El otoño es la estación del año que más relacionamos con la melancolía: los días de acortan, comienzan las lluvias y, sin saber por qué, nuestro armario se tiñe una vez más de gris y marrón. Lo que no debemos permitir es que nuestra vida también se oscurezca, después de la alegría del verano. Es muy aconsejable hacer excursiones y visitar Cuenca es todo un espectáculo otoñal.

Dicen que la primavera es el momento más bonito en lo que a colores de la naturaleza se refiere, pero el otoño en Cuenca embellece sus campos, montes y bosques se tiñen de vivos colores rojos, ocres, amarillos que convierten el verde en una paleta de colores espectacular. La Ribera de los ríos se convierte en una explosión de colores, hojas de varios tonos esparcidas por el suelo y el agua hacen que pasear por la naturaleza sea un momento único, irrepetible. Salid al campo en otoño para fundiros en el paisaje multicolor.

Otro de los grandes atractivos de esta época son las setas y hongos. En la provincia de Cuenca hay un montón de variedades y especies: níscalos, boletus, amanita cesarea, etc. Así que te recomendamos que cojas tu cesta de mimbre y te vayas a recolectar setas al campo. Eso sí, con cuidado, que hay variedades que no son comestibles y algunas muy venenosas.

En otoño es también el periodo de celo del ciervo. La berrea es el sonido gutural que emiten los machos de ciervo en este periodo. Es un espectáculo escuchar en vivo y en directo, en plena naturaleza, a cientos de ciervos “llamando” a las hembras. Estos sonidos acompañados de unos escenarios naturales son una experiencia única que solo podéis experimentar en Otoño. Así que animaos, acercaos a la Serranía de Cuenca a contemplar in situ este espectáculo de la naturaleza.

Lo mejor es poder presenciar y escuchar la berrea con alguien que sea de la zona, que te podrá contar historias de la serranía, de sus gentes y de las distintas especies de animales que conviven en la zona. Es zona de caza y por la noche es rastreada por muchas miradas furtivas.

Hay que aprovechar el otoño y salir de casa antes de que se nos caigan las hojas como a los árboles. Cuenca puede ser un muy buen plan y está a menos de doscientos kilometros de la capital de España. No hay excusa para no visitar esta ciudad tan especial.