Seguramente habrás visto por Internet la discusión planteada alrededor del número de horas necesarias para dormir.

Si bien durante mucho tiempo se ha considerado al sueño como «tiempo perdido», hoy en día se considera imprescindible para la salud física y mental, de ahí que se le dedique casi un tercio de la vida.

A pesar de ello, sigue habiendo personas que optan por recortar al mínimo el sueño, para lo que usan sustancias como la cafeína, la cual es un excitante para el cerebro, tratando así de mantenerlo el mayor tiempo posible despierto.

Lo primero que hay que indicar es que las capacidades cognitivas se van deteriorando con el paso de las horas, así la atención sostenida, aquella que nos permite estar concentrados en una tarea, se pierde aproximadamente entre media hora y tres cuartos de hora, necesitando de un periodo de recuperación de veinte minutos aproximadamente, antes de poder volver a estar a máximo rendimiento. Al menos así lo atestiguan los estudios con respecto a la neuroeducación, donde se busca adaptar el sistema educativo al desempeño del cerebro y con ello facilitar el aprendizaje por parte de los alumnos.

Desde esta misma perspectiva se desaconsejan los «atracones» de estudiar antes de los exámenes, o pasarse en vela estudiando las noches previas al examen, a pesar de que esta estrategia pueda «funcionar» para aprobar las pruebas, no así en lo que respecta al aprendizaje, el cual no se mantiene durante mucho tiempo, tal y como lo muestran los resultados que se obtendrían si a esa misma persona se le pasa un examen sorpresa un mes después, donde escasamente podrá responder bien algunas preguntas. En cambio, el que ha aprendido poco a poco, y sobre todo quien ha respetado el sueño, no tendrá dificultades en volver a hacer el examen y obtener una calificación similar al anterior.

Todo lo anterior es debido a que el sueño permite la formación de huellas de memoria y por tanto de que lo visto u oído durante el día se establezcan en el cerebro de forma más o menos permanente, con lo que se podrá recordar lo que se comió ayer, o lo que se hizo el fin de semana pasada.

Si alguien no duerme lo suficiente, esos recuerdos se mostrarán inexactos, pudiendo confundir fechas, situaciones o personas de los acontecimientos de los días o semanas previos.

Pero volviendo a los genios, primeramente, indicar que este es un término usado en ocasiones con demasiada «ligereza», considerándose a personas que destacan en un área, ya sea las matemáticas o la física, pero en sentido estricto la genialidad está equiparada con un nivel más que elevado en el coeficiente intelectual, y en donde la persona suele destacar en varios ámbitos.

En un punto intermedio estarían aquellas personas de elevada inteligencia que destacarían en un único ámbito, lo que se denomina dominio o talento; en este caso estaríamos hablando de personas especialmente dotadas para la música, las matemáticas… pero que fuera de ese ámbito de especialización son igual que el resto.

Dicho lo anterior, no a todo el que se le considera genio lo es, a pesar de lo cual existe en Internet mucha información sobre la falta de sueño de estos «genios», considerando que algunos duermen cuatro horas, en cambio en otros casos se argumentan que realizan sueños interrumpidos, o polifásicos.

Actualmente la ciencia ha avanzando lo suficiente como para conocer los efectos del sueño en el cerebro, así como los de su privación, y la media de horas de sueño aconsejados por la mayoría de los estudios científicos es de ocho horas, habiéndose asociado la falta de sueño continuado, por ejemplo, dormir seis horas, con un incremento en la probabilidad de sufrir determinados problemas de salud.

En una reciente investigación se ha llegado a afirmar que aquellas personas que duermen diez o más horas de sueño tienen un mayor riesgo de sufrir la enfermedad de Alzheimer.

Todos estos datos refuerzan la idea de las ocho horas diarias como las indicadas para tener una buena salud física y mental, otra cosa es que las personas mayores les cueste dormir seguidas estas horas y que puedan hacerlo en dos momentos, es decir, por la noche ven interrumpido su sueño por una media hora o una hora completa, antes de volver a dormir las horas restantes.

Sobre el sueño de los genios, comentar por último las peculiaridades de estas personas que en ocasiones se acompaña de comportamientos extravagantes; por tanto, no tiene sentido querer imitar la forma de dormir de un genio, si no se es un genio, ya que lo que para ellos les puede ir bien, debido a las características de su cerebro, a cualquier otro no sólo puede ser contraproducente, sino además pernicioso para su salud.

Es más, no existe un «prototipo» de sueño en los genios, es decir, cada uno de ellos tuvo su propia forma de dormir y únicamente se comentan como anécdotas los sueños de aquellos genios que resultan llamativos o raros, mientras que, del resto de genios, no se indica nada por tener un sueño normal.

El sueño en nuestra vida
Es una necesidad
Tanto como la comida
Y nos da vitalidad.

Si una noche no dormimos
Mal día viene después
No tendremos alegría
Todo nos sale al revés.

El sueño es necesario
En serio hay que tomar
Ese descanso diario
Si bien queremos estar.