El cuerpo humano es un ecosistema formado no solo por células eucariotas humanas, sino también por un conjunto de virus y microorganismos que denominamos viroma y microbioma humanos1. Son importantes para la salud humana. La fibra dietética y las grasas poliinsaturadas ayudan a cultivar un microbioma intestinal sano. Esto puede ayudar a prevenir muchos tipos de cáncer y otras enfermedades.
Los recientes avances tecnológicos nos permiten ver conexiones que antes no se reconocían. Por ejemplo, sabíamos que el citomegalovirus (CMV) abunda en los gliomas (cáncer cerebral), pero pensábamos que las células cancerosas estaban separadas del CMV, así como de otros virus y bacterias.
Se pensaba que el cerebro era estéril (libre de gérmenes) y estaba protegido por la barrera hematoencefálica. Ahora sabemos que no es así. Se han encontrado virus y bacterias no solo en biopsias, sino también en células cerebrales individuales2. Se encuentran en condiciones no inflamatorias y no traumáticas. Ciertas bacterias patógenas pueden provocar diversas enfermedades. Se detectaron bioquímicos bacterianos gramnegativos y Porphyromonas gingivalis en el cerebro de pacientes con Alzheimer. También se relacionaron con la acumulación de la proteína tau, que causa la enfermedad de Alzheimer.
Para minimizar la exposición al CMV, se debe reducir la exposición a fluidos corporales, especialmente saliva y orina de niños pequeños. Se debe practicar una buena higiene, lavándose las manos con frecuencia y evitar compartir alimentos, utensilios y bebidas con niños pequeños. Además, se están desarrollando varias vacunas para prevenir la infección por CMV3. Aunque la vacuna solo tuviera un éxito parcial, salvaría millones de vidas.
El CMV también se ha detectado en el glioblastoma multiforme, el cáncer de mama y el cáncer epitelial de ovario, especialmente en el cáncer de ovario seroso de alto grado4.
Los productos génicos del CMV humano controlan vías y procesos celulares tumorigénicos asociados a todas las características del cáncer. La infección crónica por CMV contribuye a la inmunosenescencia5. Esta es una de las razones por las que las vacunas COVID-19 no suelen ser tan eficaces en los ancianos6.
El CMV, miembro de la familia de los herpesvirus, tiene la notable capacidad de establecer una persistencia de por vida en el huésped humano, permaneciendo a menudo asintomático. Aunque este virus puede coexistir con su huésped durante décadas, su presencia se ha relacionado con profundos cambios en el sistema endocrino neuroinmune. La infección latente por CMV ejerce una profunda influencia en el sistema inmunitario que envejece, contribuyendo potencialmente a las enfermedades relacionadas con la edad. El CMV desempeña un papel importante en patologías como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, los trastornos neurodegenerativos, el COVID-19 y el COVID largo.
Se analizaron los microbiomas del tumor y de los tejidos cerebrales normales adyacentes de 50 pacientes con glioma. Se observó que seis géneros, Fusobacterium, Longibaculum, Intestinimonas, Pasteurella, Limosilactobacillus y Arthrobacter, estaban significativamente enriquecidos en los tejidos del glioma en comparación con los tejidos cerebrales normales adyacentes.
Así pues, existe un microbioma dentro de los tejidos tumorales, y el ecosistema tumoral7. El microbioma intratumoral puede suprimir el crecimiento de algunos tumores y favorecer el de otros. Es importante tener en cuenta el viroma y el microbioma en el tratamiento de los pacientes con cáncer. Esperamos aprender a predecir la tumorigénesis, modular la eficacia y toxicidad de la inmunoterapia tumoral y predecir el pronóstico de los pacientes.
El microbioma intratumoral influye en la tumorigénesis y la progresión a través de la inmunomodulación. Puede aumentar la tumorigénesis al inhibir el sistema inmunitario neuroendocrino. Las bacterias pueden afectar a las respuestas de las células efectoras inmunitarias frente a las células malignas. Por ejemplo, Fusobacterium nucleatum (F. nucleatum) suprime la respuesta inmunitaria, lo que favorece el crecimiento tumoral. F. nucleatum también puede promover el cáncer colorrectal, el cáncer de mama, el carcinoma esofágico de células escamosas y el carcinoma oral de células escamosas.
Además, Helicobacter pylori (H. pylori) en el estómago puede inducir inflamación crónica y cáncer gástrico. Provoca millones de casos de cáncer de estómago en todo el mundo. Afortunadamente, el cribado de H. pylori puede evitarlo8.
También existe Porphyromonas gingivalis (P. gingivalis). Surge y prospera en un entorno inflamatorio, como las encías en la enfermedad periodontal. Esto conduce a un microambiente inflamatorio desregulado, que es un gran factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares y muchos tipos de cáncer, incluido el de páncreas. Así pues, la salud bucodental es muy importante y requiere revisiones dentales periódicas.
Existen otras especies microbianas nocivas. En el cáncer colorrectal, la endotoxina de Eubacterium rectale exacerba la colitis e induce la tumorigénesis. Del mismo modo, Actinomyces favorece el cáncer colorrectal y Methylobacterium contribuye al cáncer gástrico.
Aunque la mayoría de los estudios hacen hincapié en el papel negativo que desempeña el microbioma intratumoral, también existen algunas bacterias intratumorales que pueden prevenir los tumores estimulando el sistema inmunitario.
Akkermansia muciniphila (A. muciniphila) es un buen ejemplo. Es un probiótico intestinal con muchos efectos saludables. Entre ellos, la pérdida de peso, la ralentización del envejecimiento, la inhibición de las enfermedades neurodegenerativas y la predicción de la eficacia de la inmunoterapia. A. muciniphila se ha encontrado en el microambiente tumoral, donde puede remodelar el medio inmunitario para inhibir la tumorigénesis asociada a la inflamación. En el cáncer colorrectal, A. muciniphila suprime el crecimiento tumoral.
El lactobacilo también puede reforzar la eficacia anticancerígena a través de la modulación inmunitaria. En el cáncer de mama, el probiótico Lactobacillus plantarum promueve la producción de butirato, que suprime la inflamación y ayuda a formar una microbiota sana. Esto inhibe el crecimiento tumoral.
Lactobacillus reuteri (L. reuteri), en el melanoma, aumenta la eficacia de la inmunidad antitumoral mediante la secreción de un catabolito dietético del triptófano. La respuesta inmunitaria antitumoral de L. reuteri puede incrementarse aún más con una dieta rica en triptófano. Además, Lactobacillus johnsonii (L. johnsonii) puede aumentar la capacidad de respuesta de muchos tipos de cáncer a la terapia con inhibidores de puntos de control inmunitarios.
Todo ello es coherente con la iniciativa “Una sola salud”, que reconoce que la salud de las personas, los animales domésticos y salvajes, las plantas y el medio ambiente en general (incluidos los ecosistemas) están estrechamente relacionados y son interdependientes9.
Nuestra salud está ligada no solo al entorno exterior, sino también a nuestro viroma y microbioma internos. Las modernas tecnologías analíticas permiten a los investigadores analizar células individuales.
Antes, las biopsias recogían muchas células. Cuando se analizaban, los resultados mostraban la media de todas las células. Al analizar células individuales, se detectaron nuevas diferencias en el genoma, el epigenoma, el transcriptoma, el metaboloma, el viroma y el microbioma. El objetivo es saber por qué algunas células cancerosas mueren al ser expuestas a quimio y/o radioterapia mientras que otras prosperan, metastatizan y matan al paciente.
Mientras tanto, ya sabemos que la salud del microbioma intestinal depende de la dieta y de la exposición a los antibióticos10. Las dietas saludables limitan o excluyen la carne y hacen hincapié en el consumo de frutas, verduras y otras fuentes de fibra dietética. La dieta mediterránea hace hincapié en alimentos vegetales como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, con cantidades moderadas de pescado, aves y lácteos, y cantidades limitadas de carne roja11.
También es imperativo evitar la carne producida por CAFOS, también conocidas como operaciones concentradas de alimentación animal. Los productos cárnicos (incluidos el pollo y el pavo) producidos en CAFO son la principal fuente de bacterias resistentes a los antibióticos que pueden infectar y matar a las personas. Y lo que es más importante, la carne producida en masa daña el medio ambiente y contribuye más al cambio climático global que cualquier otro factor, incluidos el transporte y las centrales eléctricas de carbón. Los animales (especialmente cerdos y vacas) de las CAFO se pasan la vida metidos hasta las rodillas en su propia materia fecal. Esto se debe a que consumen antibióticos, en un intento a menudo inútil de prevenir la infección bacteriana.
Las frutas y verduras frescas, así como el pan y la pasta integrales, aportan fibra alimentaria que ayuda a formar un microbioma intestinal sano (el conjunto de todos los microorganismos del intestino). Por el contrario, la carne roja tiende a aumentar los niveles de bacterias peligrosas como F. nucleatum, que causa daños en el ADN e inestabilidad genómica en los tumores en desarrollo. Por el contrario, las dietas veganas y vegetarianas ayudan a construir un microbioma intestinal sano. Esto disminuye el riesgo no sólo de enfermedades cardiovasculares, sino también de enfermedades autoinmunes y muchos tipos de cáncer, así como el síndrome metabólico y las enfermedades relacionadas con él, incluidas las enfermedades neurodegenerativas.
Notas
1 Smith, R.E. Dietary fiber, the gut microbiome and health. There is an undeniable link between the brain, the gut and the immune system. Meer, April 24, 2020.
2 Li, Ting, et al. Multi-omics analysis reveals the interplay between intratumoral bacteria and glioma. mSystems 10.1 (2025): e00457-24.
3 Permar, Sallie R., Mark R. Schleiss, and Stanley A. Plotkin. A vaccine against cytomegalovirus: how close are we? The Journal of Clinical Investigation 135.1 (2025).
4 El Baba, Ranim, et al. Formation of Polyploid Giant Cancer Cells and the Transformative Role of Human Cytomegalovirus IE1 Protein.* Cancer Letters (2025): 217824.
5 Müller, Ludmila, and Svetlana Di Benedetto. *Immunosenescence and cytomegalovirus: exploring their connection in the context of aging, health, and disease. International Journal of Molecular Sciences 25.2 (2024): 753.
6 Kadambari, Seilesh, Paul Klenerman, and Andrew J. Pollard. Why the elderly appear to be more severely affected by COVID‐19: the potential role of immunosenescence and CMV. Reviews in medical virology 30.5 (2020): e2144.
7 Wang, Na, et al. Intratumoral microbiome: implications for immune modulation and innovative therapeutic strategies in cancer. Journal of Biomedical Science 32.1 (2025): 23.
8 Wu, Zhouhan, et al. The relationship between the eradication of Helicobacter pylori and the occurrence of stomach cancer: an updated meta-analysis and systemic review. BMC gastroenterology 25.1 (2025): 278.
9 World Health Organization, One Health.
10 Smith, R.E. No comas carne. Sálvate a ti mismo y a la humanidad. Meer, 17 Oct., 2023.
11 Perrone, P. & D’Angelo, S. Gut microbiota modulation through Mediterranean diet foods: implications for human health. Nutrients 17.6 (2025): 948.