Nació en la ciudad de Pella, en Macedonia, en el año 356 a. C. y falleció en Babilonia en el año 323, a. C. Ha sido considerado como el más grande general o conquistador de la historia, por encima de Aníbal, César o Napoleón, porque nunca fue derrotado en toda su vida, por nadie ni en algún momento, y la extensión de sus conquistas fue mayor que las de ellos; con algo muy importante, siempre estuvo a la cabeza de su ejército. Las regiones que conquistó fueron: toda Grecia (con excepción de Esparta), lo que hoy es Turquía (Asia Menor), Partia, Asiria, Persia (Irak), Irán, Afganistán, India (Pakistán), Siria, Palestina y Egipto, entre otras naciones. En línea recta recorrió con sus ejércitos más de cinco mil kilómetros, de Macedonia hasta el río Indo.

Lo increíble es que a la edad de 20 años comenzó como rey de Macedonia la conquista del mundo ya que fue elegido rey a la muerte de su padre Filipo, uno de los pocos hombres más notables de la historia que tuvo un hijo aún más notable. Sin embargo, comenzó su vida de guerrero ganando la batalla de Queronea a los 18 años, cuando condujo la carga que aplastó al enemigo y le dio a su padre la supremacía en toda Grecia. Y, por si fuera poco, cuando murió su padre asesinado, toda Grecia se rebeló contra Alejandro por considerarlo un rey muy joven y débil, y tuvo que reconquistarla. Lo que si es cierto es que había heredado un gran ejército con excelentes generales y la famosa falange macedónica, que el la había copiado de la falange tebana, cuando por orden de su padre, derrotó a los ejércitos de Tebas y destruyo esta ciudad. Una vez elegido rey dispuso de inmediato la ejecución de todos aquellos que pudieran disputarle su derecho al trono. Entre ellos, y se dice que por sugerencia de su madre Olimpia, figuraban la segunda mujer de su padre Filipo y su hijo pequeño, así como un primo que por un tiempo corto había subido al trono.

A solicitud de Filipo de Macedonia, Aristóteles, cuyo padre había sido médico de Amintas II, padre de Filipo, convino en volver a su patria y desde los 14 años y por unos pocos años, el joven Alejandro tuvo por maestro a Aristóteles, el más grande filósofo de su tiempo, quién lo educó en muchos aspectos de la cultura griega, y lo estimuló para extenderla por todo el mundo bárbaro.

Cuando Alejandro atravesó el Helesponto en 334 a.C. para conquistar Persia, su ejército estaba constituido por 32.000 infantes y 5.000 soldados de caballería. En la primera batalla, la del río Gránico, Darío III, rey de Persia se dice que tenía más de 300.000 persas y mercenarios griegos. Pero a pesar de ese gran ejercito fue aplastado totalmente por Alejandro, gracias a una carga que él dirigió directamente, atravesando el campo de batalla hasta el lugar donde se encontraba el rey Darío, quien asustado, huyó. Otros historiadores antiguos (Arriano) dan cifras menores de parte del ejército de Darío, como que tenía sólo 40.000 infantes y 20.000 de caballería. En todo caso, en las otras batallas con Darío, la de Isos y la final de Gaugamela, los ejércitos persas eran mucho mayores, se ha especulado que en Isos, Darío tenía un millón de soldados, pero la realidad es que se calculan en 300.000 infantes persas y 40.000 soldados de caballería. Por lo anterior, nadie duda de sus grandes éxitos militares.

En Gordion, la capital de la antigua Frigia existía el famoso nudo gordiano. La leyenda decía que quien desatara el nudo (que era muy grueso y fuerte e imposible de desatar con las manos), conquistaría Asia. Cuando le contaron sobre esa leyenda, Alejandro simplemente lo desató cortándolo con su espada. Alejandro marcho a través de Siria y Judea, tomando Tiro, después de nueve meses de lucha (Nabucodonosor dos siglos antes y con ejercito mayor no pudo derrotar a Tiro). Continuó por Judea y Egipto que se sometieron sin lucha.

Años después y estando gobernando Persia, se le critica por querer divinizarse y decía ser descendiente de Aquiles. La realidad fue que en diversos lugares como Egipto lo consideraron un dios, ya que sus faraones eran aceptados así y lo declararon hijo de Amón. En Persia, respetó sus costumbres sociales, políticas y religiosas y por ello los súbditos lo creían un dios, lo que facilitaba la conquista y la integración entre los macedonios-griegos y los diferentes pueblos que conquistaba. Sin embargo, eso no les agradaba a sus generales, los cuales se negaban a rendirle ese homenaje. No hay duda que se propasó al pedir a las ciudades de Asia e incluso a las griegas que lo reconocieran más que como un rey, como un dios, para gobernar más fácilmente.

Todos sus historiadores dicen que tardíamente insistía en que era descendiente ya no de Aquiles sino hijo de Zeus. Es posible que esto haya sucedido por el exceso de licor que ingería (era un alcohólico desde joven), agregado a que él se creyera así por la gran cantidad de conquistas sin derrotas, pese a ir siempre a la cabeza de sus tropas y asumir con ello el máximo riesgo, por lo que sus tropas lo adoraban. El primer choque por esta actitud de Alejandro vino cuando sus generales se opusieron a la llamada postración ante él, ya que eso decían, sólo se hacía ante dios. Por cierto, los reyes persas no se consideraban dioses, como los reyes o faraones de Egipto. La crisis se agravó cuando ordenó matar a Filotas y luego a Calístenes, grandes generales a quién él debía mucho, acusándolo de conspiración, cuando en realidad era porque se oponían a tratarlo como hijo de Zeus.

Según Plutarco, fundó 60 ciudades con su nombre. La realidad es que fueron menos, pero la principal fue Alejandría en Egipto, centro comercial y cultural de su tiempo. Por su puerto, los griegos y después los romanos sacaban el trigo de ahí. Ptolomeo uno de sus generales, y el primer rey griego de Egipto, lo fue, después de la muerte de Alejandro, heredó ese país y fundó la universidad y la gran biblioteca de Alejandría. Como ya citamos, una cualidad de Alejandro es que se ganaba el respeto de los pueblos conquistados permitiendo que se gobernaran conforme a sus propias tradiciones, algo que incluso su maestro Aristóteles no apoyaba, ni sus generales.

Alejandro respetaba las costumbres de aquellos pueblos a quienes conquistaba. Les dio libertad de culto y respetaba sus dioses y religiones, y reconstruía los templos destruidos por las guerras. Solamente en Persépolis según la tradición encendió todos los palacios persas en venganza por el incendio de Atenas causado por Jerjes, quien siglo y medio antes la invadió.

Eligió Babilonia como su capital, tratando de ser más que un rey de los macedonios o un general de los griegos. Trató de imponer una especie de hermandad de todos los hombres. Hizo que los macedonios tomasen esposas persas. Él mismo tomó una esposa que le dio un niño pequeño. Además, adoptó la moda de vestir y la conducta de los persas. Lamentablemente fracasó en esto, pues los macedonios no aceptaban que tratara igual a los persas que a ellos. Lo que sí se propagó fue la lengua griega, sobre todo entre las clases superiores y su sistema de escritura.

Para estar en constantes luchas debía tener una excelente resistencia física, sobre todo porque siempre, como ya señalamos, se batía en primera fila incitando a sus guerreros y demostrando un coraje temerario. Lamentablemente era alcohólico, pero nunca ingería licor cuando tenía batallas, en una borrachera mató a Clito, uno de sus generales, el cual le había salvado la vida en más de una oportunidad. Ha sido calificado de homosexual, y de tener sus preferidos, aunque en realidad era bisexual, algo usual en esa época en Grecia.

Su última conquista la logró al atravesar el río Indo, lugar que hoy se llama Pakistán (antes de la India). Ahí venció al rey Poro, pero luego lo dejó gobernar en su nombre. Cuando pretendió marchar más adelante en la India sus ejércitos macedonios estaban agotados y cansados de pelear, y querían regresar a su patria. Así se lo manifestaron y aunque los amenazó, ellos no aflojaron y por eso desistió y regresó a Babilonia. Gobernó solamente por 13 años, pues falleció a los 33 años, después de una gran borrachera tuvo fiebre alta y dolor abdominal, algunos dicen que su muerte se debió a cirrosis, otros a malaria y otros que envenenado. Es posible que su principal éxito fuera extender la cultura y la lengua griega en todo el mundo conocido, a eso se le llamó Período Helenístico.

Con la muerte de Alejandro, Grecia perdió a su más insigne guerrero y conquistador; un año después murió Aristóteles, el más grande filósofo. La decadencia griega se iniciaba tanto en el campo político, como militar y cultural para el año 323 a. C.

Hay una anécdota que leí en una de sus biografías, que no pude confirmar en otras, pero que es muy cierta en lo que señala.

Cuando Alejandro se estaba muriendo les pidió a sus generales que para su entierro dispusieran lo siguiente:

Que el ataúd en que lo llevarían a enterrar fuera llevado en hombros por los mejores médicos de la época.
Que los tesoros que había acumulado los fueran tirando en el recorrido de su ataúd hasta el sitio de entierro.
Que sus manos sobresalieran del ataúd con las palmas para arriba.

Asombrados los generales le pidieron la razón para hacer eso. Él les contesto.

Quiero que el pueblo sepa que ni los más eminentes médicos pueden curar la muerte. Que los bienes materiales que conquiste luchando no se van conmigo, permanecen aquí en la Tierra. Vinimos con las manos vacías y con las manos vacías nos vamos.