Supongo que muchos se han preguntado alguna vez qué es un bróker y cómo se puede operar en bolsa. Muchos probablemente hayan imaginado que va asociado a la cuenta del banco, y se puede llegar a perder todo el capital que tenemos ahorrado. Pero realmente no es así. La desinformación es muy peligrosa, sobre todo cuando hablamos de dinero (y cantidades que son superiores a los 100.000 euros). La mejor inversión que podemos hacer al principio, siempre - y cuando decimos siempre es siempre-, es en formación.

Entonces, ¿qué es un bróker? Muchos piensan que esa palabra es una persona que se dedica a gritar donde hay muchos ‘inversores’ vendiendo y comprando acciones en la bolsa (física). A día de hoy, ese trabajo ha quedado en el olvido. Esas personas simplemente son gestores de empresas que están cotizando en los mercados financieros, pero los que nos dedicamos a esto nos denominamos traders. Un trader es un operador ya sea de acciones, futuros o cualquier otro producto financiero que se pueda especular en los mercados cotizados.

La definición broker hace referencia a la entidad financiera que hace ejecutar nuestras ordenes en bolsa. Supongamos, por ejemplo, que tenemos un patrimonio ahorrado de 350.000 euros y queremos invertir 70.000. Entonces, deberemos de buscar un broker (empresa financiera) que tenga unas comisiones de ejecución de ordenes muy competitivas, así como una amplia gama de productos en los que poder elegir (a más conocido más condiciones, una de ellas puede ser por ejemplo un capital mínimo para abrir la cuenta).

Una vez hayamos decidido que bróker escoger, el siguiente paso será rellenar unos trámites y documentos que nos enviarán. Dichos trámites recogen condiciones de riesgo, de gestión, de comisiones, etc. Tras haber esperado un periodo de unos días (en mi caso mi bróker lo agiliza en 30 días, aunque lo normal es una semana) tendremos nuestra cuenta abierta. Pero falta lo más importante… El dinero. Al abrir la cuenta con el bróker, se nos habrán dado unas instrucciones, entre las que destacamos un número de cuenta bancaria (propiedad del bróker, no nuestro). Es justo ahí donde debemos realizar la transferencia desde nuestro banco habitual a la cuenta del bróker. Suelen ser cuentas extranjeras, pero, cuidado, en ningún momento ese número de cuenta es nuestro. Es como si decidiésemos pagar un vehículo en el extranjero con una transferencia.

Cuando la entidad haya recibido dicho pago con nuestros datos personales, nos habrán activado una cuenta con la que poder comprar y vender productos financieros en bolsa. Todo ello se realiza con programas (software) profesionales que descargamos en un ordenador, al cual accederíamos con unas claves de usuario y contraseña. Dicho software no va vinculado a nuestra cuenta bancaria habitual, el software solo podrá utilizar la cantidad del ingreso que realizamos al bróker.

Por último, daremos unas pequeñas pinceladas en temas de fiscalidad y tributación, donde tenemos que ser conscientes de que mientras el dinero que generemos en ese software no salga de ahí no tiene por qué pagar impuestos. Si de nuestra cuenta de banco normal han salido 70.000 euros y vuelven a entrar otros 70.000 euros, no tenemos por qué declararlos. Recordemos que si no sale del software más de la cantidad que pusimos en un principio, no hay que declararlo, pero el asunto fiscal y tributario lo trataremos en futuros artículos.