Platón nació en Atenas, Grecia, en el año 428 a. C. en una familia aristocrática cuyo linaje se remontaba hasta Solón. Fue desde sus 20 años el principal discípulo de Sócrates y posteriormente el maestro de Aristóteles. Fundó la Academia, dónde se dedicó a la enseñanza de la Filosofía. Trató de poner en práctica sus ideas políticas en Siracusa con resultados negativos. Simpatizaba con los regímenes políticos de Esparta y Creta, mientras criticaba la democracia de Atenas en la que pasó la mayor parte de su vida. Le traumatizó la condena a muerte de su maestro Sócrates, acusado de corromper a la juventud y promover dioses diferentes a los de Atenas. Se interesó enormemente en la política pero sin participar en ella pues consideraba que “el pueblo ateniense estaba habituado a otros tipos de gobierno” diferentes a los que el promovía. Sus tres libros más importantes en materia de ideas y regímenes políticos fueron La República, El político y Las leyes. Platón muere mientras asistía a un convite de bodas en el año 347 a. C. Fue enterrado en el campus de la Academia.

La República y la sofocracia

Según Platón en La República, obra de juventud, el mejor régimen político o gobierno perfecto es la sofocracia o gobierno de los sabios con inteligencia política. La sofocracia puede ser conducida por uno o por varios filósofos reyes. Allí prevalece la búsqueda de la verdad, de la justicia y de la virtud. Rige el culto al sabio. Gobiernan los que más saben de la Filosofía y de la Ciencia Política. La sofocracia es una utopía o construcción ideal pero nunca existió. Sin embargo, se puede pensar que la sofocracia como ideal platónico era el régimen más cercano a la aristocracia de su época, a la cual Platón pertenecía.

Pero la sofocracia se degenera y se convierte en la timocracia o gobierno de los militares, donde prevalece la búsqueda de honores y el culto al guerrero. Se trata de la primera imitación o degeneración del régimen ideal. Los regímenes de Esparta y Creta del tiempo de Platón se asemejaban a una timocracia.

Así también la timocracia se degenera y se convierte en la oligarquía, que es el gobierno de los ricos, donde prevalece la búsqueda de riquezas y el culto al rico.

Asimismo la oligarquía se degenera hasta convertirse en democracia, que es el gobierno de la mayoría y donde prevalece la búsqueda de la libertad. En dicho régimen, según Platón, no son bien vistos ni los sabios, ni los especialistas. La Atenas de su tiempo tenía un régimen digamos democrático, aunque con sus limitaciones. Se trataba de una democracia de los hombres libres, de la que se excluía a los esclavos, a las mujeres y a los metecos.

Así también la democracia va a sufrir un proceso de degeneración hasta convertirse en una tiranía, o gobierno del tirano, que es la negación suprema de la política. De la extrema libertad presente en la democracia se pasa a la extrema esclavitud propia de la tiranía.

Para el discípulo de Sócrates y fundador de la Academia, el régimen perfecto es la sofocracia y todos los demás son imitaciones, enfermedades o degeneraciones de la verdadera política.

Sin embargo, dentro de los regímenes degenerados o enfermos, la timocracia es el más aceptable y la tiranía es el peor de ellos. Así también, la oligarquía y la democracia son fuertemente criticados. Para Platón buscar la riqueza o tratar de incrementarla es un error ético y genera desigualdades sociales.

Se sabe que Platón simpatizaba en vida con los regímenes de Esparta y Creta, semejantes a una timocracia o gobierno de los militares. No le gustaba la oligarquía porque la percibía muy concentrada en la búsqueda de riquezas y tampoco la democracia que no respetaba a los que saben y que había condenado a muerte a su maestro Sócrates. La democracia ateniense de su tiempo se mostraba como un régimen muy lejano a lo que un filósofo político como Platón consideraba el gobierno más adecuado.

El político

Tiempo después en su obra El político, Platón clasifica los regímenes políticos de la siguiente manera:

Según el número de mandatarios, el gobierno puede ser de uno solo, de pocos o de muchos.

Si el gobierno es de uno solo con respeto a las leyes, entonces tenemos una monarquía, pero si se gobierna sin leyes entonces se llamaría una tiranía. En esta clasificación se ha olvidado de la timocracia, la cual ya no se menciona e introduce el régimen de monarquía.

Si el gobierno de pocos se rige por las leyes se llama aristocracia, pero si lo hace sin leyes se trata de una oligarquía.

Por otra parte, si el gobierno es de muchos pero ejerce el mando a partir de las leyes entonces se llama democracia; en cambio, si se gobierna sin leyes se denomina también democracia, aunque algunos de sus discípulos le llamarían más bien demagogia. A diferencia de lo expresado en La República, aquí el autor distingue entre dos tipos de democracia, una con leyes y la otra sin leyes.

En la monarquía, la aristocracia y la democracia gobiernan los que entienden de la ciencia política, mientras que en la tiranía, la oligarquía y la demagogia gobiernan quienes la ignoran.

En cuanto al orden de preferencia para Platón, el mejor gobierno es el gobierno del rey sabio sin leyes. Para el autor la sabiduría del filósofo sobrepasa la eficacia de las leyes. El segundo gobierno preferido sería la monarquía y el tercero la aristocracia. Posteriormente el cuarto lugar se le otorgaría a la democracia con leyes y el quinto lugar a la democracia sin leyes. El sexto lugar se lo otorga Platón a la oligarquía y el sétimo y último lugar a la tiranía, que sería el peor de los regímenes malos.

En este libro de Platón se considera que el criterio más importante para clasificar los regímenes o gobiernos no es si respetan o no las leyes, sino más bien si los que gobiernan son o no expertos en la ciencia de la política. Y según Platón “ni la multitud de los ricos ni la totalidad del pueblo podrán adquirir nunca esta Ciencia Política”.

Platón sostenía que el mejor gobierno es el del rey filósofo, “quien reparte a todos correctamente la justicia y la piedad”. Ese es el único gobierno recto. Es decir que en ese punto se mantiene fiel a su posición expresada en La República: el gobierno perfecto y recto es la sofocracia o gobierno de los filósofos reyes. Todos los demás son imperfectos, si bien con diferentes grados de imperfección. Lo peor es la tiranía.

Cabe agregar que el erudito Diógenes Laercio resumió las ideas de Platón sobre los regímenes políticos de la siguiente manera:

En cuanto al régimen político hay cinco tipos: uno es, desde luego, el democrático, otro el aristocrático, el tercero el oligárquico, el cuarto el monárquico, el quinto el tiránico. Desde luego el democrático es aquel en el que en las ciudades manda el pueblo y elige por sí mismo los magistrados y las leyes. Hay aristocracia cuando no gobiernan ni los ricos ni los pobres ni tampoco los nobles, sino que los mejores están al frente del gobierno cívico. Hay oligarquía cuando los magistrados son elegidos a partir de sus rentas… La monarquía puede ser según la ley, y según el linaje… Tiranía es el régimen en el que uno ejerce el poder por medio de engaño o de violencia. El régimen político, por tanto, es una democracia, una aristocracia, una oligarquía, una monarquía o una tiranía.

Aquí Diógenes Laercio precisa la definición de oligarquía y subdivide en dos a la monarquía, por leyes o por linaje o descendencia familiar. Más adelante a la monarquía con leyes se le llamará monarquía constitucional y a la monarquía sin leyes simplemente monarquía absoluta.

Las leyes y la nomocracia

En Las leyes, obra escrita por Platón de manera definitiva hacia el final de su vida, se modifican sus ideas sobre el mejor régimen o tipo de gobierno. Ya no será la sofocracia, como gobierno del filósofo o los filósofos reyes, sino la nomocracia o gobierno del imperio de la ley. La palabra nomocracia proviene del griego nomos = ley y krateia = poder. Es decir el poder de las leyes.

Efectivamente en el “Libro IV” de Las leyes define los principios del régimen político de Magnesia, como el mejor posible en la práctica. En dicha obra y capítulo Platón ha dejado atrás su condición de filósofo político puro que construye intelectualmente un gobierno ideal definido como sofocracia y se nos muestra como un filósofo político que es también jurista o legislador, que propone el mejor gobierno posible en la realidad. En dicha obra se refleja en el autor un mayor conocimiento de los regímenes políticos reales y de las constituciones políticas que existieron en las diferentes ciudades estado griegas. En Magnesia todo el sistema gira alrededor de las leyes y del imperio de la ley. Se establecen cuatro clases según el nivel de riqueza.

En el “Libro V” define los fundamentos del régimen político de Magnesia (mientras que en el “Libro VI” presenta la estructura administrativa del Estado y la fundación de la familia). Asimismo, explica las funciones de los Guardianes de la ley, magistrados o poder judicial y establece regulaciones sobre el nombramiento y funciones de los militares y los jueces.

Así también estipula la creación de un Senado con 360 senadores en el que cada una de las cuatro clases definidas según su nivel de riqueza aportan un cuarto de los integrantes. Además, establece un Consejo nocturno o grupo selecto que propone reformas y propicia la formación política de los mejores. Está integrado por los 10 guardianes de la ley más antiguos en el cargo y por los sacerdotes más virtuosos.

En vez del sistema comunista de propiedad que había propuesto en La República resulta que en el régimen de Magnesia se establece un sistema de propiedad privada, si bien con fuertes limitaciones y regulaciones. Por ejemplo, se prohíbe a los ciudadanos la propiedad del oro y la plata.

Asimismo, en vez de la comunidad de las mujeres que promovía en La República, se construye un sistema basado en el matrimonio y en la familia. Se establece toda una legislación sobre los casamientos, el matrimonio y la procreación de los hijos.

Tanto Las leyes como El político serán los dos libros de Platón que más influyeron en La política, obra magna de Aristóteles. De allí arranca la clasificación de los regímenes políticos del Estagirita. Mientras tanto La República influirá fuertemente en La utopía de Tomás Moro y en La ciudad del sol de Campanella, autores del Renacimiento, así como también en los posteriores doctrinarios del socialismo utópico.

La República es la semilla del socialismo moderno, mientras que Las leyes es la simiente de los regímenes constitucionales contemporáneos.

Platón es junto con su maestro Sócrates y su discípulo Aristóteles uno de los padres de la filosofía occidental.

Bibliografía

Diógenes Laercio. (2023). Vidas y opiniones de los filósofos más ilustres. Madrid, Alianza Editorial.
Platón. (2018). La República. Madrid, Edimat Libros.
Platón. (2020). Critón. El Político. Madrid, Alianza Editorial.
Platón. (2023). Diálogos. Las leyes. Madrid, Gredos.