Denunciar ante la autoridad, solicitar la investigación y la acción pública ante hechos que castigan la credibilidad de la ciudadanía parece ser algo normal. Pero nada es normal cuando esos mismos hechos que tú crees importantes para la Nación en que tú vives son sistemáticamente ignorados. 17 años de interregno esto es la dictadura, inauguraron en Chile no sólo una práctica económica y social bajo el signo del despojo, sino una manera de pensar.

Por eso no es extraño que la explotación de nuestras riquezas naturales, especialmente aquella que debiera permitir el desarrollo, social, económico del país a saber, el cobre, sea envuelto en el secretismo cuando el mineral de la Gran Minería del Cobre (incluido Codelco empresa estatal) es embarcado sin mayores controles en 5 puertos del territorio nacional a saber, Coloso, Los Vilos, Patache, Coquimbo y Ventanas.

Por eso, este año denunciamos y solicitamos la intervención de la Contraloría General de la República (CGR) para fiscalizar los subproductos que contienen los concentrados de cobre que se embarcan y que tienen un mayor valor que el cobre mismo.

En nuestra demanda de fiscalización mencionamos subproductos esenciales a saber, selenio, teluro, molibdeno, renio selenio y en proporciones menores tierras raras (REE). Agreguemos a ello metales preciosos oro, plata, paladio, platino, rodio, iridio, osmio y otros metales como el zinc, cobalto y níquel… es decir, minerales estratégicos de mayor valor en el mercado que el mismo cobre que se embarca.

China, Europa, EEUU son los sitios de manufactura donde se realiza la ganancia que Chile bota al mar con su manera de pensar y la inconsciencia que las generaciones futuras cobrarán a quienes administran la Patria hoy en día. Porque entregamos no sólo el precio con que se mercadea la riqueza que sale de Chile sino que entregamos al capital extranjero la explotación sin respeto al medio ambiente, la extinción de las fuentes de agua para el consumo humano y la agricultura, la contaminación de las napas freáticas, la existencia de relaves sin tratamientos para aislar los efectos tóxicos sobre el medio ambiente, las secuelas de explotaciones abandonadas, socavones que amenazan los poblados cercanos a las minas, etcétera.

El balance es cercano. Será alrededor de 2050 cuando se hayan agotado las reservas del mineral (no el recurso cuyo horizonte es 2100) en medio de movimientos migratorios masivos internos en un paisaje que alguna vez fue testigo de tiempos mejores.

En lo inmediato la subfacturación denunciada se traduce en grave perjuicio al Fisco y a los planes de Bienes Públicos que financia el Estado y que se restan del Presupuesto Nacional. Al denunciar a la autoridad los serios perjuicios causados a Chile, citamos las estadísticas del banco de datos internacional CEPII.fr1, las exportaciones de mineral de cobre de Chile durante 27 años (1996-2023) que se elevaron a 325 mil millones de dólares. Ahora bien, los 325 mil millones de dólares corresponden a 25% de lo exportado siendo el total de éste 1,3 trillones de dólares y la subfacturación a que hicimos referencia en el párrafo anterior: ¡975 mil millones de dólares!

Después de haber golpeado las puertas de la Presidencia, el Ministerio de Minería, Cochilco, el Congreso, sin resultado concreto alguno, una diputada, presidenta de la Comisión de Minería, nos dijo: “el cobre no es tema en este recinto”.

Por eso cuando la nueva Contralora, nombrada por el actual gobierno, comenzó a aplicar la herramienta fiscalizadora que pone a su disposición la Constitución y las leyes, tantas veces olvidadas por administraciones anteriores, vimos desde el Comité de Defensa y Recuperación del Cobre la oportunidad de instalar en la agenda de la institución el ignorado tema del cobre.

Por eso, el 12 de agosto recién pasado hicimos una presentación a Contraloría por la fiscalización de “tarifas arancelarias e impuestos en los embarques de concentrados de cobre que no se cobran y gastos de fundición deducidos de la base tributaria”. En nuestra presentación se trataba nada menos que de solicitar la fiscalización del contrabando legalizado de los minerales a través de los puertos de Chile.

Ya hemos mencionado en artículos anteriores la necesidad de instalar laboratorios de análisis químicos cuantitativos dotados de instrumental moderno, en los 5 puertos de embarque ya señalados. Eso es lo que solicitamos a Contraloría. Es decir, instrumental que nos permitiera cuantificar los metales presentes en el concentrado que se embarca.

Señalamos a Contraloría que cada laboratorio tiene un valor de 60 mil dólares, por lo que su valor total asciende a 300 mil dólares. ¡Frente a la utilidad para el Estado de Chile en términos de impuestos y aranceles, qué gobierno puede negarse a invertir una suma tan modesta!

Contrariamente a respuestas anteriores Contraloría ha reunido varias situaciones que debieran ser investigadas, por lo que a fines de agosto, se anunciaron auditorias tanto en los puertos ya señalados del territorio como en los aeropuertos en 10 regiones del país. El conjunto de fiscalizaciones serán apoyadas y coordinadas por la División de Fiscalización.

Según el comunicado de la CGR, la fiscalización incluirá el “análisis a los procedimientos de control de operaciones de comercio exterior, uso de equipos e instrumentos como scanner, entre otros aspectos, efectuados durante el período 1 de enero de 2024 al 31 de marzo de 2025”.

El comunicado precisa que lo que se busca es “determinar si dichos puertos y/o aduanas cuentan con equipamiento para controlar de manera efectiva los puntos de ingreso o salida de mercancías más relevantes. Asimismo, si este equipamiento cuenta con las mantenciones correspondientes o si han sufrido intermitencias que han impedido su uso en determinados momentos”.

Es útil señalar que si bien se trata de una auditoría a nivel nacional, ya la institución contralora ha realizado fiscalizaciones regionales en el puerto de Valparaíso, “donde se observó una serie de irregularidades (…) como el ingreso de insumos médicos y medicamentos aprobados por la Dirección Regional de Aduana, pero sin la visación del Instituto de Salud Pública”2. Existe además “otra auditoría en la Aduana de Talcahuano, respecto del Puerto de Coronel, en Biobío, cuya finalización se espera para las próximas semanas”.

Espero que los controles no borren los grandes objetivos. La política extractivista ha causado mucho daño a los intereses de la República, basta mencionar que Chile con las mayores reservas mundiales de cobre represente apenas un 8% de la producción mundial de cobre refinado. China sin yacimientos de importancia representa un 50%. En nuestra situación actual trabajamos para la rentabilidad de las transnacionales.

Requerimos construir/instalar Plantas Refinadoras de Minerales (PRM) en Paipote, Ventanas, etcétera. Su rentabilidad es mayor. Señalo el caso de la refinadora Aurubis (Hamburgo, Alemania) que en el año 2021-2022 en el proceso de refinado de concentrados de cobre, incluyendo cátodos, chatarra/lingote, otros reciclajes, oro, plata, plomo, níquel, cinc, metales menores, metales del grupo platino, facturó un valor estimado de 22,5 mil millones de dólares.

Es parte de la riqueza que dejamos de percibir, por cuanto Aurubis no procesa más allá de 15% de los concentrados de cobre que se exportan desde nuestro territorio.

En el presente, sin un sector minero-industrial de esta magnitud no queda, sino referirnos a lo principal de este artículo: obtener los impuestos y aranceles que deben pagarse por el contenido real de los concentrados que se embarcan.

Notas

1 Acceso a las estadísticas del banco de datos internacional CEPII.fr.
2 Ver Informe Final N 788/2024, de la Contraloría Regional de Valparaíso.