Delirio, estado de confusión mental.
Horizonte, m. Línea, limite visual de la superficie terrestre, donde parecen juntarse el cielo y la tierra.

(Por Carolina Convers)

Me gusta la pintura, me baso en la historia del arte, estudié arte y cursos de arte, participé en muchas convocatorias, y sigo aquí resolviendo imágenes, resolviendo que hacemos acá y para donde vamos. Continuando el quehacer existencialista como cualquier ser humano consciente de su oficio.

Pienso en la situación actual del mundo que nos rodea, el que vemos y el que oímos, es innegable la crisis mundial, en la cual los derechos civiles y los feminismos se ven atacados, amenazados por el resurgimiento de las derechas. Aclaro que no es una obra política.

Enfatizo que trabajando una obra con mirada feminista resiento como artista (ser humano) ese malestar y cansancio, en violencias invisibles, cuando veo con desesperanza que el mundo no deja de ser violento. Entonces, ¿hacia dónde vamos? La lógica de la entropía afirma como se consume el mundo a si mismo.

Tenemos como historia colombiana unas amalgamas de violencias. La tecnología nos hace ver todo en nuestras manos, las reglas cambiantes de la economía, la cultura ecléctica, pero en un hálito de esperanza concluyo que todo eso tiene algo de bueno y de malo y que es manejable.

Pero la pintura es lo que me atañe, y a partir de aquí recordando la obra Violencia, 1962 de Alejandro Obregón.

Así que las imágenes de las obras recurrentes que presento aluden a ese horizonte, algunas con partes de figuras femeninas, medias cabezas, manos y brazos suspendidos, que citan a obras anteriores. Otras entre dos planos de pigmentos como un paisaje, y otras figuras levitando en geometrías abstractas y atmosferas. Así lo percibo en ese horizonte es en el que se desboca la humanidad, en un delirio el delirio del todo.