La exposición Beatriz González: La imagen en tránsito retoma los más de 60 años de trayectoria de Beatriz González (1932, Bucaramanga, Colombia), conocida por sus obras que critican la historia de la violencia en su país y reinterpretan obras de la historia del arte occidental. La exposición presenta más de 100 obras producidas desde la década de 1960.

“La Imagen en Tránsito” se organiza para presentar los diferentes aspectos históricos y conceptuales de la maestra del arte colombiano, reuniendo algunas de sus principales obras.

En la primera sala de exposición, dedicada a trabajos sobre medios, reproducción y circulación de obras de arte, se encuentra la emblemática cortina serigrafiada Decoración de interiores (1981), en la que el artista retrató al entonces presidente, Julio César Turbay Ayala, cantando en una fiesta.

La siguiente sala está dedicada a intervenciones en mobiliario, transformado en soporte de imágenes apropiadas del imaginario popular y religioso colombiano, como en las obras Naturaleza casi muerta (1970) y Saluti de San Pietro. Trisagio (1971).

La exposición también presenta obras que reflejan su interés por las imágenes de la prensa, práctica que adoptó especialmente a partir de la década de 1970. En sus obras, González aborda las consecuencias del conflicto armado colombiano, la violencia política, la crisis climática y las experiencias de las comunidades indígenas.

En Los suicidas del Sisga (1965), que tomó como referencia los periódicos. El espectador y El tiempo, el artista parte de una fotografía de los periódicos sobre un doble suicidio cometido por una joven pareja, mirando los códigos que vincularon la imagen con el informe policial y la reproducción de las imágenes en los medios de comunicación.

En la década de 1980, la artista centró su atención en la iconografía política colombiana. De este período, obras como Señor Presidente, qué honor ser consumido en este momento histórico (1986) que comentan directamente acontecimientos traumáticos de la historia reciente, como el asalto al Palacio de Justicia.

La exposición finaliza con la serie Pictografías privadas (2014), en el que González utiliza las señales de tránsito como símbolo colectivo para representar situaciones de crisis social provocadas por la migración forzada por desplazamientos, desastres ambientales o violencia, particularmente en territorios rurales y campesinos.