El mismo día en que Netflix confirmaba la renovación de su serie estrella Stranger Things, la plataforma de streaming estrenaba una de sus producciones más esperadas y que se inspira en la exitosa obra de los hermanos Duffer. Una serie alemana que parte de la misma trama que la americana, pero que nos ofrece una versión más oscura e inquietante de lo sobrenatural. Estamos hablando de Dark.

Los fans de Stranger Things la estábamos esperando con verdadera ansia. Si bien la serie americana es una oda a los clásicos de ciencia ficción y de terror -y eso nos encanta-, ya teníamos ganas de ver algo más siniestro y con un toque más adulto. Nuestra respuesta es Dark, o por lo menos así nos lo ha vendido Netflix.

Sus creadores, Baran bo Odar y Jantje Friese, están encantados con la comparación con Stranger Things. Ambos se confiesan admiradores de Stephen King y del cine de David Lynch, igual que los Duffer. Además, el punto de partida de la serie es el mismo: la desaparición misteriosa de unos niños. Dark está ambientada en una pequeña localidad alemana, Winden, donde cuatro familias se unen en la búsqueda de los menores que se han esfumado inexplicablemente. Pero no lo hacen en este tiempo, sino en 1986. Es aquí donde lo sobrenatural hace su entrada. ¿Les suena de algo la época? Sí, señores. Los ochenta. Parece que la televisión, y Netflix en especial, quiere rescatar en las pantallas a la última generación que creció sin Internet. La nuestra. ¡La que jugaba en la calle de verdad!

Pero para enfrentarse a Dark, hay que hacerlo con algunas advertencias. La primera: es una serie alemana, muy alemana. Su ritmo narrativo está más cerca del cine nórdico -de hecho su director lo es-, que del americano. Si usted no está acostumbrado a esta forma de hacer series, Dark puede resultarle un poco lenta. Pero vale la pena. Sólo déjese envolver por la atmósfera oscura y asfixiante de Wilden, de sus paisajes nevados y sus extrañas gentes. Gentes que hablan poco, y responden con silencios estremecedores.

Y es que todo se vuelve muy siniestro en Dark. Hay pocos momentos que le vayan a sacar una sonrisa, como sí ocurre con Stranger Things. Tampoco se va a enamorar de los personajes. De hecho, algunos le darán un poco de agonía. Pero esa es la esencia de la serie. Se adentra con unos ojos más adultos en un terreno sobrenatural que en la serie americana sólo llegamos a intuir. Y es que en este pequeño rincón alemán dejado de la mano de Dios nada es lo que parece.

No se puede decir que Dark sea la heredera directa de Stranger Things, pero sí sigue la línea argumental y temática que a los fans del género nos gusta tanto. De momento, se puede ver únicamente la primera temporada, y no se ha confirmado que vaya a haber una segunda. Pero todo apunta a que sí.

La apuesta por las series locales

Netflix se ha convertido en un revulsivo para la industria de la televisión. Sobre todo gracias a su apuesta por las producciones locales. Siendo una plataforma americana, lo normal es que se hubiera centrado únicamente en apoyar proyectos estadounidenses. Pero en esto, ha dejado a todos con la boca abierta.

En los últimos años, Netflix ha invertido más de 1.700 millones de dólares en producciones europeas (a través de su producción original y de las coproducciones), con más de 90 obras originales. Su siguiente mercado es América Latina, donde ya ha anunciado más de 50 producciones para el próximo año.

Y parece que las demás plataformas han tomado nota. Amazon, HBO, Movistar +… Todas redoblarán inversión y esfuerzos en series propias a partir de 2018. Se avecinan buenos tiempos para la televisión. ¿Qué pasará con la industria cinematográfica?