El 4 de julio de 2021 inició sus trabajos la Convención Constitucional, que en un plazo de un año debe redactar una Nueva Constitución. Componen esta convención 155 miembros elegidos democráticamente en representación de cada una de las regiones de Chile. Nunca en Chile una Constitución había sido elaborada por ciudadanos elegidos específicamente con este fin, siempre habían sido los diputados y senadores que habían redactado o reformado nuestras Constituciones, salvo la actual de 1980, que fue redactada por una Comisión de juristas designados por la Junta Militar en 1975.

Como era previsible, esta Convención Constitucional, integrada por ciudadanos elegidos democráticamente y con muy poca experiencia «política», les costó instalarse y organizarse. Se perdió mucho tiempo en cuestiones menores y sin importancia, como la de sesionar en regiones para escuchar la voz de los territorios. Existieron errores y pérdidas de tiempo, de manera que hoy se encuentran casi sin tiempo para terminar de entregar el proyecto definitivo de Constitución el 4 de julio de 2022.

Sin embargo, la Convención Constitucional, ha tenido otros aciertos que han permitido que los ciudadanos pudiéramos también instalar algunos temas en la discusión constitucional, y que no estaban en la agenda, como es el caso de la nacionalización de los recursos naturales y otros bienes públicos.

En efecto, la Convención Constitucional permitió que los ciudadanos pudiéramos proponer iniciativas de normas a la Constitución, si se lograba el patrocinio de al menos 15.000 personas, lo que se podía hacer por internet, en un sitio especial creado al efecto por la Convención Constitucional. Hubo una enorme participación, puesto que se presentaron 6.114 iniciativas de normas constitucionales, con el patrocinio de 2.809.410 firmas (el 18,7% del padrón electoral), pero solo 78 iniciativas populares de norma, lograron reunir 15.000 firmas, necesarias para poder ser admitidas por una de las siete Comisiones temáticas en que está dividida la Convención.

La iniciativa popular que me tocó defender y apoyada por varias organizaciones sociales y sindicales, tenía por nombre «Nacionalización de las empresas de la Gran minería del cobre, del litio y del oro». Fue presentada a la Comisión 5 de «Medio Ambiente, Derechos de la Naturaleza, Bienes Naturales Comunes y Modelo Económico». Esta iniciativa alcanzó 24.044 patrocinios, y otra iniciativa parecida presentada por una Confederación Minera (CTC), alcanzó cerca de 16 mil firmas. Algunos convencionales presentaron a esta misma Comisión una norma por la nacionalización de la Gran Minería. Todas estas iniciativas fueron aprobadas en general por la Comisión 5, con el quórum mínimo de 10 votos de los 19 convencionales de esta Comisión.

Son varias las razones que justifican que se deba nacionalizar las empresas de la Gran Minería, pero, solo abordaremos 2 de ellas: La económica financiera y la medioambiental.

Las razones económicas y financieras

En 1989, Chile producía 1,6 millones de toneladas de cobre y el 90% de la producción estaba en manos del Estado que aportaba el 24,8% de los ingresos del Presupuesto Nacional. En el año 2020, Chile produce 5,73 millones de toneladas, casi 4 veces más. Sin embargo, el cobre aportó solo el 5.9% del Presupuesto Nacional, 5 veces menos que en 1989, incluyendo a mineras privadas y Codelco. Esta fuerte caída de los aportes del cobre al erario nacional, se debe a que hoy más del 70% de la producción de cobre ha vuelto a estar en manos de grandes mineras extranjeras, que por lo general casi siempre han declarado pérdidas para evadir de tributar en Chile.

En este mismo período, 1990-2020, las mineras extranjeras se han llevado de Chile 90.789 toneladas de cobre (las cifras de producción son de Cochilco)1, cifra que corresponde solo a la exportación declarada en Aduanas, la que en los hechos no fiscaliza la exportación de concentrados, por lo que la exportación real sobrepasaría las 110 millones de toneladas, que al precio real de los últimos 15 años de 3 dólares la libra (US$ 6.612 la tonelada) ha significado que las mineras extranjeras se han llevado de nuestro país, en estos 30 años, alrededor de US$ 727.300 millones (110.000.0006.612), solo por el cobre, a ello habría que agregar el oro, la plata, el molibdeno, el renio, el cobalto, selenio, telurio, platino, paladio, azufre y otros metales, podemos estimar en 20% más, lo que nos daría que las mineras privadas se han llevado de Chile alrededor de 900 mil millones de dólares, entre 1990 y 2020. Eso equivales a 14 millones de viviendas de 62.000 dólares. Eso es lo que se han llevado. Sin embargo, según cifras del S.I.I.2 han pagado en impuesto a la renta y royalty alrededor de U$ 40.000 millones solamente, es decir, solo 4,4% de lo que se han llevado. Un verdadero saqueo de nuestras riquezas naturales. Estos cientos de miles de millones de dólares, los chilenos lo hemos perdido para siempre. Este escándalo debe terminar, y la única manera de hacerlo es que la Convención Constitucional, apruebe la nacionalización de las grandes mineras extranjeras.

Los economistas Orlando Caputo y Graciela Galarce, vienen de publicar un análisis para justificar la nacionalización, tomando las cifras solo del año 2021:

Las ganancias de Codelco3 fueron muy elevadas en 2021, alcanzando 10.379 millones de dólares. La ganancia informada corresponde a los Ingresos por Ventas de cobre y subproductos, menos los Costos de Operación. Esta ganancia se conoce como Ebitda, que corresponde a las Ganancias Operacionales, que excluyen: depreciaciones, amortizaciones de créditos, pagos de intereses y pagos de impuestos.

Si Codelco tiene el 28% de la producción de cobre, y las grandes mineras privadas, el 72%, estimamos que los Ingresos por Ventas de las grandes mineras privadas, menos los Costos Operacionales de ellas son a lo menos de 27.000 millones de dólares. (Ebitda).

Los costos de Codelco y del conjunto de las mineras privadas son similares. (Observatorio de costos de Cochilco). Esta metodología también permite ilustrar las grandes ganancias de las empresas mineras. Los Costos Operacionales conocidos como ‘C1’, fueron 132,7 centavos de dólar por libra de cobre para 2021. En tanto, el precio promedio anual en 2021 fue de 423 centavos de dólar por libra de cobre. Por lo tanto, las Ganancias Operacionales por libra de cobre fueron de 293 centavos4.

Este análisis de Caputo y Galarce, nos confirma que la evasión tributaria de las mineras extranjeras no es solo cosa del pasado, sino que está ocurriendo hoy. Para terminar con este despojo, con esta expoliación, es necesario y urgente nacionalizar estas grandes empresas mineras.

¿Cuál es el costo de esta nacionalización? De eso nos comenta el Doctor en Economía y profesor de la Universidad de Cambridge, el chileno José Gabriel Palma, en una entrevista en la Radio de la Universidad d Chile.

El académico de la Universidad de Cambridge profundizó también en la idea de renacionalizar los recursos y puntualizó que «hay dos criterios para pagar: uno el stock de capital, que es el único criterio lógico. Si las minas son nuestras, si el cobre que está en la roca es nuestro, no vamos a pagar por el cobre que está en la roca, o sea, no vamos a pagar por el yacimiento. Tenemos que pagar por el stock de capital que tienen las mineras».

Al respecto, Palma agregó que los últimos cálculos que existen es que ese stock de capital hoy día es, más o menos, 31 mil millones de dólares. Usted me dirá ‘esa es mucha plata’ pero claro hay que acordarse que las ganancias de las mineras el año pasado fueron 27 mil millones de dólares, o sea, con un año de producción habría el 90% de los recursos para pagar el total de la renacionalización del cobre5.

Las razones medio ambientales

Existe mucho daño al medio ambiente generado por estas grandes mineras, pero ahora solo evocaremos uno de esos daños, que tiene directa relación con el cambio climático o calentamiento global, como lo es la exportación de concentrados en vez de cobre refinado, situación que va a empeorar en el futuro cercano, porque ya están en estado de certidumbre varios proyectos mineros, para aumentar la producción de cobre de los actuales 5,7 millones de toneladas a 7,25 millones de toneladas, el 2025, pero la casi totalidad de este aumento se hará en forma de concentrados. Así lo revela un informe de Cochilco.

La producción de concentrados sin refinar en nuestro país irá aumentando desde el 64,5% actual (2017) de participación en la producción total de concentrados a un 74,1% hacia 2029, pasando de exportar alrededor de 2,5 millones de toneladas cobre fino en concentrados, en torno a los 9,27 millones de toneladas métricas secas de concentrados, a alrededor de 4,6 millones de toneladas de cobre fino hacia 2029, aproximadamente 16,6 millones de toneladas métricas secas de concentrados6.

El problema de la exportación de concentrados, es que más de los dos tercios del concentrado contiene material estéril (piedra molida con alta humedad), sin ningún valor económico o necesidad social. De ello se desprende que dos barcos de tres, estarán quemando miles de toneladas de petróleo y emitiendo millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, como lo rebela un estudio de la Universidad de Chile.

En este estudio se estima, por primera vez, el monto total de emisiones de carbono asociadas al trasporte de material estéril contenido en el concentrado de cobre exportado desde Chile hacia el resto del mundo. Utilizando datos oficiales del año 2014, se estiman las emisiones de CO2 evitables que ese año se emiten innecesariamente a la atmósfera global por no refinar el cobre en Chile, al exportarlo como concentrado de cobre… Las emisiones evitables de CO2 estimadas resultan ser de entre 1,5 y 2,0 millones de toneladas de CO2 el año 2014, para los dos escenarios extremos considerados. La gran relevancia de estos resultados desde el punto de vista de política ambiental queda demostrada por el hecho que, si en vez de exportar concentrados de cobre al resto del mundo, Chile refinara domésticamente dichos concentrados, como resultado de las emisiones de gases de efecto invernadero evitadas con esto, el sector minero chileno cumpliría holgadamente con la meta comprometida por Chile para el año 2030, de reducir en 30% sus emisiones por unidad de PIB generado respecto del nivel alcanzado el año 2007… El año 2014, se efectuaron 919 embarques de concentrados de cobre en Chile, desde 13 puertos y hacia 22 países (Banco Central, 2015)7.

La producción de concentrados pasará, según Cochilco, de 9,27 millones de toneladas a 16,6 millones de toneladas, quiere decir que los barcos necesarios para transportar esa cantidad, pasarán de 919 a más de 1.500, de los cuales, a lo menos mil barcos transportarán material estéril, sin valor económico y social. Con lo cual Chile aumentará su colaboración al calentamiento global en un millón más de toneladas de CO2, sin haber ninguna necesidad social y económica de hacerlo. Lor organismo internacionales que se ocupan de esta materia debieran castigar a Chile de alguna manera.

Ahora, muchas personas se preguntarán: ¿Por qué las empresas mineras transnacionales prefieren exportar concentrados en vez de cobre refinado, si eso aumenta el calentamiento global? Porque a estas mineras no le importa aumentar el calentamiento global, porque solo les interesa sus ganancias, ya que, al exportar concentrados, no solo pueden sub evaluar la cantidad de cobre contenido en esos concentrados, sino también la cantidad de oro y de plata, y lo peor de todo, que una gran cantidad de otros metales de mucho valor como el cobalto, renio, tierras raras, ni siquiera son declarados. Por esas razones, Indonesia prohibió la exportación de concentrados en su minería.

¿Por qué entonces Chile, como Indonesia, no prohíbe la exportación de concentrados? Porque los Tratados de Libre Comercio (TLC) firmados por Chile con EEUU, Canadá o Australia, no permiten que el Estado chileno pueda condicionar una inversión extranjera. Pero si el Estado chileno nacionaliza esas empresas mineras extranjeras, ya no serán extranjeras, sino del Estado, y pierden sus efectos las imposiciones de los TLC, y podrá el Estado crear las fundiciones y refinerías necesarias para fundir y refinar todo el cobre en Chile, y de esta manera disminuir considerablemente las emisiones de CO2, que hoy perjudican no solo a Chile, sino que a todo el planeta.

La nacionalización de las grandes mineras extranjeras, no solo es una medida económica y financiera para satisfacer las grandes demandas sociales de nuestro pueblo, sino que es además una medida de alcance mundial, para disminuir el calentamiento global terminando con la exportación de concentrados. Y es gracias a la Convención Constitucional, que, al crear las iniciativas populares de norma constitucional, el tema de la nacionalización de la Gran Minería se encuentra nuevamente en la discusión pública.

Notas

1 COCHILCO, Comisión Chilena del Cobre, organismo del Estado encargado de fiscalizar la minería.
2 Servicio de Impuesto Internos, SII, es el organismo de la administración tributaria en Chile.
3 CODELCO, Corporación Nacional del Cobre de Chile, empresa del Estado creada en 1976 por la Junta Militar, en base a las 5 empresas mineras nacionalizadas por el Presidente Allende en 1971.
4 Le Monde diplomatique edición chilena, marzo 2022.
5 Diario U Chile.
6 COCHILCO, Proyección de la producción esperada de cobre en Chile 2018 - 2029.
7 Reducción de emisiones globales de carbono al refinar el cobre en chile. G. Ssturla, E. Figueroa, M. Sturla, J. Flores.