Hemos tenido el gusto de conversar con Israel Fraiman, recorriendo vericuetos olvidados por la oficialidad en el mundo del arte. Helos aquí.

Mucha gente cuando habla de artes plásticas piensa en la ganancia de la venta de las obras, en la fama, en perdurar en la memoria, pero otros por el contrario no lo ven como algo serio, sino como un capricho o un pasatiempo de gente adinerada o de quienes están destinados a vivir en la pobreza si no logran llegar al muy reducido grupo de grandes ventas. ¿Qué hay en el arte más allá de todo esto?

El arte en sí mismo no tiene ninguna relación con la venta o la fama, el arte tiene una relación con ensimismada con la obra y nada más. Todo lo que rodea a la venta de una casa, por ejemplo, si perteneció a una estrella de rock o a un bandido no tiene nada que ver con su arquitectura. Mucho menos si se vendió a buen o mal precio. Los diseños arquitectónicos tienen que ver, cuando mucho, con favorecer al cliente que lo encargó. Obras como la Torre Eiffel, por ejemplo, no podríamos decir que fue construida para llegar a ser la más famosa del mundo, ni símbolo nacional, solo era parte de la Exposición Universal de París de 1889, y tras finalizar debería haber sido desmontada. ¿Adónde apunto con todo esto? A que el arte existe en relación a su forma, colores, espesores, transparencias, etc, y el valor agregado posteriormente, desde mi punto de vista, no tiene que ver con su gestación, ya que eso no fue lo que lo motivó a crearlo, de lo contrario no sería un buen arte y pasaría a ser solo una moda, que en algún momento dejaría de serlo.

Lo primero que acaso saltaría a la vista es el uso de las figuras geométricas en su obra. ¿Puede hablarnos al respecto, su significado y relación personal?

La abstracción es una manera de pensar, hay un diálogo con la obra donde el artista va avanzando más allá de su idea inicial y plásticamente se va potenciando. La figuración molesta para este proceso, ya que sería imposible sacarla de ese diálogo: si tienes una vaca recostada en un pasto verde, no te puedes abstraer de esa figura. Por lo mismo los colores y formas que menos molestan y más favorecen son las que vienen desde una geometría sagrada, la que encontramos en la naturaleza, que el universo nos la regala; esa geometría es el mejor vehículo para ir desarrollando un pensamiento y una subsecuente obra. Mi relación personal con la geometría sagrada viene de un sentimiento interior de búsqueda, donde los números, los círculos gestálticos que se cierran y las líneas que indican direcciones, lugares, sentidos de proyección, nos van mostrando el estado interior del autor, pero más que nada su proceso al momento de hacer esa obra.

Luego es evidente un cromatismo que tiende hacia colores primarios, ¿tiene relación con las figuras geométricas empleadas?

Así como los círculos y líneas son formas limpias, los colores primarios son puros también y mi gamma cromática viene a reflejar un universo maravilloso e impartidor que nos llena de luz y que por contraste lo vemos más luminoso cuando aparecen las sombras de la vida. El color y su intensidad tonal mueven nuestras emociones al observarlos, y mientras más puros son, más claro es el mensaje que nos llega. Es por eso que con formas limpias y colores primarios se puede transparentar mejor lo que un autor tenía en mente como motivo a desarrollar.

¿Hay una relación especial con el círculo que acaso va más allá de la simple geometría?

El circulo es lo que nos rodea desde el macrouniverso al microuniverso, y en la naturaleza lo encontramos en el diario vivir y no es simple desentenderse de él en las artes plásticas. Tiene una potencia con muchos significados: madre, cosmos planetarios, moneda, ojo, etc. Es el principal elemento junto a la línea. Muy femeninos y masculinos por lo demás. Podríamos entrar en campos a los que no me incumbe, por eso prefiero abocarme a lo que yo sé: la geometría es lineal y circular, todo nace desde ahí. Lo inicial es dónde se ubica un punto, luego la línea y de ahí el circulo, luego viene todo lo que seas capaz de crear.

Como artista chileno radicado en Israel, ¿cómo ha influido el nuevo ambiente en su obra, cultural y personalmente? ¿Fue un viaje deliberado o fortuito?

Fue un viaje iniciático, preparado por varios años, donde la perspectiva principal fue subir niveles de consciencia, en lo cual este maravilloso país es especialista: crea milagros. De aquí incluso han surgido varias culturas que luego han conquistado oriente y occidente. De ahí su enorme potencial. En Israel aprendí de manera muy potente lo que es el amor a los amigos, que desinteresadamente te entregan el suyo, su sinceridad, y que avanzan contigo en familia. Eso es inapreciable, no es algo que se pueda comprar. La confianza como artista que te da que una galería de Tel Aviv tome tus obras y las lleve a Asia, por ejemplo, a Hong Kong y Shanghái, es algo que difícilmente habría podido obtener en mi país nativo. Estamos ahora viviendo en el primer mundo y nos debemos a ello, dejar atrás cualquier mala práctica o maña es menester.

Se habla siempre de la función del arte como expresión abstracta del desarrollo social o interno del artista, una especie de espejo que refleja una realidad, o un martillo que la rompe para proponer una nueva. ¿Cuál es su postura?

El arte es la medida humana por antonomasia, hoy que se habla tanto de la invasión extraterrestre, yo les pregunto si vieran un marciano con una tecnología fabulosa, ¿les sorprendería, o realmente sería increíble de ver a un marciano pintando una obra maestra potente o componiendo un poema? Les aseguro que poetas no lo son. La abstracción es un método donde el artista se busca a sí mismo y en esa búsqueda va dejando pistas coloridas de su camino. Mi postura y más difícil tarea es quedar inmerso en la obra sin necesidad de dibujarme a mí en figurativo. Un verdadero artista debería lograr quedar en su obra incluido, aunque sea de manera encriptada o enigmática.

¿Tiene algo que decirles a los jóvenes artistas que se enfrentan a un mundo cada vez más complejo o incluso desequilibrado?

Los jóvenes tienen todo el potencial para crear lo que este mundo rápido y luminoso les pueda aportar. Que no se confundan con la tecnología, que la utilicen y no que ella los utilice a ustedes. La relación con la mano, el producto (pintura, madera, metal, etc), el ojo, la mente, es algo que pasa por tener una relación práctica con la materia y no pasa por ser una parte más del circuito digital, ya que quizás por esa vía algún día podría ser reemplazable el autor. Es la relación con la materia, con las manos en la masa, la que hace que el ojo y la mente puedan activar el corazón para que apoye el proceso creativo.