Para unos el verano es sinónimo de vacaciones, fiesta y diversión, mientras que, para otros, es la oportunidad de encontrar trabajo, aunque sea de forma puntual.

Con el verano recién empezado, sobre todo en toda la línea costera, ve aumentada su actividad. Desde bares, restaurantes y chiringuitos a tiendas y hoteles, todos los establecimientos refuerzan su plantilla habitual para dar respuesta al mayor volumen de trabajo que se prevé.

Una época en que los jóvenes, ya sin ningún tipo de obligaciones - las clases y exámenes han terminado -, son los que más se mueven y buscan este tipo de oportunidades veraniegas.

Es un excelente momento para encontrar el trabajo que les permita ganar un poco de dinero, ya sea para ahorrar, ayudar en los costes de los estudios o simplemente para poderse sufragar sus caprichos -noches de fiesta, un portátil, un móvil o un viaje con los amigos, entre otros placeres que puedan tener. Una oportunidad que, además, le permitirá empezar a tener experiencia en el mercado laboral y a reforzar su sentido de la responsabilidad, que les ayudará- y mucho- en el futuro. Muchos de ellos no son conscientes de la responsabilidad hasta que tienen que cumplir con horarios, tareas, etc.

En otros casos, para otras personas, mayoritariamente adultas, es la oportunidad de encontrar trabajo y dar un respiro a la cuenta corriente. En muchas ocasiones, no será el trabajo de su vida ni lo que quisieran, pero el simple hecho de tener responsabilidades diarias les ayudará a romper un círculo vicioso - el del paro – que en ocasiones es difícil salir de él.

Unos meses que, además, les ayudará a cambiar el humor y les dará ánimos y fortaleza para afrontar la situación de buscar, nuevamente, trabajo cuando el contrato expire. Serán tres o cuatro meses donde no se sentirán diferentes y dejaran de lado, como mínimo no las tendrán tan presentes, las preocupaciones que puedan tener.

Jóvenes y adultos, pues, afrontan esta oferta laboral veraniega de forma muy distinta. Mientras los primeros son algo más alocados y, en ocasiones, no les importa la calidad del trabajo que están realizando, para los adultos, la seriedad y profesionalidad son las cualidades que llevan por bandera. Polos opuestos que, si se encuentran y saben combinarse a la perfección, es decir, el joven sabe escuchar y aprender y el adulto se contagia un poco de la alegría y despreocupación, la justa, del joven, da como resultado un equipo perfecto y buen ambiente en el trabajo.

Por delante, todo un verano para atender a las personas que están de vacaciones a la vez que uno se lo pasa bien y aprende. Todo tiene su momento y se debe saber cuál es.

¿Trabajas o te vas de vacaciones?