¿Dirías que eres una persona creativa, un espécimen capaz de parir ingenio ofreciendo lo nunca visto? Ahora bien, ¿qué es la creatividad? El ser creativo, según la teoría, es capaz de producir soluciones originales gracias a la asociación de conceptos que revierten en una idea innovadora; eso que muchos dicen “yo no sabría hacerlo”.

La creatividad es una cualidad que puede desarrollarse encontrando como único freno el “yo no sé hacer eso”. No os preocupéis si erais de los que se salían de las líneas del dibujo al colorear o si tenéis letra de médico loco; es más, de ser así, estáis entre esas mentes afortunadas capaces de sorprender al más escéptico. En caso contrario, tampoco hay problema, solo hay que poner interés.

Y es que hoy en día hay que ser creativo para todo, ¡hasta para conseguir un trabajo! Ya no basta con buscar ofertas de empleo en portales web que atiborran tu correo con mensajes, eso ya pasó de moda. Y yo que he vuelto a ser conejillo de indias y decidido participar por primera vez en un concurso, porque “Yo no tengo abuela”.

Muchos ejemplos de currículos creativos e ingeniosos podrían encontrarse. Véase como muestra aquel mítico cartón de leche en cuyo dorso un periodista en búsqueda de empleo afirmaba que “era la leche”, o la deliciosa tableta de chocolate que un estudiante de diseño gráfico aprovechó para hablar de su experiencia profesional al tiempo que endulzaba el arduo proceso de selección.

Pues bien, dejando a un lado esos miedos que rondan la cabeza y poco productivos resultan, yo también diseñé mi propio currículum creativo: un árbol. Sí, un árbol. Así me puse manos a la obra y diseñé lo que cualquier mortal pensaría es una idea sin sentido y que llegó a ocupar parte de mi tiempo manteniendo mi mente activa en un proceso creativo que duró más de diez días.

Fabricado con ramas del madrileño parque de El Retiro y materiales varios conseguidos por el barrio, este currículum despertó la curiosidad y participación de vecinos, comerciantes y amigos. Cada rama cuenta una historia, una experiencia, un saber hacer y deshacer. Un árbol real cuyas hojas, hechas de etiquetas con diferentes diseños, ofrecen más información que un simple papel y, cómo no, redirigen en ocasiones a un contenido digital creado para la ocasión.

Es curioso como el ser creativo puede despertar diferentes emociones y cambiar la forma en la que pensamos y actuamos. Se mitiga la vergüenza, agudiza el ingenio y hace explosionar todo tipo de estados de ánimo.

Y la espera mata. Una vez supe que era finalista de un concurso al que más de un centenar de candidatos había enviado innovadoras ideas en los formatos más variopintos inimaginables, me di ‘cuasi’ por satisfecha, pues era al menos la confirmación de que ¡sí!, tu también puedes ser creativa y ¡lo sabes! Pero, ¿es importante ganar o simplemente participar?

Para mi desdicha, un currículum hecho a base de piezas de lego se alzó como ganador, regalándome un enfado momentáneo y, finalmente, una sensación de calma y satisfacción. ¿Satisfacción? Sí, exactamente, pues he roto una barrera y demostrado a los demás y, aun más importante, a mí misma, que soy creativa. El miedo al fracaso es a la creatividad como el rojo y el naranja juntos en versión chillón, algo que sólo Ágatha Ruiz de la Prada puede permitirse el lujo de combinar.

“El viaje de mi tarjeta” es un buen ejemplo de personal branding que un joven estudiante de comunicación en búsqueda de empleo, Michiel Das, llevó a la cima del iceberg sin que este se hundiera en el camino. Un buen ejemplo de cómo se puede conseguir un empleo por cauces poco convencionales.

¿Conocéis la teoría de los seis grados de separación? Según esta teoría, una persona está conectada con cualquier persona del planeta a través de un máximo de seis contactos. Por tanto, cabe la posibilidad de expandir nuestra área de influencia hasta límites insospechados; solo hace falta una pizca de creatividad. Como aliciente, decir que este joven belga consiguió su propósito.

“No pienses. El pensar es el enemigo de la creatividad, es ser demasiado consciente de uno mismo y ser demasiado consciente de uno mismo es negativo. No puedes intentar hacer cosas, simplemente debes hacerlas”, decía el escritor estadounidense Ray Bradbury.

Imagina, crea, juega y experimenta. No esperes el momento perfecto, no existe. No impidas que las opiniones ajenas frenen tu iniciativa, pues los demás ya viven asustados por lo que piensas de ellos. Crea y suéltate porque, como decía Albert Einstein, “la creatividad es contagiosa”.

Tomas Edison inventó y patentó más de mil inventos a lo largo de su vida y, entre ellos, el más notorio y famoso, la bombilla. Más de mil intentos, curiosamente, necesitó el empresario y prolífico inventor hasta dar con el filamento de tungsteno. Contra la negatividad, el genio escribió otra frase para la historia: “No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla”.

Enlaces de interés

Este currículum es la leche
Un currículum en una tableta de chocolate
El viaje de mi tarjeta