Un día, la maestra Marta Elena Vélez encontró entre sus cosas una fotografía Polaroid que había hecho en una de sus múltiples visitas a Barú: era una vista del cielo, el mar y un pedazo de playa. A partir de ese horizonte, comenzó a pintar La playa de los muertos de Barú, obra que hace referencia a los restos humanos enterrados en la playa donde se enfrentaron los nativos de la isla con los colonos españoles en el siglo XVI.
A la derecha de la playa aparece la representación de una vegetación que asemeja un manglar, el cual está atravesado por un hombre desnudo montado a pelo sobre un caballo; en la parte inferior de la obra, entre la vegetación y el mar aparece una iguana, estática como una roca, mirando al atardecer.
Al hablar de esta pintura, la artista recuerda entre risas y nostalgia sus días en Barú rodeada de habitantes jóvenes de la isla, haciendo concursos de baile, concursos imposibles de ganar, pues a sus ojos todos ellos eran los mejores. Una sensación de libertad brota de su relato y de su pintura; en esa escena del hombre desnudo sobre el caballo, se recrea en un instante, la unión entre el hombre, el animal y su territorio.
Impulsada por su espontaneidad, ella concibe esta obra como un homenaje a las personas esclavizadas que fueron traídas en embarcaciones desde África a América entre los siglos XVI y XIX.
Se dice que antiguamente la población de Barú estaba ubicada cerca a la Playa de los Muertos en la bahía de Barbacoas, un territorio más visible y con mayor acceso, que es conocido entre los baruleros como Barú Grande o Barú Viejo. Pasado el tiempo y entre diversos cambios en la tenencia de la tierra, la población tuvo que trasladarse al interior de la isla porque allí adquirieron unas tierras.
A Barú llegaron grupos de personas esclavizadas que lograron fugarse y comprar su libertad para formar sus palenques, y desde allí “construir una historia sustentada en un territorio colectivo, donde todos los miembros de la comunidad eran dueños de la tierra"1.
Sin embargo, diversos actores como los contrabandistas y narcotraficantes, promotores turísticos y diversos habitantes del interior del país, además del estado, fueron desconfigurando la titularidad de su territorio.
Sobre Barú, la artista realizó otra pintura donde se ve un paisaje con una serie de casas típicas del lugar. Esa pintura, junto con ‘La playa de los muertos’, hizo parte de la muestra 'Marta Elena Vélez 1980 – 1986', una exposición retrospectiva realizada por el Museo de Arte Moderno de Medellín. Ese mismo año, la maestra participó en la V Bienal Iberoamericana en México, la II Bienal de La Habana en el Centro Wilfredo Lam en Cuba y el XXX Salón Nacional en el Museo Nacional en Bogotá.
La obra se destaca por su aire onírico; además, es un testimonio excepcional de la historia fantástica y trágica de este paraíso en nuestro Caribe colombiano.
Notas
1 Madrid, M. (2020). Barú y comunidades negras: una historia al borde de la extinción.