Ángel Fabián Di María nació el 14 de febrero de 1988 en Rosario, Santa Fe, y creció junto a sus hermanas Vanesa y Evelin en el barrio La Ceramica, en la zona norte de la ciudad. Sus primeras patadas al balón las dio en un hogar humilde donde el esfuerzo y el trabajo eran la base de cada día.
Su padre, Miguel Di María, estuvo muy cerca de convertirse en futbolista profesional pero sufrió una lesión que le impidió debutar. Miguel trabajó en un pequeño depósito de carbón, oficio duro y sacrificado que marcó profundamente al joven Ángel, que ayudaba a armar las bolsas de carbón.
Con apenas cuatro años, por recomendación médica para canalizar su hiperactividad, sus padres lo inscribieron en un club de barrio llamado “El Torito”. A los siete años disputó un partido determinante para ganar una liga local ante Rosario Central, donde marcó los dos goles de la victoria (uno de ellos desde el saque de esquina).
Tras ese encuentro y sus llamativas actuaciones en el club (llegó a marcar 64 goles en una temporada) llamó la atención de Ángel Tulio Zof, quien convenció a sus padres para que pasara a jugar a Central. Así comenzó la historia de un chico flaco, veloz y con un talento desbordante, que llevaría su apellido a la cima del fútbol mundial.
Rosario Central, el inicio de un sueño
Formado en las divisiones inferiores de Rosario Central, debutó en Primera en 2005, a los 17 años. Su gambeta eléctrica y su capacidad para desequilibrar en la banda pronto lo convirtieron en una de las joyas más codiciadas del fútbol argentino. No tardaría en dar el salto a Europa.
Benfica, la vidriera de Europa
En 2007 fichó por el Benfica de Portugal. Allí, en Lisboa, pulió su talento y se consolidó como un extremo de categoría internacional. Su crecimiento fue notorio y le valió un lugar en la selección argentina olímpica de Sergio Batista, que conquistó la medalla de oro en Pekín 2008, donde marcó el gol decisivo en la final.
Real Madrid y la gloria de la décima
Al concluir el Mundial de Sudáfrica 2010, donde fue uno de los futbolistas predilectos de Diego Armando Maradona en la selección argentina, Ángel Di María dio un salto crucial en su carrera al fichar por el Real Madrid, en una operación que se concretó por pedido expreso del portugués José Mourinho. Con la camiseta blanca brilló durante cuatro temporadas, mostrando desequilibrio, entrega y una capacidad única para aparecer en los momentos decisivos.
En total jugó 190 partidos, anotó 36 goles y repartió 85 asistencias. Sus actuaciones fueron claves para conquistar una Liga, dos Copas del Rey, una Supercopa de España, una Supercopa de Europa y, sobre todo, la ansiada “décima” Copa de Europa en 2014. En aquella final de Lisboa ante el Atlético de Madrid, fue elegido mejor jugador del partido gracias a una actuación descomunal. Ese mismo año también se destacó con la selección argentina en el Mundial de Brasil 2014, siendo pieza fundamental en el camino hasta la final, aunque no pudo disputar el partido decisivo por lesión.
Manchester United: un proyecto que no terminó de encajar
Una vez consolidado su estatus en España, en 2014 dio el salto al Manchester United, fichado por expreso deseo del holandés Louis van Gaal para liderar el nuevo proyecto que el veterano técnico intentaba construir en Old Trafford. Sin embargo, su paso por Inglaterra estuvo marcado por desencuentros con el entrenador: Di María recordó que, pese a tener buenos rendimientos, Van Gaal solía enfocarse únicamente en señalarle errores, lo que minó su confianza y terminó quebrando la relación entre ambos. Esa falta de sintonía, sumada a la irregularidad del equipo, hizo que su aventura en la Premier League fuera corta y con altibajos.
París Saint Germain y la ciudad de la luz
Deseoso de dejar atrás una etapa en la que nunca logró adaptarse a la vida en Manchester, Di María fue seducido por el proyecto del Paris Saint-Germain, club gestionado por capital qatarí, que lo incorporó en 2015 como uno de sus fichajes estrella. En París se convirtió en una figura determinante, alcanzando la final de la Champions League en 2020 y cosechando un total de 19 títulos: cinco Ligue 1, cinco Copas de Francia, cuatro Copas de la Liga y cinco Supercopas nacionales. Además, firmó 92 goles y repartió 120 asistencias, convirtiéndose en el máximo asistente en la historia del club, superando el récord que durante décadas había pertenecido al bosnio Safet Sušić.
La cumbre de su carrera: campeón del mundo en Catar 2022
En el Mundial de Catar 2022, Ángel Di María volvió a ser pieza fundamental en la selección argentina dirigida por Lionel Scaloni. A sus 34 años y ya como un veterano de mil batallas, el entrenador lo consideraba un jugador decisivo por su experiencia, jerarquía y capacidad para aparecer en los momentos clave. Scaloni lo reservó en varios partidos para administrar esfuerzos, pero en la gran final contra Francia lo colocó desde el inicio, apostando por él en el sector izquierdo para desequilibrar con su velocidad y diagonales. Esa decisión resultó determinante: Di María desbordó, generó el penal que abrió el marcador y más tarde firmó el segundo gol de Argentina en una actuación memorable.
La final, que terminó 3-3 tras un desenlace de infarto con Kylian Mbappé como figura francesa, fue catalogada como la más emocionante en la historia de los mundiales. En medio de esa batalla épica, Di María brilló con luz propia y volvió a demostrar que su nombre estaba destinado a los grandes escenarios. Finalmente, en la tanda de penales, Argentina se consagró campeona del mundo y el “Fideo” sumó otra página dorada a su legado, cerrando el círculo de una carrera marcada por aparecer siempre en los partidos más importantes.
La "Vecchia Signora" y el regreso a las "Águilas"
Tras su breve paso por la Juventus en la temporada 2022/23, Di María reconoció que fue “una etapa difícil”, marcada por lesiones, altibajos futbolísticos y la frustración de marcharse sin levantar títulos, algo inusual en una carrera repleta de conquistas. Aunque dejó destellos de su calidad con goles importantes, como en la Europa League y en algunos clásicos del Calcio, nunca logró la regularidad deseada en un equipo que atravesaba un momento convulso a nivel deportivo e institucional. Ese contexto, sumado a su propio deseo de seguir sintiéndose protagonista en la recta final de su trayectoria, hizo que su estadía en Turín fuera corta y que se despidiera con el sabor amargo de no haber podido dejar una huella profunda en la “Vecchia Signora”.
En 2023 regresó al Benfica, el club que lo recibió cuando todavía era apenas un “pibe” de Rosario Central y le dio la oportunidad de mostrarse en Europa. Ese retorno no solo significó reencontrarse con la camiseta que lo vio despegar, sino también cerrar un círculo sentimental con las Águilas, una institución que siempre confió en su talento y que lo recibió nuevamente como un ídolo consagrado a nivel mundial.
Vuelta al club de sus amores
En mayo de 2025, Di María cumplió la promesa que tantas veces había repetido: volver a Rosario Central para ponerse una vez más la camiseta canalla. Ese gesto, cargado de simbolismo, selló un vínculo eterno con la ciudad que lo vio crecer y que nunca dejó de considerarlo uno de los suyos. Más allá de los títulos y de las glorias internacionales, el retorno a su club de origen representa la fidelidad a sus raíces y el deseo de despedirse en la cancha que lo vio nacer.
La trayectoria de Ángel Di María es la de un futbolista que lo ganó prácticamente todo: Champions League, Copas nacionales, títulos con la Selección Argentina y, por supuesto, el Mundial de Catar 2022. Pero su legado trasciende las vitrinas. Es el ejemplo de humildad, esfuerzo y amor por el fútbol, que lo llevó de un barrio humilde de Rosario a los escenarios más grandes del planeta. Hoy en día, con una carrera consagrada, Di María es considerado una auténtica leyenda, admirado por la hinchada argentina y respetado en todo el mundo.















