era solo un ejemplo, un guía y un maestro, pero son las personas quienes deben recorrer la senda para lograr su despertar espiritual y ver la verdad y la realidad tal como son. El insistía en conocerse a sí mismo como base del conocimiento de uno. Lema que Sócrates sustentó después en Grecia.

Se ha dicho que el Yin y Yang, el símbolo chino de la complementariedad de los opuestos, se relaciona con las enseñanzas de Buda, en el sentido de que él, como el filósofo griego Heráclito de Éfeso, en fechas parecidas, señalaban que todo cambia. Buda decía: en un bosque cada partícula de tierra, cada planta y cada animal cambia todo el tiempo. Además, el bien se opone al mal, como el sol del verano se opone al frio del invierno, o como la luz se opone a la oscuridad. Están incorporados al esquema eterno de la naturaleza. Son la misma cosa.

El concepto del nirvana como es entendido por la tradición en el hinduismo y en el budismo. Es un estado de liberación tanto del sufrimiento como del ciclo de renacimientos (estados de reencarnaciones a los que todos los seres están sujetos). Suele alcanzarse mediante diferentes prácticas de meditación (incluye el yoga) y técnicas espirituales, como las enseñadas por Buda. El karma es una energía trascendente (invisible y no medible), que se genera a partir de las acciones y actos de las personas. La ley del Karma es un ejemplo de la ley de «causa y efecto», que establece que . Liberarse de la ignorancia, la avidez, los odios, es posible, y es causa de paz de la psique. Cada ser humano, posee una capacidad mental y una apariencia física y unas experiencias únicas. Por eso cada persona es a la vez única.

En uno de los libros sagrados, supuestamente dictados por Buda a sus alumnos, se describen conceptos que se relacionan con la energía, el átomo, el Big Bang y el universo, los cuales dejaron asombrados a científicos de la talla de Einstein y su relatividad, al jesuita Georges Lemaitre, creador del término Big Bang basado en las matemáticas de Einstein, y a Schrödinger y Heisenberg y su compleja mecánica cuántica. Por ejemplo, se habla de que todo es energía o manifestación de energía y que no se crea ni se destruye. La mínima partícula del universo es el átomo, y su repetición sin fin, crea planetas y universos, que están compuestos por esferas gigantes que giran en grupos, compuestos por átomos. Las partículas con carga eléctrica forman los átomos y estos componen la materia. La energía mueve a los seres y el universo, y se desplaza en ondas. Un aglomerado de átomos en el vacío constituye la materia y es infinitesimal (por ese mismo tiempo en Grecia, Demócrito, opinaba lo mismo). Si el átomo formado por cuatro partes se rompiese, las unidades que posee se dispersarían y desarrollaría una fuerza tremenda. Por supuesto, uno tiene dudas, ya que es increíble que Buda haya tenido intuiciones o especulaciones tan alejadas de sus conceptos filosófico y humanos. Algo parecido se describe también en los antiguos libros sagrados de la India. El Dalai Lama también relata lo anterior en una de sus publicaciones.

Las enseñanzas de Buda se fueron extendiendo como doctrina por sus discípulos, vestido con mantos amarillos, en diversos pueblos del Nepal, la India y China y luego llegó al Japón y otras partes de Asia y creándose centros de meditación. Con el paso del tiempo aparecieron diversas corrientes del budismo, se crearon monasterios para aprender las sagradas escrituras. Así, el Buda, maestro, humilde y pobre va poco perdiendo su carácter de iluminado y santo, para convertirse en una especie de superhombre y luego de soberano universal y crearse varias escuelas de budismo como: la Escuela Primitiva o Ningmapa. El budismo Mahayana o gran sendero, y el Hinayana o sendero menor.

En nuestra época, el gran lama del Tíbet (dalái lama), conocido por todos por sus intervenciones en la televisión y por sus interesantes libros, galardonado con el Premio Nobel de la Paz, se supone la reencarnación de Buda y es adorado como un dios por su pueblo. Quién sabe qué pensará él, pues es muy inteligente, preparado y con una cultura muy occidentalizada.