Tomelloso es un municipio español enclavado en el corazón de La Mancha, conocida mundialmente por ser escenario de las andanzas quijotescas del popular hidalgo nacido de la pluma de Miguel de Cervantes. Entre los atractivos, para el visitante, figura un interesante patrimonio arquitectónico y enoturístico: la Posada de los Portales, edificio emblemático del siglo XVIII, declarado monumento histórico-artístico; las "Chimeneas" que formaban parte de alcoholeras, actualmente declaradas bienes a conservar, que son una muestra de arqueología industrial; y las 2.200 cuevas que pueblan el subsuelo, construidas a lo largo de los años para el almacenamiento del vino.
Muchos definen la ciudad como “La Atenas de La Mancha”, por ser cuna de ilustres pintores y escritores de la talla de Antonio López Torres, Antonio López García, Francisco García Pavón, Eladio Cabañero, Félix Grande, etc. Puerta de entrada al Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, es una ciudad moderna y activa, pero consciente de su pasado y cultura, conserva todos los valores y tradiciones que su historia le aporta.
Tomelloso es un reconocido centro de producción vitivinícola por lo que el visitante encuentra múltiples experiencias para disfrutar en torno al vino y a la gastronomía. En su apuesta vitivinícola, el Ayuntamiento organiza cada mes de noviembre el programa “Raíces y Vino”, que se enmarca cada segundo domingo de noviembre en la celebración del Día Mundial del Enoturismo.
Esta actividad invita a vecinos y visitantes a participar en jornadas directamente relacionadas con el vino y que se extienden durante un mes. La labor y el esfuerzo que realizan también tanto bodegas como propietarios de cuevas son punto muy importante para el auge que está alcanzando el enoturismo en esta localidad manchega. Hay que destacar también la celebración de “Brindemos”, una iniciativa cuyo objetivo es presentar los vinos jóvenes de la nueva añada de las bodegas de Tomelloso y poner en valor el trabajo de bodegas y viticultores.
La gran actividad vitivinícola de Tomelloso desde la última mitad del siglo XIX hizo que fuera necesaria buscar salida a la producción de vino. Así aparte de las bodegas, comenzaron a emerger en el municipio las destilerías. La destilación del vino para obtener el alcohol es un proceso que transcurre a través de columnas y tuberías de cobre y acero inoxidable.
Las chimeneas de más de 20 metros estaban situadas junto a las grandes torres de destilación y servían para la salida del humo de las grandes calderas que por su altura ejercían una fuerte aspiración y lo elevaban lo suficiente para que no cayera y ennegreciera todo. Las de menor altura, por debajo de los 20 metros, evacuaban el humo de pequeños aparatos destinados a la obtención de holandas y aguardientes, cuya destilación en muchas ocasiones se realizaba utilizando leña como combustible en lugar de carbón, cuyo humo es más negro y denso.
Uno de los mayores patrimonios de la ciudad son sin duda las famosas cuevas. Su origen se remonta a 1820 aproximadamente, fecha en la que se empezaron a construir más de 2.200 cuevas bajo las casas de los vecinos para almacenar vino. Estas cuevas reúnen todas las condiciones indispensables para guardar vino en estado de quietud, evitando cambios de temperatura bruscos, lo que ayuda a su perfecta conservación. Su buena arquitectura ha hecho posible que se conserven en condiciones óptimas, lo que permite también que el visitante las conozca y viva una interesante experiencia.
Muchas de estas cuevas conservan las típicas tinajas de barro y otros utensilios necesarios para la elaboración del vino. Las cuevas aparecieron en Tomelloso ante las grandes necesidades de elaboración y almacenamiento de vino. Albergaban todos los útiles necesarios para la elaboración artesanal y familiar del vino, grandes tinajas de barro, escalas, filtros, bombas, etc. Tienen salida al exterior por medio de las llamadas lumbreras, que son rejillas de respiración que pueden verse fácilmente en las aceras de las calles.
Las cuevas han sido desplazadas por las modernas tecnologías de la industria vinícola pero las que aún hoy se conservan, mantienen el encanto de antaño. En estos momentos, la localidad cuenta con once cuevas que están abiertas al público a través de visitas organizadas. Son visitables actualmente las del abuelo Moreno, Perales, Garcilaso, Orígenes, Ceferino, 'Herraura', Caridad Secreta, Cáritas, del abuelo Agustín y Galileo y Casero, estas dos últimas –del año 1845- las más antiguas que se conservan.
Debido al incremento del interés y de las visitas a estas curiosas cavidades de Tomelloso surgió la Asociación Amigos de las Cuevas, que tiene por objetivo dar a conocer y preservar este tesoro ubicado en pleno corazón de La Mancha. Desde la asociación trabajan también en la planificación y organización de las visitas a las cuevas, dado que a ellas se accede desde viviendas privadas de los propios vecinos de la localidad.
En definitiva, podemos decir que Tomelloso es todo un sinfín de experiencias inolvidables para quien se anime a visitar la ciudad. Aquí puede contemplarse desde un viñedo hasta acabar en una profunda cueva habiendo pasado antes por cualquiera de sus maravillosas bodegas.
Cuevas de la Bodega de Tormelloso.
Museos
El Museo Antonio López es un edificio declarado por la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha como Edificio Emblemático del Siglo XX. El Museo surge tras el deseo expreso del famoso pintor Antonio López Torres (1902-1987) de donar su obra al pueblo de Tomelloso. El Museo consta de varias salas, una de ellas con exposiciones temporales y un auditorio, donde se celebran diferentes actos culturales a lo largo del año. Alberga una excelente colección de óleos y dibujos. Aparte de la colección y exposición permanente, el museo cuenta con salas de exposiciones temporales.
El Museo Etnográfico construido en la década de los años 60, nos da a conocer cómo trabajaban la tierra y elaboraban el vino los agricultores de hace ya algunas décadas. Además de una cocinilla típica, se conservan en el Museo numerosos aperos de labranza. Pero sin duda la joya de este museo es el «bombo» representativo de un tipo de construcción rural particular de Tomelloso, construido empleando la técnica de la piedra seca. En su construcción se utilizaron más de 2.000.000 de piedras y hay que subrayar el esfuerzo realizado por la Asociación de Amigos del Museo del Carro y el Ayuntamiento que ha permitido atesorar un fondo etnográfico muy diverso y antiguo, mostrado con gran acierto.
La Posada de los Portales data de la segunda mitad del siglo XVIII; en su origen fue una típica venta manchega que conserva la estructura con patio-corral, el hogar con su castiza cúpula y las vigas de madera en el techo, características de la arquitectura manchega, y además la cocina con una gran campana-chimenea y otros utensilios de la época. De cara al exterior su fachada está formada por un soportal formado por cuatro columnas toscanas sobre las que se sujetan dos galerías sostenidas por pies derechos y zapatas decoradas con balaustres torneados, al estilo de las corralas o corrales de comedias. En los dos pisos tiene balconadas corridas de madera. Actualmente es sala de exposiciones y oficina de turismo, entre otros usos.
El Museo de Arte Contemporáneo ‘Infanta Elena’ se inauguró en 2011. Con una superficie de 1.700 metros cuadrados repartidos en cuatro plantas, alberga la colección permanente que la Cooperativa Virgen de las Viñas ha ido adquiriendo a lo largo de los años a través de los certámenes de pintura que ha organizado, además de muestras puntuales. Está considerado como uno de los museos más importantes de Castilla la Mancha y ofrece al visitante una extensa colección de obras de arte contemporáneo, creada gracias al Certamen Internacional de Pintura que fue creado a través de los Fondos de Educación y Promoción de la Cooperativa-Almazara Virgen de las Viñas en el año 2001.
En la colección permanente ubicada en las dos primeras plantas se pueden encontrar obras de artistas del siglo XXI de tendencias diversas ofreciendo así pluralidad de visiones de la pintura de nuestro tiempo.
El recinto de Pinilla acoge la mayor masa forestal de todo el término de Tomelloso. Cuenta con tres extensos pinares, así como con otros tipos de árboles y arbustos autóctonos, todo ello equipado con mobiliario urbano, iluminación, servicios higiénicos y un bar-restaurante. Dentro de este recinto, en la Carretera de Pedro Muñoz, a 4 km. de la localidad, se encuentra el Museo de la Virgen de las Viñas. Sesenta años de historia y tradiciones dan vida a este museo.
Un proyecto en el que la Hermandad puso todo su empeño y que desde el 14 de agosto del 2002 es una realidad gracias, sobre todo, a la generosa donación de la vecina de la localidad Encarnación Ramírez. El museo alberga fotografías y documentos fechados desde los años cuarenta, cuando Tomelloso acogió a su Patrona. Se exhiben igualmente cuatro vitrinas en las que se muestran vestidos, mantos, mantillas, estandartes y banderas de la Virgen, así como candelería y objetos de sacristía, y el Libro de Oro de la Hermandad que data del año 1942.
La Ermita es una nave con crucero presidida por una preciosa imagen de su titular, la Santísima Virgen de las Viñas. Desde sus puertas realizadas en forja y vidriera, su mobiliario, sus vidrieras con los cuatro evangelistas, hasta la pintura del techo del Camarín de la Virgen que constituye una auténtica obra de arte, obra del pintor Ezequiel Cano, es digna de admirar.
Museo de la Virgen de las Viñas, dentro del recinto de Pinilla, alberga fotografías y documentos fechados desde los años cuarenta, cuando Tomelloso acogió a su Patrona.
Historia
Tomelloso se comenzó a poblar en 1530 en tierras baldías de la villa de Socuéllamos, en torno a un viejo pozo utilizado por los pastores de la zona para abrevar a sus ganados (el pozo Tomilloso), y al lado de los restos de un antiguo villar. El suelo donde ve su origen Tomelloso pertenecía a la Orden Militar de Santiago y a su Encomienda de Socuéllamos. Es por tanto, desde su nacimiento, un lugar de señorío dependiente de una de las Órdenes Militares más importantes de la Península Ibérica.
En 1589 Tomelloso consiguió su primera Independencia, perdiéndola tres años más tarde. Y no fue hasta 1758 cuando de manos de Carlos III, y, debido a la pujanza de la población y el hecho de haber sobrepasado en habitantes a su matriz, será declarada villa independiente.
Durante el siglo XVIII experimenta la ciudad un cambio en su principal fuente económica, vinculada desde su nacimiento a la explotación cerealística de las tierras. Así, desde mitad de ese siglo se va a empezar a introducir la vid entre sus cultivos, si bien al principio de forma tímida, hasta alcanzar su etapa de apogeo durante el último cuarto del siglo XIX y primera mitad del XX, en que se va a convertir prácticamente en un monocultivo.
La enorme producción vínica, unida a las pésimas vías de comunicación de la localidad, propiciaron el desarrollo de gran número de alcoholeras desde finales del siglo XIX hasta mitad del siglo XX, las cuales reducían mediante destilación alcohólica el volumen de la producción vínica facilitando así su transporte y comercialización. Estas alcoholeras, en un primer momento propiedad de vecinos de Tomelloso y más tarde de importantes empresas del sector alcoholero nacional, llevaron a la localidad a ser el primer productor de alcohol vínico del mundo a mitad del siglo XX, posición que sigue ocupando hoy en día.
Entre las principales fiestas destaca la Romería en honor a la Virgen de las Viñas, declarada Fiesta de Interés Regional, que se celebra el último domingo de abril. Lo más característico y diferenciador de esta fiesta son las reatas enjaezadas, que son carros tirados por mulas engalanadas. Mención aparte merecen la Feria y Fiestas, una de las más importantes de Castilla-La Mancha, que se celebran del 24 al 30 de agosto. Se incluyen en el programa actividades como las Jornadas Alimentarias en las que destacan los concursos de cata y Fiesta del Vino, así como numerosas competiciones deportivas, un mercado tradicional, actuaciones artísticas y actos religiosos. También destacan las fiestas de San Antón en enero.