«Si estás en paz contigo mismo, no pierdes nunca».

(Isra García)

Sábado, 10 de la mañana.

En Kempsey, Australia, diez horas más de diferencia.

Al otro lado del Skype, Isra García. Muchos habrán oído hablar de él, o le resonarán por palabras como: multiproductividad, disrupción, reto, disciplina, autoconsciencia, aprendizaje intenso, estoicidad, superhábitos, autodominio, etcétera.

Es difícil definir a Isra García. Es una persona que ¡ha hecho tantas cosas! Ha desafiado a su propia vida para ser quien ahora es. Alguien que hace que le sucedan las cosas. Va a por ellas y se enfrenta como un espartano, para conseguir todo lo que se propone, creando su propio estilo de vida. Así, empodera y le muestra a la gente que los límites de cada uno los marcan ellos.

Ahora está dando la vuelta al mundo, desde mediados de enero, pero no tiene planes, ni objetivos, esta vez no. Aunque es una persona a la que le gusta dominar y controlarlo todo, en este viaje su máxima es dejarse llevar y fluir. Sólo le importa el presente.

Salió de Madrid el 13 de enero rumbo Australia con una pequeña maleta en la que llevaba no más de treinta pertenencias para vivir una peripecia única, verdadera, algo que estaba planeando desde hacía mucho tiempo, para una vez más, vivir una experiencia en exceso, que le llevase al límite. Cita textualmente a William Blake: «El exceso conduce al palacio de la sabiduría”. Así, consigue que sus aprendizajes sean más intensos y es en el límite donde realmente conoce al verdadero Isra y saca lo mejor de él.

Con 24 años, trabajaba en una fábrica y estaba feliz con su vida, pero justo, tuvo una especie de revelación cuando vio como a su abuelo después de 30 años trabajando en la misma fábrica, al jubilarse, le regalaron una placa por todos los años en los que había pasado allí. Es ahí cuando se dijo que él no quería al final de su vida sólo obtener una placa, después de años de dedicación. Y así empezó su aventura.

Se marchó a estudiar a Manchester, casi sin saber inglés. Esto le hizo salir de su zona de confort y dejó de tener el control de lo que pasaría al día siguiente. No sabía el idioma, ni tampoco donde iba a vivir, también tenía claro que no quería pedirle nada a sus padres, que todo lo conseguiría por el mismo. Esto fue el principio de lo que es ahora, todo fue surgiendo paso a paso y de aquí nacieron los cimientos del nuevo Isra García. Un emprendedor que se dedica a la transformación digital y al marketing, que ha readaptado múltiples negocios, es y ha sido consejero en muchas empresas, creador de nuevos proyectos e iniciativas, speaker, educador, escritor de libros, blogs y columnas en medios de comunicación.

Un amante de las aventuras y los desafíos, que en su tiempo libre practica lo que él llama experimentos.

Estos experimentos tienen un fin: fracasar. Como no le gusta que le rechacen, necesita experimentarlo, para superar su miedo.

Algunos de sus experimentos son realmente divertidos, como cuando lo rechazaron al conducir un AVE Madrid a Barcelona, al pedir a un taxista que le dejase viajar en el maletero de su coche, pedirle matrimonio a una mujer en un tren… De estas pruebas saca su aprendizaje: «Las cosas que dejo marchar son las que yo no controlo, es todo aquello que no depende sólo de ti» o “Si no consigo algo, no pasa nada, ya lo conseguiré”.

Una de sus peores experiencias fue: «10 días sin hacer ningún tipo de actividad», en un retiro de meditación Vipassana, donde según explica los 7 últimos días sólo quería dormir.

Para él, permanecer sin hacer nada era realmente difícil, incluso, más que no comer, ya que es una persona muy activa y siempre está haciendo cosas. Se enfrentó a uno de sus grandes miedos y para deshacerse de él pasó estos 10 días sin hacer absolutamente nada, sin móvil, sin cuadernos, nada de nada. Y lo consiguió.

A través de vivir este tipo de experiencias límite, y en exceso conoce más sobre sí mismo. Por ser tan obsesivo y disciplinado llega a este exceso límite donde nadie se atreve a ir. Así se desapega de todo y ya no necesita el placer y se convierte en un estoico al 100%.

Propone que si algo nos aterroriza hay que hacerlo para desprenderse de ello.

La noche anterior durmió en el maletero de un coche en Australia, al día siguiente su destino es Japón. Va apuntando todas sus experiencias en un bloc de notas y colgando algunos vídeos en su cuenta de Youtube. No sabe que pasará mañana, ni qué sucederá cuando se acabe el viaje, sólo le importa el dejarse llevar. Cree que si piensa en objetivos se perderá lo mejor. Así que no busca nada, sólo aprende, se enfrenta a riesgos diariamente, vive con las incomodidades, pero sobretodo lo vive todo con plenitud y la máxima intensidad. Aunque en verdad tiene claro que de este viaje sacará buenos frutos, como quizás un nuevo libro, un nuevo programa, o un método de alto rendimiento…

Así es como después de una larga hora hablando con Isra se despide de mí, con una frase contundente: «Diviértete, navega sin mapas y haz que algo suceda».