Sabemos que la violencia hacia las mujeres es una problemática grave en todo el mundo: alrededor de un 66% de las mujeres mayores de 15 años han vivido algún tipo de violencia en sus diferentes formas, ya sea en el hogar, en el ámbito laboral, dentro de las escuelas, etc.

Pero también hay una forma de violencia hacia las mujeres que está relacionada con la tecnología y desafortunadamente va en aumento.

De acuerdo a la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones, la violencia contra las mujeres relacionada con la tecnología1 se refiere a:

Los actos de violencia de género cometidos instigados o agravados, en parte o totalmente por el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), plataformas de redes sociales y correo electrónico que causan daño psicológico y emocional y que refuerzan los prejuicios, dañan la reputación, causan pérdidas económicas y plantean barreras a la participación en la vida pública y pueden conducir a formas de violencia sexual y otras formas de violencia física.

  • Las mujeres de entre 18 y 30 años son las más vulnerables a sufrir algún tipo de violencia relacionada con la tecnología.
  • El 60% de los agresores son personas conocidas de las víctimas y un 40% los agresores son desconocidos.
  • Las mujeres más expuestas a sufrir violencia digital son aquellas que viven dentro de una relación de pareja violenta, las mujeres profesionales que trabajan en algún espacio de comunicación como lo son las periodistas, activistas, artistas e investigadoras.

Algunas de las formas de violencia relacionada con la tecnología de la que son víctimas las mujeres son:

  • Mensajes, imágenes o videos con amenazas de violencia física o sexual.
  • Agresores que comparten información privada de la víctima exponiendo su identidad o preferencia sexual poniéndola en riesgo. Difusión de contenido íntimo o sexual sin consentimiento; uso de información sin consentimiento; revelación de la información privada; pornografía no consensuada; revelación de la intimidad.
  • Obtener o modificar información de la víctima con el objetivo de que pierda el control sobre ella, esto implica el borrar, cambiar o falsificar datos personales (foto o vídeo). Tomar el control de sus cuentas en plataformas digitales.
  • Cámaras de vigilancia o escondidas, identificación de ubicación por medio de imágenes; geolocalización en los equipos/celulares o notificaciones.

En México, al igual que en muchos otros países, uno de los principales retos que existen para contrarrestar este tipo de violencia es la falta de denuncias que permitan conocer la verdadera dimensión del problema.

Afortunadamente ya se empiezan a dar pasos para proteger a las mujeres de este tipo de violencia. Gracias a Ley Olimpia que en realidad son un conjunto de reformas que se aprobaron en diciembre de 2019 y que reconocen la violencia digital como un delito.

Esta ley fue aprobada gracias al fuerte trabajo realizado por la activista Olimpia Melo Cruz, quien fue víctima de violencia digital en el año 2014. Olimpia fue una de las tantas mujeres en el país que han sufrido humillaciones, burlas e insultos debido a la distribución sin su consentimiento de un video íntimo. Tras dos años de luchar contra una fuerte depresión y varios intentos de suicidio logró salir adelante y fundó el Frente Nacional para la Sororidad, elaboró una ley para enviar a la cárcel a los responsables de subir a internet imágenes, videos y audios de contenido sexual difundidos sin consentimiento de los involucrados, lo que ahora conocemos como la Ley Olimpia. Ella junto con muchas otras mujeres que también habían sufrido violencia digital, impulsaron esta iniciativa de Ley en Puebla, para reformar el Código Penal logrando que se discutiera y que el legislador local la llevará a cabo. Actualmente esta ley ya ha sido aprobada en al menos 16 estados del país.

La Ley Olimpia tiene como objetivo proteger los derechos de las personas, entre los cuales podemos encontrar el derecho a la intimidad personal y el ejercicio libre y protegido de los derechos sexuales para salvaguardar la integridad de las personas. Reconoce el ciberacoso como delito, ya que es este el que genera violencia sexual en internet.

Nota

1 Association for Progressive Communications (2015): Technology-related violence against women.