El eclipse es un fenómeno natural que ocurre cada cierto tiempo, ya sea eclipse de sol o eclipse de luna. Un evento fácilmente explicable hoy en día por la ciencia, en donde se puede llegar a predecir con exactitud el paso de la «sombra» de un eclipse de luna.

Pero antiguamente este fenómeno estaba considerado raro y se asociaba en ocasiones con «malos augurios» o se realizaban ceremonias justo cuando esto sucedía.

Todo ello está explicado por la psicología moderna y es denominado como pensamiento mágico.

Esto es, buscar explicaciones de eventos que suceden raramente, y que pueden presentarse juntos, como por ejemplo que haya una guerra después de un eclipse, o una gran tormenta de rayos.

La sensación que queda en la persona es que ambos eventos se relacionan «mágicamente» y, por tanto, la próxima vez que se produzca un eclipse temerá las consecuencias.

Yendo más allá, algunas culturas tratan de «controlar» esas supuestas consecuencias futuras «interviniendo», ya sea utilizando algún tipo de ceremonia o ritual, en el que buscan «aplacar a los dioses» con alguna ofrenda o sacrificio.

Así, cuando el eclipse no va seguido de la tormenta de rayos, los oficiantes de la ceremonia piensan que ha sido gracias a sus propios actos que han conseguido el "favor de sus dioses" y evitado así el mal consecuente al eclipse.

Cuando esto se repite una y otra vez, con iguales efectos, es decir, cuando no se presenta la tormenta de rayos posterior a un eclipse, se llega a institucionalizar el rito y convertir en parte de la cultura del lugar.

Un pensamiento mágico que puede ser individual o compartido por una colectividad, que piensa que haciendo determinados actos se pueden cambiar eventos inexplicados e incontrolables.

Hoy en día, a pesar del avance de la ciencia siguen existiendo «rumores» sobre consecuencias catastróficas que van a «traer» consigo alguno de estos eclipses.

Un reducto del pensamiento mágico que se niega a aceptar que los hechos naturales son eso, naturales, y a los que, a veces, el humano únicamente queda a merced, sin poder hacer más que maravillarse y asombrarse con dicho fenómeno.

Aunque pensemos que el pensamiento mágico es exclusivo de fenómenos astronómicos o que es algo relegado a los más pequeños en desarrollo, no es así.

Todos en mayor o menor medida tenemos estas creencias en que las cosas funcionan de una manera sin estar seguro de que es así, son teorías «de ir por casa» que nos ayudan a comprender el complejo mundo donde vivimos sin «complicarnos» demasiado.

Todo ello dado por una necesidad de tener la sensación de «control» de nuestras vidas, ya que de otra forma nos podríamos sentir «perdidos« y merced de las circunstancias que nos rodea ajenas a nuestro control.

Dicho pensamiento mágico está en la base de la superstición, y así se puede ver cómo deportistas les gusta llevar una determinada prenda, con la que se sienten que van a estar en mejores condiciones para ganar.

A pesar de lo que se pueda pensar, desde la psicología se ha observado que dicho pensamiento y el consecuente comportamiento, en la mayoría de las personas no tiene ningún efecto negativo, si no al contrario, sobre todo si sirve para mantener la autoconfianza de la persona.

Entonces, sin llegar al catastrofismo, o a anticipar «malos augurios» hay que aceptar las creencias que alrededor de estos fenómenos sorprendentes de la naturaleza, que nos pueden llegar a maravillar.

El eclipse

Un eclipse ha llegado
todo el sol se apagó, la luna lo ha tapado
la noche el cielo cubrió.

Desde antaño conocido
muchas veces ha pasado que desgracias ha traído, por eso se le ha estudiado.

Un eclipse parecido
problemas él generó,
guerras y hasta inundaciones
al eclipse se culpó.

Problemas en el pasado
difíciles de comprobar,
pero siempre le han temido
quizás eso será verdad.

El día se vuelve noche
con rara oscuridad.
Baja la temperatura
todos lo pueden notar.

Fueron las supersticiones
que mala fama le dieron
le culparon de desgracias
y las gentes lo creyeron.

Veremos qué pasa ahora
cuando tan modernos somos
si hay mareas o no
o alguna cosa notamos.

Porque aunque no lo sepamos
algo tiene que pasar,
difícil de comprobarlo
muy seguro que será .

Con qué máquina se mide
si una marea sube
si la tormenta ha llegado
o se estremece una nube.

O si la sangre del cuerpo
un poco se ha calentado,
o te duele la cabeza
cuando nunca te ha pasado.

Hay cosas desconocidas
difíciles de asimilar,
por qué pasa tan deprisa
que ni cuenta uno se da.

Pero el eclipse ha llegado
eso lo vas a saber,
pero lo que ha pasado
no lo puedes conocer.

Ni máquinas ni estudiosos
quizás podrán comprobar
los efectos del eclipse
los que causará al pasar.

Moverá las energías
eso no vas a dudar,
pero si hasta quita el día
pues el sol no alumbrará.

El eclipse es una cosa
que no se puede evitar
como otras que suceden
imposibles de parar.

Tendrían razón entonces
cuando al eclipse temían
sucederán esas cosas
que los antiguos decían

Pronto podremos sentirlo
si prestamos atención,
aunque no lo puedas ver
tu cuerpo si lo captó.