La agrupación chiita islamista Hezbolá (Partido de Dios) surge en los años 80 como una organización que se planteaba luchar contra la «ocupación israelí» del Líbano, la cual se acabaría en el año 2000 después de casi 20 años de operaciones. La ocupación sería la «razón» por la que Hezbolá decidiría continuar sus operaciones a pesar de los compromisos adquiridos a través del Acuerdo de Taif del año 1989 que exigía el desarme de organizaciones paramilitares en pro de la pacificación del territorio (Morillo, 2018).

Después de la salida de Israel de territorio libanés, el argumento de perpetuidad en el poder de Hezbolá sería la «ocupación israelí de los territorios palestinos», en este punto el financiamiento y apoyo proveniente de las arcas del gobierno de Teherán se hacía más claro. Para Irán la lucha contra los israelíes se ha convertido en una de sus cartas de política exterior, con la cual ha pretendido incluso lograr tener un eje de influencia en Yemen, Iraq, Siria, Líbano y con apoyos financieros a proxies antiisraelíes en los territorios palestinos.

El financiamiento proveniente de Irán alcanza incluso los US$800 millones de dólares, según datos del 2018 de la Fundación para la Defensa de las Democracias, ONG presente en los Estados Unido; el monto más jugoso que invierten en su apoyo a agrupaciones paramilitares o terroristas; entre las milicias proiraníes de Iraq y las agrupaciones islamistas palestinas suman otros US$250 millones en recursos para sus operaciones (Adesnik, 2018).

La agrupación Hezbolá no se ha quedado solo como una guerrilla o grupo paramilitar, sino que incluso tiene un brazo político con participación en el parlamento libanés. Ha sido catalogado como terrorista por diferentes actores del Sistema Internacional, sin embargo, dudar del poder que significa su existencia para los grupos islamistas en el Líbano sería tapar una realidad que se desborda. Incluso, militarmente hablando hay una serie de carencias que hacen que el propio ejército del país no pueda hacer mucho para luchar contra la organización islamista (Blanco, 2015).

Sobresale en esta organización su líder principal el sheij Hassan Nasrrallah quien es el que ha marcado la pauta de las relaciones del grupo islamista dentro del Líbano y, a la vez, quien transmite los deseos del gobierno iraní en cuanto a operaciones y su participación en actividades extraterritoriales como ocurre en Siria o como ha pasado en atentados terroristas en otras partes del mundo; una de las más destacadas la voladura del edificio de la AMIA en la República Argentina en 1994.

Sin embargo, uno de los elementos que se empiezan a considerar a lo interno de la organización islamista es el futuro de esta una vez que Nasrrallah deje de estar presente. Por esta razón, se empiezan a plantear futuros sustitutos y el nombre que más se manifiesta a lo interno es el de Hashim Safi Al Din, a quien todos apuntan será el «heredero al trono» de Hezbolá y que cuenta incluso con la venia del gobierno iraní.

Hashim es primo de Hassan Nasrrallah, su hermano Abdallah Safi Al Din es el representante de Hezbolá en Irán y es el responsable del suministro de armas desde Teherán hasta Beirut, además del trasiego de drogas y otros ilícitos (Counter Extremism, s.f.), elementos por los cuales es sujeto de sanciones internacionales y de búsqueda por su nexo con este tipo de actividades.

El candidato para suplir al sheij Nasrrallah, Hashim Al Din, comenzó sus estudios teológicos en la ciudad iraquí de Nayaf y posteriormente se especializó en Qom en Irán, recibiendo la misma formación que su primo.

Es considerado además como el segundo hombre de Hezbolá junto con Naim Qassem. Un detalle para destacar es que Qassem se puede considerar emparentado de alguna manera con el profeta Muhammad por el uso del turbante blanco que en el chiismo tiene esa consideración, pero aun así su liderazgo no es tan destacado para heredar la estafeta de principal hombre para suplir a Nasrrallah.

Volviendo a Hashim Safi Al Din, en el año 2008 fue designado el sustituto natural de su primo y esto incluso contó con el apoyo incuestionable del gobierno de Irán; en todo caso, Hashim tiene un fuerte vínculo con el gobierno iraní ya que su hijo Sayyed Reza Hashim Safi Al Din es el esposo de Zeinab Suleimani, hija del excomandante Qassem Suleimani, líder de las fuerzas Quds iraníes, quien fuera asesinado en un operativo militar de los Estados Unidos en Iraq en el mes de enero de 2020 (Rafat, 2020).

Algunos países de la región; principalmente Israel, se mantienen al tanto de los movimientos de estas figuras debido a elementos como el trasiego de armas y cualquier movida que permita a Irán ampliar su rango de influencia en la zona cercana al Levante. Estos personajes no son accidentales, sus actividades son de consideración por lo que podría implicar eventualmente para la estabilidad de la zona que las comunicaciones entre las partes se mantengan tan activas y fluyendo sin control.

Notas

Adesnik, D. (2018). Iran Spends $16 Billion Annually to Support Terrorists and Rogue Regimes. FDD.
Blanco, J. (2015). Hezbollah, el partido de Dios. IEEE.
Counter Extremism Project. (s.f.) Abdallah Safi-Al-Din.
Morillo, J. (2018). Líbano, la erupción sutil de Oriente Próximo. IEEE.
Rafat, A. (2020). A Marriage of Convenience Bolsters Iran’s Mideast Presence. Kayhan Life.